BOENTE, iglesia parroquial de Santiago de

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La iglesia parroquial de Santiago de Boente, en el ayuntamiento de Arzúa, provincia da Coruña, se encuentra sobre la propia margen del Camino Francés, entre las poblaciones da Peroxa y Parabispo, al este y da Fonte Prata, al noroeste.

La fábrica del edificio actual data del primer tercio del siglo XIX y está construido en el mismo solar de un antiguo templo románico del siglo XII, alzado en medio de un recinto cerrado por un muro perimetral que incluye tanto al atrio de la iglesia como al cementerio parroquial. En la sacristía se pone el sello a los peregrinos que van a Santiago.

El templo presenta planta rectangular en su nave que se prolonga en una cabecera de idénticas características, dando así continuidad al edificio, agrupando el presbiterio y la sacristía. El edificio está recebado y pintado de blanco dejando a la vista el granito en los esquinales y vanos de puertas y ventanas, también en elementos sobresalientes como la espadaña que presenta en su fachada principal. Esta es parte de un eje vertical formado por el vano adintelado de acceso, la ventana aspillera abocinada que presenta en el segundo registro, iluminando así el interior del templo y, uno de los relojes con los que cuenta la iglesia.

La espadaña se eleva sobre un plinto y presenta dos cuerpos, siendo el primero de dos vanos con arcos de medio punto para el volteo de campanas y, el segundo, más pequeño está flanqueado por sendos pináculos y coronado por un pequeño frontón semicircular con un óculo central, también coronado por otro pináculo de piedra. Esta espadaña es en todo igual a la espadaña de la iglesia parroquial de San Xoán de Furelos, que es obra de comienzos del siglo XX y fue realizada por Xosé Ponte, de Boente.

Fachada principal de la iglesia de Santiago de Boente.

El muro sur de la iglesia cuenta con dos accesos secundarios: uno conecta de forma directa con la sacristía y el más cercano a la fachada, con la nave interior. La continuidad longitudinal del muro es interrumpida, además de por los accesos mencionados, por los correspondientes a los vanos para ventana que se horadan sobre la primera puerta de acceso, en el cuerpo de la nave y sobre el acceso a la sacristía.  Todo el edificio se cubre con teja dispuesta en una estructura a dos aguas.

El edificio consta de una sola nave rectangular que se prolonga en la cabecera rectilínea. A los pies de la nave se encuentra un coro alto de madera alta de madera. A mediados del siglo XX, se instaló en esta parte la maquinaria de un reloj que tiene dos esferas colocadas en las fachadas sur y oeste de la iglesia. Bajo la esfera del lado sur se encuentra otro reloj de sol.

Muro sur de la iglesia.

En el interior, la iglesia cuenta con coro alto a los pies y tres tramos en la nave determinados por los arcos fajones. El primer tramo de la nave está delimitado por cuatro pilastras de sección cuadrangular que se empotran en los muros laterales. Estas pilastras presentan capiteles de orden toscano, sobre los que se apoyan dos arcos fajones de medio punto que, al igual que las pilastras, se han proyectado en sillería de granito. A este primer tramo de la nave, se le suman otros dos de mayor anchura y que indican corresponder a la etapa final de construcción del edificio, constituyendo la última adicción que completó su configuración actual.

Interior de la iglesia.

Todo el interior del templo recibe luz a través de cuatro aspilleras desiguales y de irregular disposición, que se abren en los muros laterales (dos al norte y dos al sur) y de otra aspillera más que se encuentra en el frente de la fachada oeste, sobre la puerta adintelada de la entrada principal, que no tiene ornamentación alguna.

La sacristía tiene planta baja y un piso alto de madera al que se accede por medio de una angosta escalera, cuyos dos primeros peldaños son de piedra. La planta baja recibe luz a través de una ventana aspillerada que se abre al naciente; en el piso alto, otra ventana adintelada se abre al sur.

Sección longitudinal de la iglesia.  (José Antonio Franco Taboada, Santiago Tarrío Carrodeguas (dirs.), A arquitectura do Camiño de Santiago: descrición gráfica do Camiño Francés en Galicia, Santiago [de Compostela], Xunta de Galicia, A Coruña, Universidade da Coruña, D.L. 2000).

La cabecera acoge el presbiterio de planta rectangular, en el que se encuentran el altar mayor y el retablo que preside la iglesia. A ambos lados de este, están ubicadas dos puertas que comunican de forma directa con la sacristía.

Planta de la iglesia.

(José Antonio Franco Taboada, Santiago Tarrío Carrodeguas (dirs.), A arquitectura do Camiño de Santiago: descrición gráfica do Camiño Francés en Galicia, Santiago [de Compostela], Xunta de Galicia, A Coruña, Universidade da Coruña, D.L. 2000).

El retablo mayor que preside la iglesia es una obra contemporánea de madera policromada que simula el veteado de mármoles de distintos colores. Se dispone en dos alturas y remata con frontón semicircular. En la parte central del cuerpo bajo, en una hornacina flanqueada por cuatro columnillas, se encuentra destacada la imagen de Santiago Apóstol, a su izquierda la correspondiente a San Silvestre y, a su derecha, San Roque (Santiago y San Roque aparecen vestidos como peregrinos). Las tres tallas son del gusto popular, probablemente de los siglos XVIII o XIX, realizadas en talleres locales. El cuerpo superior del retablo en su parte central alberga la imagen del Sagrado Corazón, a su derecha la Virgen del Carmen y a su izquierda San Antonio. En el frontón se colocó la imagen de Santiago cabalgando sobre un caballo rampante. El programa iconográfico se extiende por las paredes laterales del presbiterio en las que se sitúan dos peanas, portando las imágenes de San Luis Gonzaga (a la izquierda) y de San José con el Niño Jesús (a la derecha).

Retablo mayor de la iglesia de Santiago de Boente.

En el segundo tramo, a ambos lados de la nave, se horadan sendas hornacinas con arco de medio punto, destinadas a la exposición de parte de su programa iconográfico. El correspondiente al muro norte se destina a la Virgen de la Saleta y, el correspondiente al muro sur, a la Inmaculada Concepción.

Se conservan varias piezas de cantería labrada que estilísticamente se pueden encuadrar en un románico tardío (entre las décadas finales del siglo XII y las iniciales del siglo XIII, según nos dice Pousa Fernández), siendo estas los últimos vestigios de la iglesia medieval entes emplazada en el mismo lugar que la actual.

Una de estas piezas es un capitel decorado con hileras de pequeñas perlas talladas en bajo relieve y también con una hoja de lanceolada que se intercala entre otras de acanto, cuyas puntas se vuelven en las esquinas formando volutas.  Hoy esta pieza se halla fuera de lugar y ha sido colocada en el exterior del edificio, sobre el dintel de la ventana aspillerada que se abre en la cabecera. Se estima que tanto las ménsulas o canecillos que actualmente contribuyen a sostener la tribuna entarimada del fondo de la nave son de la misma época. Uno de ellos presenta molduras lisas en arista, el otro tiene molduras iguales y se adorna en el frente con una hilera de bolas. También es posible que perteneciese al medioevo la pila bautismal que se halla en el interior de la iglesia, una pieza tallada en granito sin ornamentación.

Virgen de la Saleta en la hornacina ubicada en el muro norte de la iglesia (izquierda) y restos del

capitel románico conservado (derecha).

En las inmediaciones de la iglesia se encuentran un crucero y una fuente, ambos de piedra granítica. La fuente se eleva sobre un zócalo para salvar el desnivel del terreno en el que se ubica y, sobre él, se eleva el cerco circular en cuyo centro se eleva el surtidor: un conjunto de formas esféricas que porta los cuatro distribuidores y está rematado por un pináculo. En cuanto al crucero, se eleva sobre una doble plataforma de sección circular en una basa trapezoidal que recibe el fuste hexagonal liso sobre el que se apoya un sencillo capitel y una cruz latina.

Fuente y crucero ubicado en las inmediaciones de la iglesia.

Historia

En el testamento de Odoario del año 747, entre las villas e iglesias que eran de su familia y que él dona a la Iglesia de Lugo, se menciona en Abeancos la villa de boenti con la iglesia de sancti iacobi. La autenticidad de este documento ha sido puesta en duda, especialmente en lo que se refiere a la parte dispositiva. Muchos de los lugares relacionados en el documento pueden haber sido añadidos en la copia que se conserva de este testamento, que está incluida en el llamado Tumbo Viejo de la catedral de Lugo, escrito en el siglo XIII.

Lo mismo sucede con la copia de un diploma de Alfonso III, por el que el rey confirma a esa iglesia todas sus haciendas, hace restituir lo que le habían enajenado y amojona nuevamente el coto lucense; el diploma data del año 897 y la copia es del siglo XII. Entre las donaciones que se confirman se incluye la villa de Boente con la iglesia de Santiago cuyos términos se describen; la demarcación estaba fijada entre otros límites por el Camino de Santiago y también por la vereda que iba a “ponte Arciadigo”, sobre el Ulla.

En el tumbo de Sobrado se encuentra un documento, fechado en el año 992, relativo a la agnitio de la iglesia de Sancte Marie que est fundata in villa Bonimenti et Colina, territorio Presares et Auiancos

Lo que sabemos de cierto es que en su testamento fechado en el año 998, el obispo Pelaio dejó a su iglesia de Lugo, entre otras muchas cosas, la villa de Boente en territorio de Abeancos.

Todavía al final de la Edad Media la sede episcopal lucense conservaba propiedades que tenía aforadas en el término; así en 1478 nos consta que el obispo de Lugo aforó a Olinda López y “a una voz” todo cuanto poseía la mesa episcopal en la feligresía de Santiago de Boente.

Ya en plena Edad Moderna, en la relación de los beneficios parroquiales contenida en el libro titulado Razón Universal de todas las piezas eclesiásticas de este obispado de Lugo. Año 1755, que se guarda en el Archivo Diocesano, figura en el arciprestazgo de Abeancos Santiago de Boente con Santa María da Castañeda, de su Majestad y el obispo de Lugo. Los beneficios parroquiales eran de 3.300 reales.

En 1846, Pascual Madoz dice de esta feligresía que pertenecía a la diócesis de Lugo y al partido judicial de Arzúa. La iglesia parroquial era por entonces matriz de Santa María da Castañeda y su curato era de primer ascenso y patronato real.

Carré Aldao nos dice que en las primeras décadas del siglo XX Santiago de Boente pertenecía al obispado de Lugo, arciprestazgo de Abeancos y tenía por filiales San Vicente de Vitiriz y San Mamede do Barreiro (estas dos en el ayuntamiento de Melide)

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