CALVOR, iglesia parroquial de Santo Estevo de

Iglesia parroquial situada sobre la margen meridional del Camino Francés (en el municipio de Sarria, provincia de Lugo, entre los lugares de Pintín, al este y Aguiada, al oeste), sobre el ramal del camino de Triacastela a Sarria por A Balsa.

La iglesia es el último vestigio de lo que fue el monasterio altomedieval de Santo Estevo de Calvor y está ubicada alejada del núcleo poblacional, alzándose el edificio en medio de un recinto murado que, además, acoge el atrio y el cementerio parroquial.

Se trata de un templo formado por una nave rectangular de tipo basilical, un ábside adosado en la cabecera de planta cuadrada (de mayor altura que el anterior) y un segundo volumen adosado a este, de planta rectangular que cumple la función de sacristía. A lo que se debe sumar el pórtico abierto del muro norte. Los muros de la iglesia se encuentran recebados y pintados, tapando así el material base sobre el que fue construida: mampuestos de sillarejos de gneises y esquistos, manteniendo a la vista el material pétreo en los accesos de puertas y ventanas y elementos esenciales.

Iglesia de San Esteban de Calvor y su entorno.

Así, la fachada de la iglesia se presenta en un solo lienzo, flanqueada por aristones de sillares de granito rematados en pináculos. En ella, esta convivencia de materiales enlucidos con el recubrimiento posterior se evidencia de forma clara. En el registro inferior los elementos se disponen de forma simétrica, contando con un vano adintelado de acceso al templo ocupando el espacio en el que en fases previas de la edificación se contaba con un arco de medio punto —ahora ciego, conservándose a la vista su rosca—. Flanqueando la puerta adintelada, sendos vanos rectangulares con cierto derrame interior. siguiendo la vertical sobre el eje central del acceso, se abre un vano circular de pequeñas dimensiones.

La fachada remata en una cornisa de líneas ondulantes en el encuentro con la cubierta, cubriendo los laterales, mientras que en el centro se eleva una espadaña de un piso con dos vanos de arco de medio punto con líneas de imposta molduradas que se prolongan. Está rematado por un frontón partido con un óculo central coronando sus tres partes con sus respectivos pináculos, al que se suma al central una cruz metálica.

Fachada principal de la iglesia de Calvor.

Los muros laterales se presentan sobrios, apenas alterada su homogeneidad por la sucesión de aperturas que iluminan el interior o dan servicio a este. En el muro norte se advierte el pórtico de acceso que se sostiene entre el muro —gracias a los modillones dispuestos— y los tres pilares de piedra de sección triangular en la parte más alejada al muro que se apoyan en un muro auxiliar corrido con diferentes niveles de altura, adaptándose los pilares a esta circunstancia. En su encuentro con la cubierta, se conservan una serie de canecillos, interrumpida por la pérdida de las piezas en la fachada restante. El pórtico cubre un amplio espacio con un acceso secundario al templo formado por un arco de medio punto sobre pilares adosados al muro cerrado con una puerta de madera y, sobre esta, un arco que sirve para la iluminación interior del templo.

Muro norte de la iglesia con pórtico abierto y acceso secundario.

Misma función que la asignada a las ventanas aspillera que se dejan ver sobre el pórtico, que harán lo propio en el segundo registro del templo. En el mismo lado del muro se abre un vano rectangular que deja pasar la luz al ábside, idéntico al del muro contrario, el sur, ubicado en el mismo espacio. A las que se deben sumar las ventanas en la nave. El edificio se cubre con pizarra con una estructura a dos aguas en la nave, a cuatro en el ábside y a tres en la sacristía.

Cuerpos de la sacristía, cabecera y nave de la iglesia de Calvor.

En el interior, la nave acoge el primer espacio del templo, que cuenta con el coro alto de madera a los pies y, en la entrada, en el muro del Evangelio, se encuentra la pila bautismal labrada en granito, con el cuenco y el pie gallonados. A la que se suma una pila de agua bendita tallada sobre un capitel de mármol prerrománico. El material empleado procede de las canteras locales de O Incio y la factura es semejante a la de otro capitel conservado en la iglesia de San Pedro de Seteventos. El que nos ocupa cuenta con una primera serie de hojas bien definidas ligeramente dobladas sobre sí mismas en la parte superior, serie que se alterna con otras enfrentadas de longitud mayor longitud y acabadas en volutas. El espacio central entre estas hojas es ocupado con círculos tallados con una espiral radial interior.

Pila del agua bendita, tallada en un capitel prerrománico.

El acceso desde la nave al presbiterio se lleva a cabo atravesando un arco de medio punto de tipo triunfal con impostas molduradas y sostenido con pilares adosados al muro. Este espacio, el presbiterio, elevado sobre la cota de del suelo respecto a la nave, es fruto de la reedificación llevada a cabo en la Edad Moderna. Más alto que la nave, se comunica con la sacristía por medio de dos puertas adinteladas en el muro este.

Interior de la iglesia de Calvor.

Contiene gran parte del programa iconográfico del templo, presidido por el retablo del altar mayor. De estilo barroco, altamente ornamentado y concienzudamente dorado, el retablo se organiza en un banco, en cuyo espacio central se ubica el Sagrario, tres calles verticales que forman el primer piso y un ático. Entre las hornacinas donde se disponen las imágenes se encuentran las columnas vigorosamente decoradas, empelando para ello tanto la policromía como el detalle de decoración vegetal, rizada y vegetal que se enrosca entre las estrías helicoidales de los fustes sobre base ática y coronados con pilares de tipo corintio sobre los que descansa un entablamento corrido con entrantes y salientes que se adelantan dando así movimiento al conjunto.

El ático, semicircular, se adapta al espacio y a su encuentro con la bóveda de cañón que cubre el presbiterio. En él, como en el resto del retablo, predominan los dorados dando forma a ornamentación que se muestra sin pudor siguiendo formas onduladas que se enroscan entre sí y recorren tanto la moldura del ático como los paños y entrepaños. En el espacio central se encuentra la imagen de San Sebastián, una talla reciente del Cristo del Sagrado Corazón a la derecha de este y, en la calle de la izquierda, San Pablo.

Retablo mayor de Calvor.

En el muro sur del presbiterio se encuentra un segundo retablo barroco del siglo XVIII, de madera, también muy ornamentado, aunque con pérdida en la intensidad de la policromía tanto en la estructura como en las imágenes. Más sencillo en sus formas, consta de un banco sobre el que yergue una hornacina flanqueada por columnas salomónicas decoradas con elementos vegetales y frutales, en la que se representa la escena del Calvario, con Cristo Crucificado en el centro acompañado de San Juan y la Virgen. Tras las imágenes, en el fondo de la hornacina, es posible advertir los restos de la escena representada en la tabla que se corresponde con la ciudad de Jerusalén.

Retablo del Calvario.

Debemos sumar a la iconografía del templo, el retablo de inspiración neoclásica en el muro norte, también en el ábside, donde se ubica la imagen procesional de la Purísima en el espacio central, acompañada de la Virgen de los Dolores y de San Francisco.HistoriaLa primera referencia a esta iglesia de Calvor la encontramos en un documento del tumbo del monasterio de Samos fechado en el año 785, momento en que Adilano fundó bajo la jurisdicción de dicho monasterio una basílica dedicada a los santos Stephani Levite y Iohanis Baptiste y a los apóstoles Petri y Pauli, en el territorio del Montis Seri, sobre el castro Astorica y villa Calvaria, dotándola con heredades suyas para servicio de esa misma iglesia y también de los viajeros, pobres y peregrinos que a ella llegasen. Si bien la autenticidad de este documento es considerada como incuestionable por Lucas Álvarez y otros especialistas, hay que puntualizar que la referencia a los peregrinos (salvo que no aludiese a los que iban a Santiago) debe tratarse o bien de una mera fórmula diplomática, o bien de una interpolación documental dado que en la fecha correspondiente todavía no se había descubierto el sepulcro apostólico.A la fundación de Santo Estevo de Calvor se refiere también otra escritura de testamento, dote y donación que hizo el arcipreste Teodenando en el año 902. En ella se cuenta como el antepasado de Teodenando, Egila, había venido de los confines de Hispania con su mujer y sus hijos en tiempos del rey Fruela I de Asturias haciéndose con una villa desolada en los alrededores del río Sarria; villa que más tarde llevaría el nombre de su hijo Adilano. Se dice que fue Egila quién construyó en ese lugar un monasterio dedicado a sancto Stephano levite y sancto Martino episcopo y que Teodenando lo dotó con numerosos bienes que debían servir para su sostenimiento, así como el de los frailes que allí perseverasen en la vida santa, el de los pobres y necesitados y también para hospitalidad de los peregrinos allegados al claustro construido a tales efectos en el lateral derecho de la basílica cenobial. Todo ello lo concedió Teodenando al monasterio de Samos, obteniendo del rey Alfonso III de Asturias y León la confirmación de todos los términos contenidos en la correspondiente escritura. Sabemos que poco más de un siglo después, en 1033, el vicario de Samos acordó entregar a Odoario Randiniz la casa de Santo Estevo de Calvor por treinta sueldos anuales.En 1175 el papa Alejandro III ratificó los derechos jurisdiccionales y patronales que el monasterio de Samos venía disfrutando de antiguo sobre alrededor de un centenar de iglesias con sus pertenencias, rentas y servicios. Entre entre esas iglesias figura in rivo Sarria Santo Estevo de Calvor. Precisamente por la cuestión relativa a sus derechos el abad y los monjes de Samos venían manteniendo de tiempo atrás un largo litigio con la sede episcopal de Lugo, llegando a suscribir un acuerdo en el año 1195 por el que la iglesia de Calvor, lo mismo que las otras iglesias que también estaban dentro del coto monástico, quedaba en manos de la abadía sujeta a su jurisdicción temporal y espiritual, y así permaneció hasta la época de la desamortización y de la exclaustración que se produjo en Samos en 1835.De los cambios producidos nos da cuenta Pascual Madoz al señalar en 1846 que la iglesia parroquial de “San Esteban de Calvor” era ya de patronato real y eclesiástico.Fuentes y bibliografíaARIAS CUENLLAS, Maximino, Historia del monasterio de San Julián de Samos, Samos, Monasterio de San Julián de Samos, 1992.DELGADO GÓMEZ, Jaime, El románico de Lugo y su provincia, t. 3, A Coruña, Edinosa, D.L. 1999.DÍEZ DEL CORRAL CORREDOIRA, Pilar, “Calvor”, en José María Pérez González (dir.), José Carlos Valle Pérez (coord.), Enciclopedia del Románico en Galicia, t. 7, (Lugo), vol. 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