SANTIAGO DE COMPOSTELA, ciudad de

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Entidad de población de la provincia da Coruña que constituye el destino final del Camino Francés. Destaca por ser junto con Roma y Jerusalén uno de los tres grandes centros de peregrinación de la cristiandad, donde se venera el sepulcro del apóstol Santiago el Mayor. Actualmente es capital de la Comunidad Autónoma de Galicia, sede del Gobierno y del Parlamento Autonómicos, de la Archidiócesis compostelana y de la Universidad de su mismo nombre, además de cabecera municipal y comarcal. Tenía 81.119 habitantes censados en el año 2019.

La ciudad se ubica sobre una penillanura que media entre las cuencas de los ríos Tambre y Ulla, encontrándose en una zona geográfica de transición entre las Rías Altas y las Rías Bajas gallegas, lo que hace de su emplazamiento un lugar estratégico con respecto a las redes de comunicación establecidas entre las áreas de mayor desarrollo económico de la comunidad.

La población esta empleada mayoritariamente en el sector de los servicios, adquiriendo gran relevancia la actividad política, administrativa, cultural, universitaria y turística, y en menor medida la industria y la construcción. En relación al comercio sobresalen las ferias periódicas de larga tradición que han venido a cristalizar en la creación del Mercado Nacional de Ganados, el mayor de Galicia por su tamaño y volumen de ventas cuya influencia se extiende al resto del país.

El casco histórico de Santiago de Compostela fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1985. El corazón del núcleo primigenio lo constituye el sepulcro apostólico, que formaba parte de una necrópolis romana cuyos restos se encuentran en el subsuelo de la catedral. A partir de ahí se creó la urbe medieval que experimentó en el transcurso de los siglos diversas ampliaciones, siendo todavía posible reconocer sobre el plano actual el perímetro, con más de dos kilómetros de recorrido, de lo que fue el recinto amurallado levantado por el obispo Cresconio en el siglo XI.

En el extremo septentrional de ese recinto se abría la puerta Penne o da Pena, por la que se salía en dirección a la ciudad da Coruña y los demás puertos del norte de la provincia. En las proximidades de la puerta da Pena y del propio camino se levantó el antiguo hospital de San Roque con su capilla anexa, cuyas obras comenzaron en 1520; este hospital, que fue destinado para enfermos de males contagiosos, se mantuvo en funcionamiento hasta las primeras décadas del siglo XX. Más adelante se encuentran el convento de las carmelitas descalzas llamado do Carme de Arriba, concluido en 1758 y el convento de las monjas clarisas de Santa Clara en el que destaca su fachada barroca, obra de Simón Rodríguez del año 1719.

También al norte y por debajo de la puerta da Pena se encontraba la puerta de Subfratibus o de San Francisco, por la que se tomaba el camino que llevaba a la comarca de Bergantiños, en la costa noroeste de la provincia da Coruña. El camino cruzaba el barrio dos Pelamios donde se encuentra la ermita de Nosa Señora da Fonte del siglo XVI, y poco más adelante atravesaba el río Corgo por un punto situado entre el parque actual de Vista Alegre y el Campus Norte universitario. En esta zona destacan diversos edificios de autor construidos en las últimas décadas del siglo XX y los primeros años del siglo XXI, entre ellos el Audorio de Galicia obra del arquitecto Julio Cano Lasso, y la facultad das Ciencias da Comunicación proyectada por Álvaro Siza Vieira.

La propia puerta Subfratibus estaba frente al monasterio de San Francisco de Val de Deus, que fue fundado a comienzos del siglo XIII construyéndose extramuros. El monasterio fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1896, siendo destacable la fachada de su iglesia obra del siglo XVIII a caballo entre el barroco y el neoclásico. Ante la fachada se alza hoy en día el monumento dedicado a San Francisco realizado por el escultor Francisco Asorey en el año 1926. Contigua al mismo monasterio se encuentra la capilla de la Venerable Orden Tercera Seglar construida en 1662, aunque el edificio que hoy vemos es obra efectuada entre los siglos XVII y XVIII por los arquitectos Diego Romay y Domingo de Andrade.

Hacia el oeste se abría la puerta de Sancto Peregrino o da Trinidade ubicada junto al Hospital Real, de donde partía el camino de Fisterra en cuya embocadura se encontraba la capilla da Santísima Trinidade con el antiguo cementerio de peregrinos. Esta capilla fue derribada en el primer cuarto del siglo XX, conservándose todavía la iglesia de San Fructuoso que se levantó junto a ella a mediados del siglo XVIII. Siguiendo por este camino, antes de llegar al río Sarela, se encontraba el monasterio medieval de San Lourenzo de Trasouto, hoy Pazo de San Lourenzo dedicado a usos hosteleros, que conserva una meritoria capilla reedificada en el siglo XVIII, en la que destaca el retablo mayor de estilo renacentista italiano del siglo XVI tallado en mármol de Carrara. Próximo a San Lourenzo y al norte del camino se encontraba el barrio do Carme de Abaixo, donde se localiza la capilla de ese mismo nombre, edificio barroco de la segunda mitad del siglo XVIII proyectado originariamente por Clemente Fernández Sarela. En el mismo barrio estaba el convento decimonónico das Oblatas, hoy reconvertido en hotel.

Una de las dos calles que circundan el antiguo perímetro amurallado, entre las puertas de Subfratibus y da Trinidade, se denomina rúa das Carretas por encontrarse en ella el hospital del mismo nombre, fundado por el arzobispo Rajoy en 1764 para acoger a los tullidos, y posteriormente a los enfermos incurables. El hospital de Carretas conserva la edificación levantada en el siglo XVIII, y en la parte posterior se construyó en la segunda década del siglo XX el pabellón de los dormitorios, atribuido al arquitecto López de Rego.

Al suroeste de la ciudad se localizaba la puerta Faiariis o Faxeira, por la que se salía al camino que iba a Pontevedra por Padrón y también, al camino de Noia, transcurriendo por el antiguo suburbio que se extendía en torno al cerro llamado Outeiro dos Poldros, actualmente Carballeira de Santa Susana, donde se levanta la iglesia de Santa Susana o do Santo Sepulcro reedificada en el siglo XII por el obispo Gelmírez. En el mismo lugar se establecía el Mallum o tribunal popular ejecutor de las sentencias. Hasta el año 1971 también se encontraba aquí el campo de la feria, donde se celebraban los renombrados mercados semanales y las ferias anuales de la Ascensión y del Apóstol.

Al pie del cerro y junto al antiguo camino se extendía el campo da Estrela (hoy en día parque da Alameda), donde se construyó en el primer tercio del siglo XVIII la capilla do Pilar. Aquí se predicaba la Santa Redención de Cautivos, se recogían las limosnas destinadas para ello y se atendían las súplicas de los familiares que tenían presos en Argel, Orán y en otros lugares de Berbería (principalmente marineros y pescadores apresados en nuestras costas). Igualmente, en las proximidades de la puerta Faxeira y del campo da Estrela se sitúa el antiguo colegio de San Clemente de Pasantes vinculado en su origen a la Universidad (actualmente instituto de bachillerato Rosalía de Castro), que fue fundado por el arzobispo Juan de Sanclemente a comienzos del siglo XVII para teólogos y juristas. Frente al colegio se encuentra la que fue primera gran fuente monumental extramuros, patrocinada por el mismo Sanclemente, por lo que lleva su escudo.

La Carballeira de Santa Susana esta circundada por el paseo da Ferradura donde se encuentra reubicado el edificio modernista del antiguo Centro Artístico e Industrial, el único de los pabellones de la Exposición Regional de 1909 que se conserva. Al oeste del paseo da Ferradura se extiende el primer campus universitario proyectado en 1928 por Constantino Candeira y construido años más tarde por Jenaro de la Fuente.

En el extremo meridional de la ciudad amurallada se encontraba la puerta Sussanis o da Mámoa que daba paso al camino de Pontevedra por Cuntis. Frente a la puerta y extramuros, en la esquina de lo que hoy es la plaza de Galicia con la rúa da Fonte de Santo Antonio, se establecieron las casas, las cárceles y el palacio da Inquisión, ocupando el solar de una casona principal de estilo clasicista del último cuarto del siglo XVII, que fue reformada por el Santo Oficio entre 1728 y 1732, para acabar siendo finalmente derribada en 1913. En la propia plaza de Galicia se encontraba el llamado edificio Castromil, de estilo modernista, construido en 1926 y demolido en 1975.

Al sudeste se abría la puerta Macerellis o de Mazarelos, la única que aún conserva su arco de piedra flanqueado por el basamento de un torreón defensivo. De aquí arrancaba el camino que iba a Ourense por Ponte Ulla y Taboada. En las inmediaciones de Santiago este camino cruzaba el río Sar por el punto en el que se encuentra el monasterio románico de Santa María do Sar fundado en 1136. Sobre el río y el propio monasterio se eleva el monte de Gaiás en cuya cima se ha edificado recientemente la llamada Cidade da Cultura, un complejo arquitectónico de grandes proporciones proyectado por el arquitecto Peter Eisenman en 1999. Además de los edificios destinados a acoger en un principio diversos museos, biblioteca, hemeroteca, teatro de ópera y centros de estudios, el complejo integra dos torres proyectadas por John Hejduk y un “jardín literario”.

De vuelta en la ciudad, extramuros y frente a la puerta de Mazarelos se localiza el convento das Mercedarias cuyo proyecto se debe a Diego de Romay, habiéndose colocado la primera piedra en el año 1673; destaca la fachada barroca de su iglesia. A poca distancia en la misma calle está el convento da Compañía de María, que comenzó a construirse en el año 1760 siguiendo las trazas del arquitecto Clemente Fernández Sarela; las obras finalizaron en 1831, bajo la dirección de José Otero, a quien se debe la fachada de la iglesia conventual.

Por último, concluyendo ya el circuito del antiguo recinto amurallado, nos encontramos con que al noreste se abría la puerta Francígena o do Camiño, en la que desembocaba el Camino Francés después de cruzar el barrio y antiguo arrabal de San Pedro, cuyos orígenes se remontan al siglo X. Ahí se localiza la iglesia parroquial de San Pedro, que es todo lo que resta del monasterio medieval de San Pedro de Fóra. El arrabal estaba atravesado por otros dos antiguos viales que transcurrían en paralelo con el Camino Francés, llamados de Arriba y do Medio; ambos viales arrancan del punto donde se encuentra la capilla de Nosa Señora da Quinta Angustia de Arriba que, junto con su hospital anexo, fue reedificada en 1465 por Cristóbal Francés. El vial de Arriba correspondía a la calzada de Bonaval, que todavía lleva hasta el monasterio de San Domingos de Bonaval fundado en el siglo XIII y ampliamente reformado en los siglos XVII y XVIII. Hoy en día, el edificio del antiguo convento acoge el Museo do Pobo Galego y en su iglesia gótica se instalan diversas exposiciones temporales; así mismo, en una de las capillas laterales de la iglesia se encuentra el Panteón de Galegos Ilustres. La huerta trasera del convento ha sido transformada en el parque urbano de Bonaval, que integra el antiguo cementerio de la ciudad. Junto al conjunto monasterial se ha creado en el año 1993 el Centro Galego de Arte Contemporánea obra del arquitecto portugués Álvaro Siza.

Al sur del arrabal de San Pedro se localiza el convento de Santa María de Belvís de monjas dominicas, fundado en el siglo XIV y reedificado entre los siglos XVI y XVIII; su iglesia es obra barroca de Fernando de Casas y Novoa. Junto al convento se encuentra el Seminario Menor de la diócesis que sirve, además, como colegio y albergue de peregrinos; fue construido en un estilo ecléctico hacia el año 1950.

En la plaza que hoy se abre delante la puerta do Camiño, muy próxima a San Domingos, se alza el llamado Cruceiro do Home Santo cuya cronología se ha fijado en torno al último cuarto del XV.

Intramuros el Camino Francés se prolonga por la llamada Vía Francígena, que atraviesa la ciudad de este a oeste hasta la catedral constituyendo, junto con el vial que va de norte a sur (desde la puerta da Pena a la da Mamoa), uno de los ejes principales entorno a los que se organiza la ciudad vieja. Los dos ejes se entrecruzan en la plaza de Cervantes (antes plaza do Campo, o do Pan) donde se instalaban los mercados, habiendo sido por ello el centro neurálgico de la urbe. La fuente que se encuentra en medio de la plaza fue considerada en su momento de las más necesarias para el servicio de los vecinos y de la propia ciudad. Aquí estuvieron, además, las casas del consistorio y la casa de estilo tardo-gótico, ya desaparecida, de la que fue dueña Urraca de Moscoso. Se conserva en el extremo meridional de la plaza, la iglesia de San Bieito de origen medieval, reedificada en el siglo XVIII.

Las otras iglesias que ya en la Edad Media se alzaban dentro del casco amurallado son Santa María do Camiño, San Miguel dos Agros, San Fiz de Solovio, Santa María Salomé y Santa María da Corticela, esta última integrada desde el siglo XVIII en el conjunto catedralicio.

La iglesia de Santa María do Camiño, se encontraba próxima a la puerta do Camiño y en el arranque de la vía Francígena; fue reedificada por completo según el proyecto trazado por Ferro Caaveiro entre los años 1760 y 1770. Muy cerca de Santa María y enfrente de ella, estaba el hospital para peregrinos de San Miguel, fundado en el año 1400 por Ruy Sánchez de Moscoso. Un poco más arriba, sobre la propia vía Francígena se abre la plazuela de Casas Reais, donde se encuentra la capilla de Ánimas, edificada en 1874 en el solar de la antigua casa de la Real Audiencia. Frente a la capilla se levantan la casa dos Luaces del siglo XVI y el llamado Pazo de Fondevila, obra destacada del barroco compostelano diseñada por el arquitecto Clemente Fernández Sarela en torno al año 1760.

La iglesia de San Miguel dos Agros se localiza en la plaza del mismo nombre, situada al noreste de la catedral y no muy lejos de ella. La fábrica actual de su edificio es producto de diferentes intervenciones realizadas en los siglos XVIII y XIX que responden a los cánones de los estilos barroco y neoclásico. Junto a esta iglesia se encuentra la sede administrativa del Museo das Peregrinacións, que se levanta en el solar del pazo construido en el siglo XIV por Marina Fernández de Tudela. En la misma plaza de San Miguel desemboca el callejón do Xerusalén, donde hubo un hospital de pobres y peregrinos fundado por Diego Muñiz en el año 1150.

Entre las iglesias de Santa María do Camiño y San Miguel se extiende el barrio da Algalia, que ocupaba el cuadrante noreste del recinto amurallado; destaca aquí el palacio dos condes de Amarante obra del siglo XVIII.

La iglesia de San Fiz de Solovio, se encuentra en el extremo este de la ciudad, en la plaza de su mismo nombre. Es considerada por muchos el primer templo de la ciudad, relacionado con el descubrimiento de las reliquias del apóstol Santiago. En el siglo IX el obispo Sisnando le agregó un albergue para los pobres, peregrinos y viajeros que empezaban a acudir a Compostela. Aunque el edificio de la iglesia conserva vestigios medievales (entre los que destaca el tímpano de la portada principal), lo que vemos hoy es mayormente resultado de las reformas efectuadas en los siglos XVII y XVIII.

Frente a San Fiz estuvo ubicado el hospital de Santa Ana o de San Fins, documentado a partir del siglo XV. Sobre el costado septentrional de la iglesia se extendía el solar del antiguo Pazo dos Altamira de trazas medievales, que tuvo dos torreones laterales y un arco conopial tardo-gótico en la portada principal. El palacio fue derruido en el siglo XIX levantándose en su lugar el mercado de abastos, cuyos actuales pabellones fueron construidos con criterios historicistas por el arquitecto Joaquín Vaquero Palacios a partir del año 1941. En el lado contrario, al sur de San Fiz, se encuentra el edificio da Universidade que actualmente acoge la facultad de Xeografía e Historia; este edificio se hizo en el último cuarto del siglo XVIII sobre el terreno que anteriormente ocupaba el colegio dos Xesuitas, construido a su vez sobre el monasterio medieval de Santa María a Nova. La fachada monumental del edificio da Universidade comenzó a levantarse en el año 1798 y es obra de Pérez Machado, basada en unos diseños de Miguel Ferro Caaveiro y Melchor de Prado y Mariño. Adosada a ella, se encuentra la iglesia da Compañía de Xesús o da Universidade, obra barroca del siglo XVII actualmente desacralizada, que se utiliza como sala de exposiciones. Así mismo, formando parte del antiguo complejo jesuítico se levantaron junto a la propia iglesia y en la plaza de Mazarelos, las llamadas Escuelas Menores (actual facultad de Filosofía), remodeladas en el siglo XVIII por los arquitectos Simón Rodríguez y Miguel Ferro Caaveiro.

No muy lejos se localiza la iglesia de Santa María Salomé sita en la llamada rúa Nova que en el siglo XII constituía el Vicus Novus, una de las aglomeraciones urbanas que componían el espacio intramuros y que se extendía de norte a sur, desde el recinto cercado del Locus Sanctus con el sepulcro apostólico, hasta la puerta da Mámoa. La iglesia fue fundada hacia el año 1140 por Paio Abade, notario del arzobispo Gelmírez; de su fábrica medieval conserva la portada principal a la que en el siglo XVI se le añadió el pórtico exterior.

A espaldas de la iglesia, en la rúa Tras Salomé, estuvo el hospital de Santa María Salomé o das Horfas que en el siglo XVI estaba abierto para pobres enfermos, y más tarde se rehabilitó para acoger a los niños huérfanos y desamparados. En la misma calle que este hospital se encuentra la casa dos Fonseca obra renacentista del arquitecto Gil de Hontañón, que conserva las arcadas del soportal ornadas con medallones que enmarcan los bustos de Pierres, Lucrecia y Paris.

Tanto la rúa Nova, como su paralela do Vilar, conservan en su mayor parte los soportales de las casas y viviendas que en algunos casos tienen marcado carácter señorial y palaciego; así en la rúa Nova destacan en el nº 6 la Casa da Balconada del siglo XVIII, en el nº 12 la Casa das Pomas del siglo XVII debida al arquitecto Domingo de Andrade, en el nº 9 el Pazo de Santa Cruz construido en el siglo XIX por el arquitecto Fernando Domínguez Romay, en el nº 40 el Pazo de Pedrosa obra Lucas Caaveiro realizada por encargo del cabildo compostelano en 1755 y en el número 44 el llamado Pazo de Ramirás sede del antiguo colegio dos Irlandeses entre los años 1603 y 1770.

En el nº 1 de la rúa do Vilar se encuentra la llamada Casa do Deán diseñada por Clemente Fernández Sarela entre los años 1747 y 1752; casi enfrente se halla el Pazo do Marqués de Monroy o dos Abrales de estilo italianizante y en el nº 59 se levanta la Casa dos Vaamonde edificada en el siglo XVIII. En esta última rúa también estuvo emplazado el hospital para pobres de Santo André que fue fundado en 1448 por el mercader y regidor de la ciudad, Pedro Leyteiro.

En la plaza do Toural, ubicada al sur de ambas rúas, se alza el Pazo de Bendaña, edificio barroco del arquitecto Clemente Fernández Sarela terminado en el año 1759, en el que destaca la figura de Atlas sobre la fachada principal. El edificio alberga en la actualidad la fundación y el museo Eugenio Granell dedicado a actividades culturales y exposiciones.

Dentro de murallas se encontraban igualmente el convento das Órfas y los monasterios de Santo Agostiño, de San Paio de Antealtares y de San Martiño Pinario.

El convento das Órfas se encuentra en calle del mismo nombre. Fue fundado por el arzobispo Juan de Sanclemente a finales del siglo XVI. En su fábrica barroca intervinieron los arquitectos Domingo de Andrade y Fernando de Casas y Novoa, mientras que su iglesia la construyó Melchor Velasco en 1671. En la actualidad el conjunto alberga el colegio de Nosa Señora dos Remedios, de educación infantil, primaria y secundaria.

El monasterio de Santo Agostiño se localiza en la plaza de su mismo nombre, junto al mercado de abastos. Las obras de construcción comenzaron en el año 1618 y se concluyeron en el año 1648. El arquitecto Jácome Fernández empezó por levantar el claustro, sucediéndole en su cometido Melchor Vidal. El proyecto inicial fue modificado totalmente por González de Araújo y Bartolomé Fernández Lechuga; este último fue además el principal artífice de la iglesia, determinando el estilo clasicista de todo el conjunto. El convento alberga hoy en día el colegio mayor de Santo Agostiño.

El monasterio de San Martiño Pinario fue el mayor que tuvo en Galicia la orden benedictina. Con más de dos hectáreas de superficie, llegó a ocupar una buena parte del cuadrante noroeste del antiguo recinto amurallado. La fachada principal del monasterio mira a la plaza da Inmaculada, que se extiende al norte de la catedral. A su iglesia se accede desde la plaza que lleva el nombre del propio monasterio. Los orígenes de San Martiño se remontan a la época del obispo Sisnando I (880-920), si bien los edificios que hoy en día constituyen el conjunto monástico fueron levantados entre los siglos XVI y XVIII, siguiendo los cánones de los diversos estilos imperantes. En su construcción intervinieron los arquitectos, escultores y aristas más renombrados de cada momento. En la actualidad el edificio conventual funciona como seminario mayor. Además, en él se mantiene abierto el archivo diocesano y un hotel. Así mismo, los antiguos graneros del monasterio acogen diversas salas para exposiciones temporales y en otras estancias colindantes a la iglesia se encuentra instalado un museo con una colección permanente.

El monasterio de San Paio de Antealtares se extiende al este de la catedral. La entrada principal se abre a la calle de su mismo nombre y la de su iglesia a la llamada Vía Sacra, mientras que la fachada trasera constituye el frente oriental de la plaza da Quintana. Fundado a comienzos del siglo IX, sus orígenes están vinculados al descubrimiento de los restos del apóstol Santiago. El monasterio fue reedificado en los siglos XVII y XVIII, interviniendo en las obras los arquitectos Gabriel de Casas y Melchor de Velasco Agüero. En la actualidad acoge una comunidad de monjas benedictinas de clausura, estando abierta al público su iglesia y el museo de arte sacro instalado en sus dependencias.

En el frente septentrional de la misma plaza da Quintana se encuentra la llamada Casa da Parra edificada en año 1683 por el arquitecto Domingo de Andrade, y en el frente meridional están las Casas da Conga, que comenzó a construir el mismo arquitecto a partir del año 1709, concluyendo las obras Fernando de Casas Novoa. En el lado oeste de la plaza se alza la cabecera de la catedral con la llamada torre da Berenguela o do Reloxo.

Además de las plazas da Inmaculada y da Quintana, rodean la catedral las plazas de Praterías y do Obradoiro. La plaza de Praterías se extiende ante la portada meridional de la catedral a la que se accede por una amplia escalinata. Cierra el lado oriental de la plaza el edificio del antiguo Banco de España diseñado en 1939 por el arquitecto Romualdo Madariaga Céspedes, se construyó en las parcelas que anteriormente ocupaban las antiguas Casas de Espinosa. Este edificio fue rehabilitado para albergar en su interior la sede expositiva del Museo das Peregrinacións y de Santiago, abierto al público en el año 2012. La llamada Casa do Cabido, que se levanta en el lado sur de la misma plaza, es una edificación de estilo rococó fundamentalmente ornamental y de valoración urbanística, realizada por el arquitecto Fernández Sarela entre los años 1755 y 1759. Al oeste se alza la fachada exterior del claustro catedralicio con la torre do Tesouro. Es obra de Rodrigo Gil de Hontañón, proyectada en 1540 e inspirada en el palacio salmantino de Monterrey. En el centro de la plaza se encuentra la Fonte dos Cabalos obra del año 1825 a la que se añadió a mediados de ese mismo siglo la escultura de una figura femenina sedente que constituye una alegoría de la ciudad.

La plaza do Obradoiro se abre ante la fachada principal de la catedral que mira hacia el oeste. La fachada, precedida por una escalinata monumental y flanqueada por las torres das Campás y das Carracas, es obra barroca iniciada a principios del siglo XVII y concluida a mediados de siglo XVIII en la que intervinieron los arquitectos Ginés Martínez, Peña de Toro y Fernando Casas Novoa. Al costado norte de esta fachada se adosa el cuerpo del palacio arzobispal reedificado por el arquitecto Jacome Fernández en 1611, y al costado sur se adosa igualmente la fachada de la crujía occidental del claustro catedralicio, diseñada en el último cuarto del siglo XVI por Juan de Herrera, “el Trasmerano” y Gaspar de Arce. En 1614 Jácome Fernández le añadió la galería con la solana del piso superior, levantando sobre su extremo suroeste la torre da Vela.

Frente a la fachada principal de la catedral se encuentra el palacio del arzobispo Rajoy, proyecto del ingeniero Carlos Lemaur, quien comenzó a levantarlo en el año 1767 siguiendo las pautas estéticas del neoclasicismo francés. El palacio se construyó sobre el solar que ocupaban las antiguas cárceles, la muralla y la torre medieval llamada da Praza, propiedad de los arzobispos. Actualmente el edificio es sede del ayuntamiento compostelano, del Consello da Cultura Galega y de algunas dependencias del gobierno da Xunta de Galicia.

En el lado norte de la misma plaza se localiza el antiguo Hospital Real para acogida de los peregrinos, actualmente Hostal dos Reis Católicos. Su primer proyecto fue trazado por Enrique Egas que se inspiró en modelos arquitectónicos italianos de la época. Las obras comenzaron en torno al año 1501 y continuaron hasta la segunda mitad del siglo XVIII pasando por diversas etapas y estilos, siendo varios los maestros y arquitectos que intervinieron en su construcción. Hoy en día es establecimiento hostelero perteneciente a la Red Nacional de Paradores. En lo que fue la huerta trasera del antiguo hospital se construyó entre los años 1910 y 1928 la facultad de Mediciña, bajo la dirección de los arquitectos Arbós y Tremanti e Isidro de Benito que siguieron los cánones del eclecticismo decimonónico.

Por último, el lado meridional de la plaza do Obradoiro lo ocupa el antiguo colegio menor de Xan Xerome para gramáticos, dependiente de la Universidad. Fue construido a mediados del siglo XVII. En su fachada principal se incorporó la portada tardo-gótica, procedente de la demolición del hospital viejo de Santiago que se encontraba en plaza da Acibechería (hoy plaza da Inmaculada). En la actualidad San Xerome alberga la sede del rectorado da Universidade de Santiago.

Adosado a la parte posterior de este último edificio se encuentra el colegio mayor de Fonseca, igualmente perteneciente a la Universidad y destinado en sus orígenes para estudios superiores de artes, derecho y teología. Se comenzó su construcción hacia el año 1532 y se concluyó en 1544; en su proyecto y ejecución intervinieron arquitectos como Juan de Álava, Alonso de Cobarrubias y Gil de Hontañón. El estilo dominante es el renacentista, aunque hay añadidos posteriores sobre todo de época barroca. Actualmente sus dependencias están ocupadas por la Biblioteca Xeral da Universidade, mientras que el salón artesonado y la antigua capilla se utilizan como salas de exposiciones temporales.

Muy cerca del colegio de Fonseca, en los números 16 y 18 de la rúa do Franco, se encuentran la fuente y capilla do Apostólo, muy veneradas por estar ligadas a los milagros y a la tradición de la traslación del cuerpo del apóstol Santiago. La fuente y la capilla se emplazan en lo que en su día fue la huerta trasera del antiguo hospital da Raiña, del que el dicho popular sostiene que recibía este nombre por haberse hospedado aquí la reina santa Isabel de Portugal con motivo de su peregrinación a Santiago en el año 1325.

Entre los edificios históricos y monumentales de Santiago, no podemos dejar de referirnos al conjunto monástico de Santa María de Conxo que, aunque fue edificado en un núcleo independiente situado a unos dos kilómetros al sur de la urbe compostelana, hoy en día ha quedado integrado en el área de expansión metropolitana. De origen medieval, este monasterio conserva parte del su claustro románico construido en tiempos del arzobispo Gelmírez en torno al año 1129; el resto de su fábrica es obra barroca de los siglos XVII y XVIII, destacando la iglesia y la fachada principal del propio convento. Ocupado en principio por una comunidad de monjas benedictinas, desde finales del siglo XV y hasta la aplicación de las leyes de desamortización en el siglo XIX pasó a ser de la orden mercedaria. En las últimas décadas de esta última centuria se estableció en su convento el sanatorio psiquiátrico regional, para lo que fueron ampliadas sus instalaciones.

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