Feligresía del Camino Francés en el municipio de Portomarín, provincia de Lugo. Está situada entre las parroquias de San Nicolao de Portomarín, al noroeste, Santiago de Ribas de Miño, al nordeste y San Xoán de Loio, al sureste. Consta de tres entidades de población O Bautista, A Fonte da Agra y San Pedro.
Con muy corta superficie, el término se emplaza sobre un reborde de la ribera izquierda del río Miño, entre los 350 y 405 metros de altitud.
La villa medieval de Portomarín surgió y se expandió a orillas del río Miño, en torno al paso del Camino Francés. Comprendía dos burgos distintos: el de San Xoán, en la parroquia de San Nicolao, situado en la orilla derecha del río Miño y el de San Pedro, en la parroquia del mismo nombre, sobre la orilla izquierda. Ambos burgos han quedado anegados bajo las aguas del embalse de Belesar, construido entre las décadas de los años cincuenta y sesenta de la pasada centuria.
En el último cuarto del siglo XII encontramos la primera noticia de la instalación de la Orden Santiago en los términos que hoy son de la parroquia de San Pedro de Portomarín. Así, en la bula de confirmación del papa Alejandro III del año 1175, otorgada a los santiaguistas a instancia de los reyes de León, Castilla y Portugal, se detallan las posesiones que dicha orden tenía en Galicia, incluyendo el monasterio de Loio con su coto y el burgo de Ponte Minei contra la parte de Loio, con todas sus pertenencias; es decir, en esos momentos la Orden de Santiago llevaba ya un tiempo afincada en la parte de Portomarín que correspondía a la orilla izquierda del río Miño, en las cercanías de la desembocadura del río Loio. Las propiedades de los santiaguistas que figuran en la bula de Alejandro III fueron confirmadas posteriormente por el rey Fernando II de León y por los papas Lucio III y Urbano II .
En el tiempo que la orden de Santiago disfrutó de la posesión del burgo de San Pedro se consagró la iglesia de dicho lugar. Según reza en la inscripción que hay en el tímpano de su portada principal la consagración se efectuaría en la era de MCCXX (año 1182) en honor de la Bienaventurada María y de los santos Pedro, Cosme y Damián, siendo obispo de Lugo Rodrigo II.
El monasterio de Santa María de Loio, enclavado en la parroquia de San Salvador das Cortes, fue el centro geográfico de dicha orden en los primeros momentos de su implantación en tierras gallegas. Aunque los santiaguistas conservaron todo lo de Loio hasta el año 1254, fecha en que lo cedieron a la Iglesia de Santiago de Compostela a cambio de la mitad de Mérida, no ocurrió lo mismo con Portomarín, ya que en 1188 Alfonso IX firmó un privilegio confirmando a la orden de Santiago todas las donaciones hechas por su padre Fernando II, a excepción de la mitad de Valduerna y el burgo de Ponte Minii, que de este modo revertirían en el patrimonio regio.
No sabemos en qué momento la sede de la Iglesia compostelana pudo hacerse con el burgo de Portomarín; lo cierto es que en dos documentos de los años 1311 y 1313 se menciona la “rúa del Camino Francés” en Portomarín, en la parte del arzobispo, bajo el signo de San Pedro.
Ya en la primera mitad del siglo XV, en el llamado Tumbo Vermello de don Lope de Mendoza, consta que la villa y burgo de Portomarín era del arzobispo de Santiago, “desde la ponte alende contra Sarria, con o couto de Loyo que he çeleiro da Mesa do Arzobispo”. Dentro de estos términos el prelado compostelano tenía numerosas rentas, fueros y derechos, estando sujetos a su señorío todos los hombres que moraban en las feligresías de San Pedro de Portomarín, San Xoán de Loio, San Mamede de Castro, San Martiño de Castro, San Salvador das Cortes, San Pedro da Cova (suprimida antes del arreglo parroquial de 1890, fue anejo das Cortes comprendiendo el lugar da Tellada), Santa María de Francos y Sesmonde (en la actual parroquia de Santiago da Laxe). Todas estas feligresías estaban atravesadas por el Camino Francés, excepto las de San Mamede y San Martiño de Castro.
En la parroquia de San Pedro le pertenecía al arzobispo un casal que estaba yermo; percibía en la propia iglesia cuatro maravedís (en otro lugar del susodicho tumbo, se dice treinta “sueldos de brancos”) y en la villa 16 dineros de cada casa que tuviese “cume” (cubierta), a lo que sumaba 50 maravedís de otras casas suyas que tenía aforadas. Así mismo, cobraba un par de dineros de cada carga de vino que por ahí pasaba que no fuese de los vecinos de su villa de Portomarín, ni del coto de Loio y cobraba 8 dineros más por las cargas de vino que se vendían cuando no había cosecha en aquellos lugares. Consta también que en el año 1435 el arzobispo arrendó por algunos años a Lope Alfonso de Portomarín todo lo del burgo de San Pedro y coto de Loio por la cantidad de 4.000 maravedís, aunque el valor real estaba estimado en 1.000 maravedís más.
En las Relaciones de Vecindario del año 1571 se dice de Portomarín que tenía dos parroquias, la San Nicolao con 100 feligreses y la que llaman de “Santiago” (que es la misma de San Pedro) con 40 feligreses; se precisa que se cogía aquí “vino e pan e trigo” y que era “tierra de mucha fruta y es ribera y está en camino francés que va a Santiago”. Años más tarde -concretamente en 1591- se censaban en la “parte de Santiago” 164 vecinos “pecheros”.
Ya desde mediados de esta última centuria encontramos afincada en San Pedro de Portomarín una rama familiar del linaje de los Berbetoros. Según Abel Expósito, en 1620 Pedro Sánchez de Berbetoros y su mujer Sancha Taboada aparecen nombrados como señores de la villa de Portomarín. Por su parte, González Reboredo publica el texto de una lápida conmemorativa de la iglesia de Santa María de Guimarei -fechada en el año 1689- donde se dice que el biznieto del susodicho matrimonio, Andrés Antonio de Berbetoros, era “señor de la villa de Puertomarin i cavo militar de sus basales”.
En la fachada del Pazo de Berbetoros, sito en del burgo de San Pedro, estuvo colocada otra inscripción del año 1712 donde figuran como sus dueños Inés de Montenegro y su hijo José de Berbetoros, de quién dice Crespo del Pozo que era suya la villa y jurisdicción de San Pedro de Portomarín, con sus correspondientes rentas. A José de Berbetoros lo heredó su hermana Isabel Melchora de Berbetoros, que entroncó con los marqueses de Bóveda de Limia al casarse con Juán Nicolás Espinosa y Feijoó, primero de dicho título que le fue otorgado en el año 1701.
En el Catastro del Marqués de la Ensenada figura que en 1752 esta feligresía y su jurisdicción era de señorío perteneciente al marqués de Bóveda, quien la proveía de juez, ministro y carcelero, no percibiendo cosa alguna por razón de vasallaje. Los diezmos de los frutos los percibía el cura párroco, lo que era medio real de cada vecino, a lo que se sumaban 20 ferrados de centeno, 204 azumbres de vino y 4 ferrados de castañas verdes. Por razón de primicia el mismo párroco recibía un cuartillo de manteca por cada “vaca de vientre” y de cada cerdo destinado a la matanza, dos cuartos de vellón. A la fábrica del término de esta iglesia pagaba cada vecino 1 real y cada viuda medio, que en total suponían 24 reales y medio al año. La dignidad arcedianal de la ciudad de Santiago, por razón del voto al Apóstol, percibía de cada vecino que cogía vino, 4 azumbres y un cuartillo y de los que no, medio ferrado de centeno, todo lo cual venía a sumar 45 reales y medio al año y lo llevaba por arriendo Pedro Pardo, vecino de la villa de Portomarín.
En total estaban censados por entonces 25 vecinos (que incluían a las solteras y viudas que eran cabezas de familia); entre los que desempeñaban algún oficio se encontraban un sastre, dos herreros, dos zapateros, un serrador de maderas y tres pescadores que tenían otras tantas barquitas pequeñas. Las casas habitables eran 25, las inhabitables 15 y las arruinadas 3; existía una taberna y dos tiendas al por menor de encajes herraduras y cordones. Había un hospital de pobres y peregrinos sin rentas y una leprosería que sí tenía dotación.
Se dice en el mismo Catastro que había un puente sobre el río Miño por el que percibía su Majestad por razón de portazgo un maravedí de cada vez que lo transitaban, siendo de fuera del término de las jurisdicciones de San Pedro y San Nicolao de Portomarín. Además, en el mismo río había tres canales de anguilas, dos de ellos en el sitio de Peitadiña que pertenecían al marqués de Bóveda y que regulaban 16 docenas de anguilas curadas dando por ellas 48 reales al año. El otro canal estaba en el sitio da Marola, perteneciente al cabildo de la ciudad de Santiago, y producía 5 docenas de anguilas que venían a valer unos 15 reales al año. Así mismo, había 2 colmenas en la parroquia.
En la relación de los beneficios parroquiales contenida en el libro titulado Razón universal de todas las piezas eclesiásticas de este obispado de Lugo. Año 1755, que se guarda en el Archivo Diocesano, figura en el arciprestazgo de Páramo-Goldrame “San Pedro de la villa de Puertomarín”, laical del marqués de Bóveda; contribuía con 600 reales.
En 1827 dice Sebastián Miñano que esta feligresía en la provincia y obispado de Lugo, era cabeza de la jurisdicción de su nombre. Reunía 30 vecinos y 155 habitantes. Pertenecían a la parroquia las aldeas de “Fuente de Agra y Nogueira”. Contribuía con 1.999 reales y 24 maravedís.
En 1849 señala Pascual Madoz que San Pedro pertenecía al partido judicial de Chantada y ayuntamiento de Portomarín. Reunía por entonces 31 vecinos y 168 almas que habitaban las 30 casas que había en el lugar de la “Calle de San Pedro”. La iglesia parroquial era única y el curato de entrada y patronato real y eclesiástico. La industria era la agrícola, produciéndose centeno, patatas, lino, castañas, algunas legumbres y pastos. Se criaba ganado vacuno, lanar, de cerda, cabrío y caballar. Había molinos harineros y telares de lino y lana.
En los años treinta del siglo XX, dice Amor Meilán que la parroquia era de entrada y reunía los lugares de “Fuente Agra, Nogueira, Tugido, Vistalegre y parte de la villa de Portomarín”.
Figura en la Gran Enciclopedia Gallega que en los años setenta de esta última centuria, cuando ya se había construido el embalse de Belesar que restó superficie al término, estaban censados en “San Pedro de Portomarín”, en el arciprestazgo de Ferreira de Gomelle, diez habitantes, correspondientes a las entidades “A Fontedagra y San Pedro”.
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