LEBOREIRO, parroquia de Santa María do
Feligresía del Camino Francés en el municipio de Melide, provincia da Coruña. Está situada entre las parroquias de Santo André de Orosa, al noreste y San Xoán de Furelos, al suroeste. Consta de tres entidades de población, todas jacobeas: O Coto, Desecabo y O Leboreiro.
El término tiene un relieve suave con cotas de altitud que descienden desde noreste al suroeste; la parroquia está atravesada por el río Seco, afluente del río Ulla.
En el año 2019 estaban censados en esta parroquia sesenta y ocho habitantes. La mayor parte de la población aparece ocupada en los sectores de la industria, de la construcción y de los servicios, siendo pocos los agricultores.
Las fiestas patronales se celebran el día de Santa María.
Historia
En el siglo XII O Leboreiro aparece en el Codex Calixtinus como una de las villas del Camino Francés con el nombre de campus Leuurarius.
En el año 1185 nos consta que el Burgo de campo Leporario con su coto fue donado por Fernando II al monasterio de Sobrado; la demarcación del coto dividía por el puente de Furelos, Oleiros, Herosa, Porto de Bois, Porto de Pambre, Vasadra, Piñor, Vimianzo y de ahí de nuevo al puente de Furelos; sus términos comprendían, por tanto, no solo el territorio de la actual feligresía do Leboreiro, sino también de gran parte de las parroquias aledañas.
La susodicha donación fue confirmada por Alfonso IX, en los años 1189 y 1226 y también, en tiempos de este último rey, por privilegio papal.
Entre finales del siglo XIII y comienzos del siglo XIV puede datarse gran parte de la fábrica del templo parroquial de Santa María, que es obra románica de transición al gótico con algunas reformas posteriores.
En la Edad Moderna Santa María do Leboreiro estuvo integrada en el arcedianato de Abeancos, obispado de Lugo. Así en la visita que Vázquez de Gayo, arcediano de Abeancos, hizo a esta feligresía en 1561 halló que el clérigo beneficiado, Jorge Varela, llevaba la mitad de la con cura y la otra mitad la llevaban los herederos de Fernando López y que la presentación era del abad de San Martiño.
En el Catastro de la Ensenada (1753) consta que Santa María de “Levoreiro” era una de las ocho feligresías que comprendía la jurisdicción de Abeancos, junto con los cotos de Doroña (en Santa María de Castañeda) y Masusao (en Santa María de Maroxo). Dicha jurisdicción estaba sujeta al señorío del conde de Monterrey, a quien pagaban los vecinos do Leboreiro por razón de vasallaje 15 reales y 17 maravedís al año; así mismo le pagaban el derecho de luctuosa, que estaba regulada en 13 reales de vellón anuales. Los diezmos de lo que se producía en la parroquia, junto con la oblata pertenecían por entero al cura párroco. Cada uno de los vecinos que tenía una yunta de ganado pagaba por razón del “voto” al apóstol Santiago 18 cuartillos de centeno, lo que en total eran 7 ferrados y medio anuales. Estaban censados en término parroquial 10 vecinos, entre ellos un zapatero que ejercía como tal, seis meses al año, siendo también labrador. Las casas habitables eran 10 y ninguna arruinada. Había una taberna llamada de “Leboreiro”, que tenían arrendada los vecinos a un tabernero y estanquillero. Se dice expresamente en mismo Catastro que por entonces no había en el término hospital alguno. En el río Seco funcionaba en los meses de invierno 1 molino harinero.
En la relación de los beneficios parroquiales contenida en el libro titulado Razón Universal de todas las piezas eclesiásticas de este obispado de Lugo. Año 1755, que se guarda en el Archivo Diocesano, figura en el arciprestazgo de Abeancos “Santa María de Leboreiro”, laical de los herederos de Francisco Varela; los beneficios parroquiales suponían 440 reales. Se dice que había un hospital de pobres del que era patrono el conde de Monterrey, con 1.600 reales.
En 1826 Sebastián Miñano anotó en su Diccionario que “Santa María de Liboreiro” en la provincia y arzobispado de Santiago, jurisdicción de Abeancos, tenía 28 vecinos y 135 habitantes. El término situado en terreno montuoso con vertientes al río Ulla. Producía trigo, centeno, maíz, legumbres y alguna castaña. Había telares de lino y lana para uso de sus habitantes. Contribuía con 300 reales.
En 1847 Pascual Madoz dice que la parroquia pertenecía a la diócesis de Lugo. Su iglesia era única y el curato de entrada y patronato lego. El término estaba atravesado por la vereda que iba de “Melide para la tierra de Ulloa”, que era camino de maragatos. La industria era la agrícola; existía además una fábrica de teja de buena calidad, aunque era poco su consumo. Había en la parroquia 14 casas de pocas comodidades y la población total sumaba 14 vecinos y 76 almas.
En el itinerario militar de Lugo a Santiago del año 1866 se dice que la feligresía de “Libureiro” en el ayuntamiento de “Mellid” reunía 39 vecinos.
Carré Aldao señala, en los años treinta del siglo XX, que esta feligresía pertenecía al arciprestazgo de Abeancos en la diócesis de Lugo, teniendo aneja la parroquia de San Pedro de Meire. Por entonces esta parroquia tenía 148 habitantes de hecho y 164 de derecho, con 54 casas, 27 de planta baja y otras tantas de dos pisos.
En los años setenta del siglo XX figura en la Gran Enciclopedia Gallega que había en el término parroquial 94 habitantes.
Fuentes y bibliografía
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