SANTIAGO DE COMPOSTELA, hospital de Carretas

El desaparecido Hospital de carretas fue un centro destinado al cuidado de  tullidos y pobres enfermos,  ubicado en la calle Carretas de la ciudad de Santiago de Compostela emplazamiento que circundaba el perímetro exterior del antiguo recinto amurallado hacia la parte del noroeste, por debajo del solar del Hospital Real, cerca de la plaza do Obradoiro y de la catedral. El hospital ocupaba un antiguo caserón levantado en el siglo XVIII del que se conserva en buena parte, aunque sometido a múltiples reformads. Se trata de un sencillo edificio con planta en forma de U con planta baja y un piso alto.  En la fachada principal se abren los vanos adintelados de la puerta de acceso y las ventanas, carentes de ornamentación. A un lado de la entada se encuentra una hornacina con arco de medio punto protegida por una reja que alberga en su interior una imagen de granito de la Virgen de Nuestra Señora de los Remedios con el Niño en brazos. Bajo esta hornacina se ubica un limosnero. El edificio se cubre con teja dispuesta a dos aguas y sobre la línea de cubierta sobresale un pequeño campanil de hierro forjado. En la parte trasera que da a una huerta amurallada, se encuentra un patio aterrazado con balaustrada de forja y una fuente en medio, ubicado entre los brazos laterales del edificio que se abre a él a través de una galería corrida de arcos carpaneles.

Calle Carretas, fachada del antiguo hospital.

La estancia más relevante de todo el conjunto es la capilla que está ubicada a la izquierda de la entrada principal. Esta tiene planta de salón y doble altura remarcada por una imposta ajedrezada que recorre el perímetro interior (cubierto por un sencillo artesonado de madera), así como coro alto a los pies, sostenido por unos canecillos con ángeles portando cartelas. Los ventanales tienen modernas vidrieras de colores intensos que reproducen figuras y motivos arquitectónicos propios del medioevo. En el cuerpo superior de los muros destacan una serie de pinturas inspiradas en el quattrocento italiano, que representan diversas escenas del Nuevo Testamento firmadas por Juan Luis en el año 1931. El retablo mayor es de estilo neo-clasicista de autor anónimo.

En la segunda década del siglo XX se levantó en la  parte posterior del viejo edificio el pabellón de los dormitorios atribuido al arquitecto López de Rego. Es una construcción de estilo modernista en la que reinan la simplicidad de líneas y la funcionalidad. Tiene planta rectangular, una gran fachada que da al jardín posterior, consta de planta baja y tres pisos altos y es rematada con cubierta de teja de a dos aguas.  La fachada está dividida en doce tramos diferenciados por medio de pilastras que recorren el edificio en toda su altura para sobresalir por encima del tejado con unos remates apuntados. En los lienzos se abren puertas y balcones de marcos hundidos. Señala el segundo piso una imposta dentada y la cornisa está formada por dos molduras de las que penden pequeños arquitos peraltados que se proyectan hacia abajo con largas ménsulas de volúmenes graduados. En el interior se disponían dos grandes salas corridas, espacios hoy transformados, en especial el dormitorio de hombres, que estaba cubierto con bóvedas rebajadas sobre esbeltas columnas.

Pabellón trasero del hospital.

Historia

En el año 1886 dice Bernardo Barreiro, que en la calle Carretas de la ciudad de Compostela, llamada vulgarmente “de Tarás”, estaba el hospital de Carretas cuyo nombre le venía por haber recogido en él, el arzobispo Rajoy, los tullidos y ancianos enfermos que andaban por la ciudad en carretones; añade el autor que era por entonces asilo de mujeres arrepentidas.

Por su parte Uría y Riú, retomando la información aportada por el propio Barreiro y también por Zepedano, Fernández Sánchez, Freire Barreiro y López Ferreiro, dice con respecto a este hospital: “La afluencia de mendigos tullidos que, especialmente en los años de jubileo, invadían la ciudad conducidos en carretas individuales era tal, que el arzobispo Rajoy decidió en 1764 poner fin a aquel lamentable espectáculo que embarazaba las plazas y calles de Compostela, adquiriendo una casa con su huerta en el barrio de Tarás situado extramuros y al NO., donde edificó un hospital, cuyas obras no terminaron hasta el año de 1770. Se le conocía con el nombre de hospital de Carretas, lo mismo que la calle en que se hallaba situado”.

Los orígenes de esta institución se remontan al año 1641 cuando las antiguas casas de la Real Audiencia, sitas en la actual plaza de Casas Reais de la ciudad de Santiago, fueron cedidas a María Cores para que estableciese un hospital y seminario de pobres impedidos y niñas desamparadas. La intención primera de esta fundación era la de recoger a las mujeres de “mal vivir”, no obstante, en 1730 se le incorporaron los tullidos y por derivación también las huérfanas.

En 1752 consta en el Catastro de Ensenada que había en la ciudad de Santiago de Compostela ciertas casas de caridad que nombraban hospitalillos, siendo de fundación particular; entre ellos estaba el de “Casas Reales” que llamaban “Hospital de las Carretas”, para recoger incurables, del que era patrono el cabildo eclesiástico.

En 1771 la antigua fundación de María Cores con todos sus bienes pasó a engrosar los fondos de la nueva casa de asilo, que con los mismos fines estableció el arzobispo Rajoy en el barrio de Tarás. La anexión significó el abandono del primer emplazamiento, de modo que ya en el año 1783 hay constancia de que el edificio del antiguo hospital en la calle de “Casas Reais” se encontraba en estado ruinoso y sin cumplir con sus funciones. Por entonces, el hospital de Carretas, junto con los da Troia y Salomé justificaron la cobertura de los objetivos de su fundación, diciendo que recogían a pobres y enfermos y por lo tanto no podían desmantelarse en favor de otras instituciones de beneficencia sin causar quebranto.

En un cuestionario oficial de 1821 se consideraba que la situación del hospital de Carretas era “tan buena que se conservan los pobres tullidos en él muchos años” hasta su fallecimiento, si bien sólo residían allí 18 acogidos, cuando la capacidad real era de 30.

En siglo XX el edificio del antiguo hospital funcionó como asilo de ancianos, que se cerró en el año 2002. A partir del 2015, una vez que el edificio fue rehabilitado por completo, se trasladó aquí el Centro Internacional de Acogida de Peregrinos dependiente de la archidiócesis compostelana, donde se entregan las credenciales de haber realizado la peregrinación a la tumba de Santiago y donde se ofrecen además servicios de biblioteca, información, descanso, higiene, correos y gestión de viajes.

Fuentes y bibliografía

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