Municipio de la provincia da Coruña atravesado de este a oeste, por el Camino Francés. Limita al norte con el municipio de Oroso, al noreste con el de Frades, al este con el de Arzúa, al sur con el de Touro, al suroeste con el de Boqueixón y al oeste con el de Santiago de Compostela.
Consta de trece parroquias, seis son jacobeas: Santaia de Arca, Santa María de Castrofeito, San Miguel de Cerceda, San Breixo de Ferreiros, San Miguel de Pereira y San Vicenzo do Pino. Las parroquias que no son atravesadas por el Camino Francés son: Santa María de Budiño, San Xiao de Cebreiro, San Mamede de Ferreiros, Santa María de Gonzar, San Xiao de Lardeiros, Santo Estevo de Medín y San Lourenzo de Pastor.
Su superficie es de 131,9 km2. Tenía 4.641 habitantes en 2019 y su densidad era 35,1 hab./km2.
Los arroyos de la mitad septentrional del municipio canalizan sus aguas hacia el río Mera, afluente de la margen izquierda del Tambre, a cuya cuenca pertenece. El sector sur-occidental del término está atravesado por el río Brandelos y el sector sur-oriental por el río Lañas, ambos afluentes de la margen derecha del río Ulla.
El municipio es área de transición entre el bloque de las sierras del occidente galaico que separan las provincias de Lugo y A Coruña y las ondulaciones del nivel de Santiago, que preceden al océano Atlántico. Con apenas elevaciones reseñables, posee un relieve suave debido a la acción erosiva de la red fluvial de los ríos Tambre y Ulla. Los materiales litológicos de las vegas y de las áreas cercanas a los ríos son recientes (cuaternarios); en cambio, en el resto del término se manifiestan materiales de mayor edad.
El clima es oceánico de dominio húmedo-cálido. Cerca de las atribuciones moderadoras del mar, los inviernos son suaves y muy húmedos y los veranos son más calurosos que frescos. La media de las precipitaciones anuales recogidas está en torno a 1.600 y 2.000 mm por metro cuadrado. El invierno recibe cerca de cuatro décimas partes del total de las precipitaciones, el otoño poco más de un cuarto, la primavera algo menos de un cuarto y el estío recoge cerca de una undécima parte; así que en ésta última estación hay una clara sequía. La temperatura media anual es cercana a 12º C; los meses más cálidos de julio y agosto poseen una temperatura media que no supera los 18º C, con máximas entre 35 y 38º C. La temperatura media del mes más frío salva por poco los 7º C, con mínimas inferiores a -5º C.
Careciendo de grandes núcleos urbanos, los asentamientos de población do Pino no difieren en exceso de los hallados en los municipios jacobeos cercanos. Unos autores piensan que es un hábitat relativamente concentrado, otros creen que posee un poblamiento disperso. Tanto aquellos como estos exponen que hay con frecuencia casas aisladas y que existen asentamientos laxos y lineales.
Entre los factores que contribuyen a caracterizar el hábitat han adquirido gran valor las vías de comunicación; aunque no constituye un hecho novedoso, ha sido especialmente en las últimas décadas cuando se ha edificado de manera sistemática en las márgenes de las principales carreteras, llegando a crearse nuevos núcleos de poblamiento que se concentran principalmente sobre las encrucijadas locales. Las vías de comunicación de mayor importancia que atraviesan el término son la N-547 que comunica Santiago de Compostela con Lugo y la N-634 que une Santiago de Compostela con Guitiriz; la N-547 transcurre de este a oeste y corre en paralelo con el Camino Francés.
Un hecho que ha estado alterando el hábitat, las formas de vida y la economía del municipio ha sido la manifiesta y continua despoblación que sufre: ha perdido casi la mitad de la población desde el año 1950. Estar situado cerca de Santiago de Compostela y no poseer ninguna entidad urbana de cierto tamaño ha causado que la capital gallega haya atraído y absorbido su población, como ha sucedido con otros municipios cercanos. Existe, además, un envejecimiento demográfico manifiesto: poco más de tres de cada diez habitantes son mayores de sesenta años y los menores de quince años son una de cada diez personas; por lo tanto está previsto que la despoblación continúe.
En 2017 los afiliados en alta laboral eran 1.804, estando empleados en las actividades agrarias 284, en la industria 226, en la construcción 159 y en los servicios 1.133.
La economía municipal ha evolucionado desde los años sesenta del siglo XX; si ahora está orientada hacia el mercado a través del ganado bovino, hasta aquel decenio era cerrada, autosuficiente y con pocos ingresos. Antes las tierras estaban cultivadas de cereales (trigo, centeno y maíz), de patatas y de legumbres; en otros terrenos había maleza destinada para el ganado. Los campesinos que podían criaban unas pocas unidades de bovino, porcino y aves de corral. Resguardaban los animales y recogían los cultivos en diversas instalaciones: hórreos, alpendres, pajares, corrales, cuadras y pocilgas. Las mejores cabezas de ganado y el trigo eran vendidos en las ferias y en los mercados cercanos para conseguir los ingresos suficientes para comprar los productos transformados.
Más que cereales, ahora en las tierras predominan cultivos forrajeros y de maíz dispuestos para el ganado bovino (su número de cabezas ha tenido un aumento limitado cercano a la mitad desde comienzos de los años ochenta del siglo pasado). Varias tierras son ahora pastos y prados. La vaca frisona ha sustituido a la rubia gallega: aquella alcanza mayores rendimientos con la venta de leche; el ganado porcino ha crecido un cuarto desde principios de los años ochenta. Algunas instalaciones tradicionales han sido reparadas, se han construido también nuevas granjas y se han modernizado las explotaciones. Aspecto común de esa evolución en las áreas rurales ha sido la gran disminución -que se cifra en tres cuartas partes- del número de parcelas trabajadas desde comienzos de los sesenta; otro factor es la baja proporción de agricultores jóvenes registrados a finales de los años noventa.
A mediados del siglo XIX las industrias más señaladas en O Pino eran la transformadora, la fabricación de tejidos, la elaboración de harina y un pequeño número de artesanos. Siglo y medio después había en el municipio cerca de cuarenta establecimientos comerciales; en 2016 existían 468 empresas, 24 dedicadas a la industria, 43 a la construcción y el resto a los servicios; 427 eran microempresas de cero a dos asalariados.
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