FONFRÍA (Pedrafita do Cebreiro)

Entidad de población del Camino Francés en la parroquia de San Xoán Fonfría, municipio de Pedrafita do Cebreiro, provincia de Lugo. Se encuentra entre las entidades de población do Poio, al sureste y do Biduedo, al noroeste. Su altitud es cercana a 1.300 metros. Tenía veintiocho habitantes en 2019.

El camino jacobeo cruza diagonalmente este pequeño poblado, pasando junto al lateral noreste de la iglesia parroquial de San Xoán, que es el edificio más relevante entre todos los que actualmente hay en el lugar. La iglesia es de origen medieval, aunque ha sufrido reformas sustanciales, la última en el año 1962, cuando se cambió su orientación de tal manera que la fachada principal mira en la actualidad a la nueva carretera que va do Cebreiro a Triascastela, quedando de espaldas al Camino Francés. Precisamente delante de la iglesia y en las márgenes de la carretera de Triacastela, se encuentra una de las tres fuentes con abrevaderos para el ganado, que aún perduran en Fonfría; de ésta en concreto se dice que es la que dio nombre a la población.

Abrevadero ante Iglesia parroquial de San Xoán de Fonfría.

Frente a la iglesia y al otro lado del camino jacobeo se localizan dos edificios relevantes en la historia de Fonfría, que son la Casa de Aira y la Casa das Cadeas, esta última se conoce también como O Mesón Real; de la primera señala López Pombo, que, según el dicho popular, esta casa gozó del derecho de asilo en virtud de una merced otorgada por la reina Isabel la Católica, cuando en una de sus peregrinaciones a Santiago de Compostela pernoctó en ella. El mismo López Pombo apostilla que sobre esto nada se ha demostrado documentalmente y añade que dicha merced, si la hubo, no correspondería a esa casa, sino al Mesón Real, que era el que tenía las cadenas sobre la puerta principal, estando su propiedad delimitada por unos mojones.

Casas da Aira y das Cadeas.

El Mesón Real fue establecimiento hostelero y posteriormente edificio de correos y postas; de esto último aún queda recuerdo entre los vecinos. De la antigua edificación no resta otra cosa, sino uno de los mojones delimitadores. En su mismo solar se alza hoy en día una nueva casa de ladrillo y cemento y junto a ella aún se mantiene en pie la Casa de Aira, que en poco o nada se diferencia de las tradicionales viviendas de labradores que mayormente componen esta población.

La Casa de Aira es una construcción de planta cuadrangular de notable superficie, que dispone de un solo sobrado o piso alto; tiene muros de mampostería vista, cubierta de pizarra y carpinterías que fueron de madera y que recientemente han sido sustituidas empleándose otros materiales como el aluminio. Este tipo de casas tenían dependencias y construcciones auxiliares de servicio, como las cuadras, los alpendres, los graneros y las eras de mallar el grano, de las que todavía podemos ver algunos ejemplos en este lugar.

Casa de Lucas.

A la salida de Fonfría siguiendo en dirección hacia Santiago se encuentra la llamada Casa de Lucas que tiene un escudo en su fachada principal, sobre la puerta de la entrada. Fueron dueños de esta casa Pedro Carballo y su mujer María Pombo, de quienes se sabe que vivían aquí hacia el año 1660.

Detalle del escudo de la Casa de Lucas.

Entrando en la población por su extremo oriental se encontraba el ya desaparecido hospital de Santa Catalina para la acogida de peregrinos, que tenía su propia capilla y que dependió de los monjes terciarios del monasterio del Santo Espíritu de Melide. Este hospital se encontraba en una finca que se conoce como Horta da Casa do Galego, donde hoy hay una casa de labranza que ha sido rehabilitada como hospedería de turismo rural.

De nueva construcción es el albergue de montaña y aula de interpretación de la naturaleza da Reboleira, que está en medio del pueblo; fue subvencionado por iniciativa de la comunidad europea en el marco del Plan Leader Plus Ancares.

Sobre la carretera de Triacastela, llama la atención otra hospedería que se ha edificado recientemente imitando la arquitectura de las “pallozas” o viviendas tradicionales de planta circular u oval, con techumbre vegetal, que son propias de esta zona de la montaña lucense.

Historia

La población de Fontem Frigidam aparece por primera vez mencionada en el año 969, concretamente en el documento de donación al monasterio de Samos de la iglesia llamada de sancto Stephano, fundada en el lugar de Vilar, territorio de Triacastela, cuyos términos estaban establecidos por un camino que iba a dar a la carretera mayor que conducía a Fonfría: de carrale que discurrit ad villam usque ad aliam carralem que discurrit ad stratam maiorem ad Fontem Frigidam, per ubi sunt suos terminos et locos antiquos. Es una de las menciones más tempranas que conocemos relativa a un tramo del Camino Francés.

El lugar vuelve a ser mencionado en el Tumbo de Samos en el año 1158 a propósito de la delimitación del monte Louzarela, que el rey Fernando II de León otorgó a su vasallo Pedro Barragán.

Ya al final de la Edad Media,  Arnold von Harff al hacer relación de los viajes que hizo por Egipto, Venecia y Santiago entre los años 1496 y 1499, se refiere a esta población nombrándola como Munfrea.

En el siglo XVI nos dice García Oro que la presencia en el obispado lucense de diversas figuras de renombre pertenecientes a la hidalguía dejó huellas de violencias repetidas en sus disputas por los señoríos. En la órbita del conde Lemos se encontraba la familia de los Ribadeneira a la que pertenecía Fernán Díaz de Ribadeneira, titular de la casa y fortaleza de Torés (parroquia próxima a Fonfría). En 1506 la Corona tenía confiscados los bienes de esta casa, afectando entre otros lugares a las fortalezas de Torés y a las feligresías de Torés y de Fonfría, de modo que al año siguiente el rey Fernando el Católico ordenó a Fernán Díaz que entregase dichos bienes a su gobernador Diego de Rojas. En el documento correspondiente figura “la Fonfría con su portazgo ques todo en el Reyno de Galizia, que dis que fueron de Pedro de Bolaños vuestro padre, e estando en poder del mi gobernador del dicho Reyno de Gallizia […] vos apoderastes de todo ello, non lo pudiendo ni deviendo faser de derecho”. Ante las alegaciones presentadas por el propio Fernán Díaz, otra provisión de la misma fecha ordenaba que le fueran restituidos los bienes susodichos a los herederos de Pedro de Bolaños.

Según López Pombo en otros documentos del siglo XVI la población de Fonfría aparece bajo la denominación de “Fonsfrigida” y además, en un buen número de protocolos de escribanos de las jurisdicciones colindantes y principalmente de Triacastela la nombran como “Fuenfría”, si bien dice el autor que más tarde pasó a conocerse por “Fonfría do Camiño”, en clara alusión al Camino Real de Galicia al reino de León, cuyo trazado se solapaba al Camino Francés.

En el itinerario del viaje del padre Sarmiento a Galicia, publicado a mediados del siglo XVIII la población aparece con el nombre actual.

Por entonces consta en el Catastro de Ensenada que este lugar era de la jurisdicción de la fortaleza de Torés, perteneciente a la marquesa de Parga, condesa de Amarante residente en Valladolid, a quien pagaban los vecinos determinadas cantidades de dinero al año por razón de vasallaje y también por la luctuosa. Correspondía al rey, como propiedad personal suya, la renta anual de los sesenta y siete reales de vellón que pagaba Domingo de Aira por el arrendamiento del portazgo que se hallaba en el sitio de Fonfría. Existía en este mismo lugar una parada de postas de la que era su maestro titular Pedro Carballo de la Fuente. Así mismo, funcionaban aquí dos tabernas y un estanco y estaban afincados varios arrieros con sus propias bestias y caballerías, traficando algunos de ellos con vino de la comarca orensana del Ribeiro. También se dice en el mismo catastro que se encontraba en Fonfría un hospital de peregrinos con su capilla, que se llamaba de Santa Catalina y que pertenecía al convento de frailes terciarios del convento del Santo Espíritu de la villa de Melide.

Ya a comienzos del siglo XIX, en el transcurso de la Guerra de la Independencia, los vecinos que eran contribuyentes del cuartel del ejército situado en Fonfría elevaron una protesta motivada por las cargas que tenían que soportar, dada la cantidad de carros que subían y bajaban de Castilla llenos de enfermos y soldados heridos. Los vecinos del Camino prestaban servicios con los carros y las yuntas del ganado, además de aportar alimentos a la tropa y paja, hierba y cebada para las caballerías. Al no ser posible acomodar tanto tránsito, pidieron al capitán general de Galicia, Francisco Castaños, que se repartiese el paso de las tropas por este Camino y por la carretera nueva de Castilla por As Nogais, cargándose más en el acuartelamiento de Doncos, que había sido trasladado a As Nogais, dado que en el monasterio de Samos ya se habían instalado más de quinientas camas y que el hospital habilitado en Triacastela estaba saturado, lo mismo que el acuartelamiento de Fonfría. Todo ello se recoge en el acta realizada el 13 de septiembre de 1812 por el escribano José Francisco Pombo, que fue publicada por López Pombo.

En 1847 Pascual Madoz nos dice de este lugar que tenía cincuenta y siete almas. No mucho después, en la descripción del itinerario militar de Narón a Pedrafita por Portomarín del año 1866, consta que la aldea de Fonfría tenía dieciséis vecinos (cabezas de familia).

Referido a los años treinta del siglo XX dice Amor Meilan que “San Juan de Fonfría”, con el único lugar de Fonfría, era filial de “San Juan de Louzarela”. Lo mismo se repite en la década de los años setenta del mismo siglo en la Gran Enciclopedia Gallega, añadiendo que había en el término una población de sesenta y nueve habitantes.

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