SANTA MARÍA DE MELIDE, parroquia de

Feligresía del Camino Francés en el municipio de Melide, provincia da Coruña. Está situada entre las parroquias de San Pedro de Melide, al noreste y San Mamede do Barreiro, al noroeste. Consta de ocho entidades de población: dos jacobeas: O Carballal y Santa María; las entidades no atravesadas por el camino jacobeo son: Catasol, Penas, O Rañado, Serrallo, A Madorra y Montecelo.

El término tiene un relieve suave con cotas de altitud que oscilan entre 400 y 450 metros; está cruzado por el río Catasol, afluente del Ulla.

La parroquia tenía 208 habitantes en 2019. En esos momentos había pocos trabajadores en el sector agrario; los ocupados se distribuían mayormente entre el sector secundario y el sector de los servicios.

La Virgen de las Nieves, patrona de esta parroquia, celebra su fiesta el 5 de agosto. A ella se acude para conseguir buen tiempo o la lluvia, sacándola de procesión cuando hace falta.

Historia

La construcción fábrica románica de la iglesia parroquial de Santa María de Melide se ha venido estableciendo en el último cuarto del siglo XII, por paralelismos formales con otros templos cercanos.

Ya en el siglo XIII, concretamente en el año 1285, se puso fin al pleito sostenido entre las Iglesias de Lugo y Mondoñedo por razón de la pertenencia de San Pedro, de Santa María y de otras feligresías que formaban el arciprestazgo de Melide; el pleito fue ganado por el obispado de Mondoñedo y estas dos iglesias pasaron a formar una vicaría dependiente de dicha diócesis.

Así en el Libro de la Décima destinada a sufragar la guerra de Granada, del año 1488, figuran en el obispado de Mondoñedo y arciprestazgo de “Milide”, entre otras ocho feligresías: San Pedro y Santa María de “Milid”, que contribuían respectivamente con 4.000 y 1.300 maravedís.

Taboada Roca señala que a comienzos del siglo XVI parte del beneficio de la iglesia de Santa María de Melide la tenía Vasco Gómez de Ventosa “el Viejo”, padre que fue el primer morador del pazo que está ubicado junto a la propia iglesia; posteriormente, después de varios pleitos, la posesión de dichos bienes fue confirmada para sus descendientes por el obispo de Mondoñedo.

En el memorial de las iglesias del obispado de Mondoñedo, remitido por el obispo de dicha diócesis en 1587, se incluye la iglesia de “Santa María de Mellid”, que por entonces tenía once vecinos.

En 1753 se dice en el Catastro de Ensenada que las poblaciones y términos de la “villa de Mellid” y de la feligresía de Santa María del mismo nombre eran señorío del arzobispo de Santiago como dueño que era de la jurisdicción de “Mellid”, al que le contribuían los vecinos con setenta y tres reales y dieciocho maravedís de vellón al año por el servicio que se llamaba de “mula y cuchara” y no le pagaban otra cosa, excepto algunas rentas forales. De los diezmos de todos los frutos que se producían en la parroquia de Santa María, percibía el cura párroco dos terceras partes, a excepción de los diezmos de los lugares de Miguel Ángel Anide y de Manuel de Prados, que estos los percibía enteramente. La otra tercera parte la percibía Mencía Taboada, viuda de Francisco Varela, vecino de San Pedro Fiz de “Besejos”. También pagaba cada vecino que cultivaba lugar en esta feligresía un ferrado de centeno de “oblata”, que cobraba enteramente el párroco. Asimismo, cada vecino que tenía yunta de ganado pagaba por razón del voto al apóstol Santiago, medio ferrado de centeno al año.

Por entonces estaban registrados en esta feligresía veinticuatro vecinos, habiendo un sastre, dos carpinteros y un arriero de oficio con cuatro caballerías que carreteaban vino del Ribeiro, siendo también correo de valijas que las conducía de Melide a Santiago y Lugo. Se dice en el mismo catastro que no había establecimiento hospitalario alguno dentro del término parroquial. Existían en cambio una carnicería y una taberna en el lugar de Santa María de Melide y otra taberna más en el “Puente de Penas”. En el río también llamado de “la Puente de Penas” se encontraban tres molinos harineros; uno de ellos, conocido como molino de “Penas”, funcionaba todo el año y los otros dos, que se encontraban bajo un mismo techo, lo hacían la mitad del año. Aguas abajo del mismo río había otros ocho molinos más llamados de Catasol y ya en el río de San Lázaro se encontraba el molino nombrado da Telleira. Todos ellos eran de “canle e pedras negras”.

Con respecto a los molinos de esta parroquia hay que señalar que ya constaba en el año 1358 que existía un molino nombrado de “Catasol”, que pertenecía al monasterio de Sobrado dos Monxes; la información está contenida en el expediente del pleito mantenido entre el abad de Sobrado con Pedro Ibáñez, “milite” de San Cibrao de Abeancos, sobre ciertas heredades sitas en Melide, en Mero y en Petos.

En 1815 consta en el Diccionario de Antonio Vegas que en la provincia de Santiago y en la jurisdicción de Melide había una feligresía llamada de “Santa María de Mellid”, cuyos dos pueblos eran de señorío eclesiástico que correspondía al arzobispo de Santiago, que tenía en ellos jurisdicción ordinaria, por lo que nombraba alcaldes.

En 1826 Sebastián Miñano anotó en su Diccionario que la feligresía de “Santa María de Mellid”, en la misma provincia y jurisdicción de “Mellid”, obispado de Mondoñedo, tenía 33 vecinos y 158 habitantes. Estaba situada en la “vereda que iba de Santiago por Lugo, Arzúa y Mellid”, que la atravesaba de este a oeste. Producía maíz, centeno “por mitad” y sus montes eran muy fértiles para trigo. También se recogían bastantes habas y lino. Contribuía con la villa de su nombre.

En 1848 Pascual Madoz vuelve a decir que la parroquia pertenecía a la diócesis de Mondoñedo. Su iglesia era uno de los anejos de San Pedro de Melide. El término estaba atravesado por la vereda que desde Santiago iba a Melide; esta vereda, lo mismo que los otros caminos de la parroquia, estaba muy mal cuidada. La industria era la agrícola, existían además algunos telares caseros y cinco molinos harineros en el río “que va a la Mera”. Había en la parroquia 42 casas y la población total sumaba 42 vecinos y 430 almas.

En el itinerario militar de Lugo a Santiago del año 1866 se dice que la feligresía de Santa María de “Mellid” estaba formada por la aldea del mismo nombre y otras cuatro más, que juntas reunían cuarenta y un vecinos.

Carré Aldao anota en los años treinta del siglo XX que esta feligresía era filial de San Pedro de Melide; pertenecía al arciprestazgo de Melide, en la diócesis mindoniense. Por entonces esta parroquia tenía 217 habitantes de hecho y 220 de derecho y en total las edificaciones sumaban 48 casas de una o dos plantas. As Penas y Santa María eran las dos aldeas que había en la parroquia, siendo la última el núcleo con mayor número de habitantes, que eran setenta y seis; los grupos inferiores eran “Carballal, Catasol, Montecelo, Ponte de Penas y San Lázaro”.

En 1956 Santa María de Melide pasó a ser de la diócesis de Lugo. Así en los años setenta de esta última centuria figura en la Gran Enciclopedia Gallega que pertenecía al arciprestazgo de Abeancos y diócesis de Lugo y que era aneja de San Pedro de Melide; había en el término parroquial 262 habitantes.

Fuentes y bibliografía

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