SANTIAGO DE COMPOSTELA, colegio de San Xerome de
El colegio de San Xerome, que actualmente acoge la sede del rectorado de la Universidad de Santiago, se encuentra ubicado en la plaza do Obradoiro de la ciudad de Compostela. Ocupa el frente meridional de la plaza, alzándose a un lado de la fachada principal de la catedral. Construido a mediado del XVII como sede del colegio universitario, el edificio tiene planta cuadrangular, disponiéndose en altura una planta baja y un registro superior, y se articula en torno a un claustro central porticado. La fachada principal está construida con canterías de granito y los muros laterales con mampuestos de sillarejos enlucidos.
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| Colegio de San Xerome. |
La fachada principal es de gran sencillez y está interrumpida por vanos adintelados para la iluminación del interior, así como dos balcones corridos en la planta noble que sirven de miradores. Entre los balcones se interpone la portada tardogótica, construida entre finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, que fue trasladada hasta aquí desde el edificio —ya derruido— del Hospital Vello de Santiago, sito en la antigua Rúa da Acibechería (al norte de la catedral). Cuando fue reubicada sufrió transformaciones que alteraron sus proporciones originales, ya que se le añadieron algunas piezas para darle mayor altura y adaptarla así al nuevo vano.
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| Fachada principal del antiguo colegio de San Xerome (hoy rectorado de la Universidad). |
En el lienzo principal destaca la portada por los volúmenes escultóricos que la enmarcan. Un gran arco de medio punto descarga sobre una imposta moldurada de contundente presencia. Le sigue un estribo amplio y profusamente ornamentado para descargar en pilastras adosadas al muro decoradas con ovas y detalles vegetales. Esta portada marca cierta verticalidad en la continuidad horizontal predominante en el edificio y, sobre ella se abren dos pequeños vanos cuadrados.
Sobre la portada se encuentra el escudo con las armas de Castilla y León al que se sobrepone la corona volada, que constituye el distintivo de la condición regia que Carlos III concedió a la Universidad compostelana en el último cuarto del siglo XVIII.
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| Portada principal del colegio de San Xerome. |
Se articula en torno a un arco de medio punto de amplia luz enmarcado por una chambrana decorada con motivos vegetales. En la arquivolta del arco principal se disponen de forma radial, y adaptadas al espacio, figuras que representan a Santa Ana (en la clave) junto con la Virgen y el Niño. A su derecha, Santa María Salomé, Santa Lucía, San Jerónimo y San Lorenzo; mientras que a su izquierda, María de Cleofás, María Magdalena, San Gregorio Magno, San Esteban y San Agustín.
Sobre una moldura que enmarca el tímpano semicircular de la portada se representa un coro de ángeles portando instrumentos de cuerda. En el centro del tímpano se alza la Virgen apocalíptica que permanece de pie sobre una media luna creciente, mientras sostiene al Niño en el brazo izquierdo. Su cabeza está flanqueada por dos ángeles arrodillados y, tras ella, irradian rayos de luz. Acompañan a la Virgen, Santa Catalina y una segunda mártir cuya identidad podría asociarse a Santa Margarita.
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| Detalle del tímpano y del intradós del arco. |
En el intradós curvado del tímpano está esculpido el blasón de los Fonseca (que corresponde al fundador de la institución), sostenido por un ángel entre sus manos. Las jambas tienen tres esculturas de santos a cada lado: en la izquierda Santiago Peregrino, San Juan Evangelista y San Francisco de Asís; mientras que en la derecha se encuentran san Pedro, san Pablo y la figura de un dominico que quizá sea santo Domingo de Guzmán.
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| Detalle de las jambas de la portada. |
En el interior del edifico destaca el claustro, que es obra del arquitecto Peña de Toro en el año 1656 El claustro cuenta con tres arcos de medio punto con rosca moldurada por cada uno de sus lados, estos apoyados sobre pilastras de orden toscano y fuste rehundido. En el piso alto se suceden una serie de ventanas adinteladas con montantes, que aparecen enmarcadas por molduras cuadrangulares de escaso relieve. Entre las ventanas se intercalan pilastras que mantienen el mismo ritmo de las arquerías de la planta baja.
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| Claustro del colegio de San Xerome. |
Historia
El edificio del colegio de San Xerome se construyó en los años centrales del siglo XVII. No obstante, los orígenes de la institución se remontan al siglo XVI, cuando el arzobispo Fonseca III asumió bajo su patronato el proyecto de crear en Santiago una Universidad basada en la vida colegial.
El primer colegio de Fonseca se instituyó en 1522 bajo la advocación del “Glorioso Apóstol Señor Santiago el Mayor”; estaba dedicado a estudios de teología y fue instalado en el mismo edificio donde se encontraba el Hospital Vello de Santiago, sito en la antigua rúa da Acibechería, entre el monasterio de San Martiño Pinario y la catedral.
En 1546 el Hospital Vello dejó de funcionar, siendo traspasadas sus competencias al Hospital Real; la Universidad tomó entonces posesión de su inmueble, estableciendo en él el colegio de artes de San Xerome donde se impartía dialéctica, lógica, física aristotélica y filosofía, mientras que en un nuevo edificio, construido en la rúa do Franco de la misma ciudad, se instaló el colegio de Santiago Alfeo o de Fonseca.
En 1555 se encargó al doctor Andrés Cuesta la tarea de elaborar unas nuevas constituciones por las que los primitivos colegios de dependencia episcopal se convirtieron en una Universidad bajo patrocinio real. Las constituciones contemplaban un colegio principal -el de Fonseca- para teólogos y artistas y un colegio menor -el de San Xerome- para gramáticos. El rector de la Universidad (que debía ser miembro del cabildo catedralicio) y dos consiliarios electos controlaban la vida colegial y sancionaban las transgresiones de las normas constitucionales.
En un principio el colegio de San Xerome albergó 12 colegiales que debían residir en el centro durante tres años. Los estudios los dirigían tres preceptores, que se turnaban cada año para ejercer como vicerrectores responsables de la administración. De la manutención y alojamiento se encargaban un despensero, un panetero, un refitolero y un portero. El acceso al colegio estaba supeditado a la comprobación de la alfabetización de los candidatos, de su pobreza y de su limpieza de costumbres. Cada colegial debía jurar fidelidad a la institución, dedicarse a los estudios, guardar clausura nocturna, respetar el protocolo y cumplir con el precepto dominical y los sufragios por el fundador; al ingresar se les entregaban dos mantos de buriel largos hasta el suelo, que servían de vestido oficial e insignia colegial y que eran pagados por la Universidad.
En 1590 se introdujeron en San Xerome 12 colegiaturas de artistas, ya que los gramáticos se encontraban en trance de extinción (años más tarde los estudios de gramática serían impartidos por los jesuitas). Por entonces se planteaba el traslado de este colegio a una nueva sede que sería edificada en la huerta del colegio mayor de Fonseca, es decir, en el actual emplazamiento que hoy ocupa en el frente meridional de la plaza do Obradoiro.
En el año 1598 para el llamado Colegio Nuevo se le encargó a Mateo López las trazas de un proyecto de construcción del que solo se hizo la torre, que actualmente se levanta en la rúa do Franco, junto al antiguo colegio de Fonseca. En 1601 dirigía las obras de San Xerome el canónigo de la catedral, Luis Rodríguez. En 1635 el arquitecto Bartolomé Fernández Lechuga realizó un segundo proyecto que fue igualmente pospuesto sin que llegase a ser realizado. Fue el propio Bartolomé Fernández quién reconstruyó en 1637 el viejo edificio de la Acibechería.
En 1651 el edificio de la Acibechería fue vendido al monasterio de San Martiño Pinario que quería ampliar su propio convento; de esta venta la Universidad excluyó algunos materiales y elementos de construcción, entre los que se encontraba la portada que sería incorporada en la fachada principal de la nueva sede de San Xerome. En 1656 la Universidad admitió la planta que presentó Peña de Toro para la construcción del claustro bajo de San Xerome. Nos dice Bonet Correa que es muy probable que se deban a este mismo arquitecto las trazas del exterior del colegio.
En la nueva sede de San Xerome se acogieron, en estancias de tres años, 24 estudiantes de artes que por regla general eran los de menor edad y los menos pudientes entre todos los colegiales de la Universidad;. Para ingresar era necesario superar un examen previo de latinidad y gramática. Los tres cursos que requerían los estudios de artes servían como preparatorio para acceder a otras carreras. En realidad, San Xerome funcionaba como colegio menor, anexo y dependiente del de Fonseca.
A mediados del siglo XVIII aumentó considerablemente el número de las cátedras y de los estudiantes compostelanos, lo que planteó la necesidad de construir un nuevo edificio destinado exclusivamente para la Universidad, que hasta entonces había tenido su sede en el colegio de Fonseca. Tras haberse producido la expulsión de los jesuitas, Carlos III expidió en 1769 una cédula que determinaba el traslado de la Universidad y del colegio de San Xerome al convento abandonado de la Compañía de Jesús. Un mes después se efectuó el traslado, que resultó ser definitivo en el caso de la Universidad, aunque no fue así para los colegiales de San Xerome que por acuerdo del claustro volvieron a la sede del Obradoiro en el año 1771. Con todo, se llegó a diseñar un proyecto alternativo que contemplaba la construcción de un “edificio magno” para la Universidad que ocuparía por completo el solar de San Xeróme y parte del de Fonseca; aunque este último proyecto no llegó a realizarse, se conservan los diseños firmados en 1773 por los arquitectos José Gómez y Alberto Ruibal.
Fue precisamente al inicio de la década de 1770 cuando los ministros del rey Carlos III plantearon una serie de reformas que, más allá de las discrepancias académicas, estaban encaminadas a centralizar y conseguir el control de las universidades españolas por parte del poder real, uniformando su gobierno y los planes de estudios y secularizando las materias docentes y el cuadro de profesores. Una vez puesto en marcha, el proceso reformista acabaría finalmente con los privilegios de la casta colegial, que habían sido concedidos por antiguas bulas papales y por codicilos eclesiásticos.
En 1807 el claustro universitario compostelano propuso suprimir los colegios de San Xerome y Fonseca y destinar a la Universidad las rentas de los colegios y seminarios no conciliares. Con todo, la eliminación efectiva de los colegios universitarios tardaría en materializarse; fue en el año 1840 cuando la Junta de la ciudad de Santiago decretó la supresión de los colegios de Fonseca y san Xerome.
En 1849 nos dice Pascual Madoz que San Xeróme acogía las cátedras de filosofía y ya al término de esta de esta última centuria y hasta mediados del siglo XX se instaló a en su edificio la Escuela Normal de Magisterio. Actualmente radica aquí la sede del rectorado de la Universidad de Santiago.
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