PALAS DE REI (Palas de Rei)

Entidad de población del Camino Francés en la parroquia de San Tirso de Palas de Rei, municipio de Palas de Rei, provincia de Lugo. Se halla entre las entidades de población das Revoltas y O Rosario, al este y A Ponterroxán y O Carballal, al oeste. Su altitud es cercana a 580 metros. Tenía 854 habitantes censados en 2019.

Vista general de la población de Palas de Rei

Palas es un punto de encuentro de caminos, no solo del Francés, sino de los que transcurren por las tierras de Oviedo y Lugo. Esto, hizo que, en otros tiempos, los peregrinos y peregrinas se concentrasen en el denominado «Campo dos Romeiros», ubicado en la parte baja de la población y, desde allí, continuaban su camino hacia tierras compostelanas.

Podemos conocer cómo era la población medieval en Palas de Rei gracias a las referencias sobre esta localizadas en los tumbos de la catedral de Lugo y en los monasterios de Sobrado, Vilar de Donas y Ferreira de Pallares. Esto se debe a que tanto estas cuatro instituciones como la Orden del Temple fueron propietarias de algunas casas alineadas sobre las márgenes del camino y en torno a la iglesia parroquial de San Tirso. Se trataba de casas construidas con sólidas paredes de piedra, de un solo piso y cubierta vegetal de «giestas» y «colmo», así como con carpintería de madera en sus vanos. Contaban con suministro de agua: una fuente que garantizaba la cantidad necesaria para el uso de la población y los viajeros, además de para las caballerías y los animales de tiro.

Pequeña plaza con fuente frente a la cabecera de la iglesia de San Tirso y el paso del Camino Francés  por el entorno de la misma iglesia.

Es desde la segunda mitad del siglo XX cuando se puede hablar de la importante expansión urbanística que ha experimentado Palas y que ha transformado por completo su fisonomía. Ahora, se extiende en el eje definido por las carreteras de Lugo-Santiago y Palas-Monterroso, que tienen como centro a la villa. Este agrandamiento urbanístico se percibe en la convivencia de construcciones de distintas épocas, como los edificios contemporáneos junto a antiguas casas de labradores con muros de piedra y cubierta de teja. Algunas de estas últimas conservan edificaciones anexas como hórreos, que son estrechos y alargados con cuerpo de madera y piedra sobre macizos pies de granito. Además, e encuentran repartidos por toda la población hoteles, pensiones y albergues; uno de ellos perteneciente a la red oficial del Camino de Santiago.

Escalinata y calle de bajada de la iglesia de San Tirso, Palas de Rei.

En la Plaza do Concello se ubica la casa consistorial que desprende el lustre de sus formas arquitectónicas al ser un edificio de dos plantas con sótano que combina la sillería de granito (en las partes más nobles del edificio: ventanas, arcos de acceso y el balcón del segundo piso) con elementos más decorativos como la moldura perimetral en color negro del frontón que remata la fachada. En el centro de este se ubica el reloj.

En el entorno de la plaza se encuentra un cruceiro de nueva factura. Se clasifica dentro de los de tipo crucifijo, lo que significa que en el anverso de la cruz que corona la composición en piedra cuenta con la imagen de Cristo Crucificado mientra que en su reverso se encuentra una imagen mariana, en este caso, la Virgen con el Niño en brazos.

Casa do Concello y cruceiro.

Debemos sumar al patrimonio mencionado, aquel que se encuentra en las inmediaciones de la casa consistorial, como las dos fuentes próximas. La primera está ubicada en una plaza muy próxima bajo cubierto. Se trata de una pila de granito sobre la que yergue una escultura dedicada a San Tirso sostenida por una sólida basa historiada. En cada una de sus caras presenta relieves de medio bulto: el escudo de Palas de Rei, el escudo de Galicia y escenas rurales. Se presenta al santo, barbado, con vestimenta sencilla con pliegues, portando en su mano izquierda una gran palma y, en la derecha una cruz sobre la que se apoya su cuerpo con el cuerpo dentado.

Escultura de San Tirso.

Muy cerca de esta plaza, en la calle paralela, está ubicada otra fuente-escultura vinculada de forma directa al camino de peregrinación y a la causa jacobea. Salvando la pendiente y sobre una plataforma se eleva un cerco elevado que sigue formas geométricas. En su centro, se levanta una estructura de piedra dividida en dos partes, siendo la superior la que la que porta los canales de agua. Este pedestal está coronado por la escultura de Santiago peregrino, destacando la acción con su pie izquierdo adelantado y calzados con unas sencillas sandalias. Este gesto se ve acompasado por la inclinación del cuerpo y la disposición casi diagonal del báculo del que cuelga una calabaza. Inclinación contraria al sentido del zurrón que también genera movimiento en la figura. Han de sumarse otros elementos característicos de esta representación, tales como la esclavina con sendas conchas en el frente, el Libro de las Sagradas Escrituras en su mano y el sombrero de ala ancha, también una concha.

Escultura-fuente de Santiago apóstol.

Saliendo de Palas en dirección a Santiago, en la llamada Aldea de Abaixo, se encuentra la Casa de Roucos, que fue antigua casa-fuerte edificada con toda probabilidad por los Ulloa al final de la Edad Media. De lo que fue esta antigua fortaleza, alcanzó a ver Vázquez Seijas la planta baja y el primer sobrado de una torre de planta cuadrada, a la que accedía a través de una puerta con arco de medio punto; sobre el arco se colocó el escudo con las armas de los Ulloa. En la misma fachada de la torre, había otro escudo con las armas de los Andrade y otro escudo más con un árbol acompañado de dos veneras; en uno de los muros aparecía inscrita la fecha 1507. De todo ello no se conserva nada hoy en día.

Aldea de Abaixo de Palas de Rei.

Se celebran en Palas mercados y ferias periódicas de ámbito comarcal con larga tradición, donde se comercializa principalmente con ganado y con los quesos da Ulloa, que tienen denominación de origen. Además del viejo campo de la feria que se encontraba en medio de la población, se ha construido a las afueras un recinto que acoge en sus amplias instalaciones el nuevo mercado de ganado.

Conjunto de hórreo, era y alpendre en la Aldea de Abaixo.

Historia

La primera referencia a esta población la encontramos en un documento del año 1098 suscrito por Juan Ramírez, posible mayordomo de Palas nombrado por el rey: Ihoannes Ramirez in Palas, que figura entre varios magnates de igual rango confirmando una concesión de Raimundo de Borgoña y su mujer doña Urraca al monasterio de San Paio de Antealtares de la ciudad de Santiago.

En otro pergamino del archivo capitular lucense, fechado en el siglo XII, consta que la iglesia de San Tirso (de Palas) en la tierra de Ulloa fue donada a la iglesia Lugo. En dicho pergamino un tal Melendo hizo constar que el texto era copia de un documento original de Alfonso III, fechado en el año 897; sería ese rey quien supuestamente habría efectuado la donación. Según Vázquez Saco, la crítica moderna rechaza unánimemente el original de Alfonso III, al menos en la extensión que le da la pretendida copia. Añade el autor que, sin embargo, no sería improbable que ese rey hubiese suscrito algún diploma de donación a la iglesia de Lugo, al que posteriormente se añadiesen, para justificar títulos de propiedad, iglesias y heredades que no figuraban en el documento primitivo.

También el siglo XII, se indica en el Códice Calixtino que la duodécima etapa del Camino a Santiago transcurría de Triacastela a Palas y la décimotercera de Palas a Santiago; así mismo Palacium Regis figura como una de las villas del camino, situada entre Sala Regine y el campus Leuurarius. En el libro I del mismo códice, se narra cómo en los lugares montuosos entre Portomarín y Palas de Rei las meretrices solían salir al encuentro de los peregrinos y se añade: “no sólo deben ser excomulgadas, sino que además deben ser despojadas, presas y avergonzadas, cortándoles las narices, exponiéndolas a la vergüenza pública”.

A mediados de esta última centuria, concretamente en mayo del año 1153, el conde Fernando Pérez de Traba hizo carta de donación al monasterio cisterciense de Sobrado dos Monxes in Burgo quod dicitur Palatium Regis. Desde esa fecha y hasta bien entrado el siglo XIII, son numerosos los documentos del tumbo de Sobrado en los que se cita el burgo de Sancti Tirsi de Alpalacio o de Palatio, a propósito de la venta o pignoración de varias casas y casales que este monasterio poseía en ese mismo lugar; una de estas casas estaba al lado de otra que era de los caballeros templarios y de otra que se dice daba a la vie francorum.

En los primeros años del siglo XIII nos consta que también la mesa capitular de Lugo y el monasterio santiaguista de Vilar de Donas disponían de casas en Palas; así, en 1210 Isabel Núñez con su marido y sus hijos renunciaron al derecho que pretendían tener in casa de Palaz de Rey, en favor de los canónigos lucenses y que un año después la abadesa Gontroda Rodríguez mandó al monasterio de Vilar de Donas la parte de una casa que poseía en la misma población.

La razón de la implantación de estas instituciones eclesiásticas en Palas, lo mismo que en otros burgos del Camino, obedece a motivos económicos ya que, o bien se trataba de obtener rentas procedentes del arrendamiento de esos inmuebles, o bien de utilizarlos como bases comerciales para dar salida a los excedentes agrícolas procedentes de sus amplios dominios, aprovechándose así de las circunstancias favorables que ofrecía el tráfico mercantil presente en estas poblaciones de vereda, estratégicamente enclavadas sobre las encrucijadas de las principales vías de comunicación.

Entre 1200 y 1227 el rey Alfonso IX estuvo varias veces en Palas donde suscribió diversos documentos; en uno de ellos se cita: Palacium Regis, in camino. Por entonces Palas estaba integrada en la tierra de Repostería.

Fue precisamente Alfonso IX quien concedió fuero al concejo de dicha tierra, que comprendía otras muchas parroquias repartidas en torno a la cabecera de la cuenca del río Ulla, que en la actualidad pertenecen a los ayuntamientos de Palas de Rei, Monterroso y Antas de Ulla. El fuero sería confirmado por los monarcas Fernando III y Alfonso X. Posteriormente el concejo de Repostería entraría en conflicto con el monasterio de Vilar de Donas, negándose a reconocer el domino señorial que su prior ejercía en feligresías como la de Palas y San Sebastián do Carballal, donde los santiaguistas tenían diversos bienes y posesiones.

En 1224 figura como teniente de la mitad de la villa de Palas, Ferdinandus Pelagii, quien puso allí a su mayordomo; la otra mitad la tenía Diego Díaz en rédito.

En 1228 nos consta que el propio Alfonso IX dispensó de toto foro a la casa que la Orden de Santiago tenía en Palas y que era de Vilar de Donas; este privilegio fue confirmado por Fernando III en 1232.

Tan solo un año antes volvemos a tener noticias de Fernando Pelagii, que esta vez aparece compartiendo la tenencia de Palas con Roderico Lupiztenentibus ipsum palatium regis, un pacto que se hizo por razón una venta efectuada al monasterio de Sobrado.

En un documento del año 1262 se dice que Pedro Pérez, fraile enfermero de Vilar de Donas, compró la mitad de una casa en el mismo burgo de Palas para la obra de la enfermería de su convento; esta casa estaba entre otras dos que eran de Vilar de Donas y del monasterio de Sobrado.

En 1271 figura García Froyaz como alcalde de la puebla de Palas de Rei y Lorenzo Férnadez como notario público de la misma puebla, ambos nombrados por el rey.

López Ferreiro relata cómo en la siguiente centuria, Álvaro Sánchez de Ulloa que pertenecía a uno de los linajes preponderantes en la zona, desde su fortaleza de Felpós cerca de Palas de Rei, se entregaba a toda clase de tropelías y exacciones. A los transeúntes que iban por el Camino de Santiago, si no los dejaba muertos o mal heridos, los encerraba en las cuevas de su castillo y allí, a fuerza de tormentos y vejaciones, les arrancaba gruesos rescates. Enterado el arzobispo de Santiago, Berenguel de Landoira, de estos hechos de los que eran víctimas muchos vasallos de su iglesia, escribió repetidas veces a Álvaro Sánchez que contestó con insolencia, por lo que se vio obligado a castigarlo con fuerza por más que su castillo se hallase fuera de la tierra de Santiago; finalmente el arzobispo puso sitio a la fortaleza, que se rindió el 29 de julio de 1321. Este episodio, que a su vez es citado por Uría y Ríu tomándolo de López Ferreiro, está contenido en el manuscrito Gesta Berengarii de Landoira, redactado en vida del obispo. En el texto original, al relacionar los hechos que motivaron la intervención del obispo no se menciona el Camino de Santiago, ni tampoco a sus transeúntes, tan solo se hace referencia a los vasallos de la iglesia de Santiago.

En 1350 nos consta que el rey Pedro I concedió la villa de Palas de Rei a Diego González de Oviedo, hijo de Gonzalo que fue maestre de la Orden de Alcántara.

Más o menos por entonces encontramos varios documentos de la catedral de Lugo fechados en los años 1329, 1346 y 1358, que se refieren al foro de una casa que el cabildo lucense tenía en Palas de Rei, en el Camino Francés, situada entre otra casa que era del monasterio de Vilar de Donas y otra más, cuyas tres cuartas partes eran de monasterio de Sobrado; se encontraba esta última junto a la Fonte do Ouro. La casa del cabildo lucense, que se nombraba de la “Rojasela”, se hizo en forma parecida a las casas vecinas, de buenas paredes, en piedra y madera, con portales de cantería y un solo piso alto. También en 1368 el cabildo lucense otorgó a Rui Pais el coto de Ferreira de Negral con todos los casares y heredades que le pertenecían, entre los que figura una casa en “Pallas de Rey”. Al cabo de la calle de Palas el propio cabildo construyó en 1377 otra vivienda.

A comienzos del siglo XV, la casa de la “Rojasela” había pasado a manos de Vilar de Donas, que la tenía aforada, y a ella vuelve a referirse la documentación de dicho monasterio, diciendo que estaba en la rúa de Palas de Rei, hacia el lado de Ligonde; se repite de nuevo que tenía planta baja y un piso alto y que estaba construida en piedra y madera y se añade el dato de que se empleaban “giestas y colmo” para la cubierta vegetal.

En los siglos XV y XVI Palas de Rei aparece mencionada como hito de etapa en itinerarios jacobeos como el del señor de Caumont del año 1417, donde se dice: de Porto Marín a Palays de Roy y de Palays a Melid. La villa también es citada por Arnold von Harff como Palcium Regis en la relación de sus viajes por Egipto, Venecia y Santiago, que realizó entre los años 1496 y 1499. Mucho después Bartolomé Villalba dejó anotado en su Itinerario del Pelegrino Curioso y Grandezas de España del año 1577, que después de Ligonde fue a “Palacio de Urey” y que en esa tierra había por los caminos “escaleras de gato” para que “pasasen los de á pié, por no rodear por donde van los de á caballo”.

Por entonces los Ulloa eran señores hereditarios de la tierra de Repostería. A comienzos del siglo XVI Francisca de Zúñiga, hija de Sancho Sánchez de Ulloa primer conde de Monterrey, se casó en segundas nupcias con Fernando de Andrade; los escudos con las armas de los Ulloa y los Andrade son los que campeaban en la fachada de la antigua torre de la Casa de Roucos, sita en la Aldea de Abaixo de Palas de Rei.

No parece que el aspecto del antiguo burgo hubiese cambiado mucho en el transcurso de la siguiente centuria. Encontramos información a este respecto en dos apeos de los años 1624 y 1692, que detallan los bienes que el monasterio benedictino de Ferreira de Pallares tenía en el “lugar de Palas de Rey sito en la feligresía de Santisso de Palas de Rey, que es en la Ulloa Camino real de Santiago”; el contenido de estos apeos incide en las descripciones que perfilan una pequeña población dedicada fundamentalmente a las labores de labranza y cría de animales. En esta población y en su feligresía, los benedictinos tenían cedidas para su explotación fincas rústicas e inmuebles, lo mismo que los monasterios de Sobrado y Vilar de Donas. Entre otras cosas figura una casa techada con teja, que tenía anexo un “zeleiro” o granero con cubierta de paja; lindaba con otra casa con su terreno cercado, que era del mismo monasterio de Ferreira. Más arriba estaba la llamada “cassa vella” con techumbre de paja, que en ese momento servía de cuadra para el ganado y tenía junto a ella dos porquerizas; por la parte de arriba, esta casa llegaba hasta la “leira da fonte de la iglesia”. Lindando con la fuente de Santa Olalla y a un lado de lo que se denomina en el apeo “el corral de las casas”, se encontraba el llamado “naval da fonte”, donde antes había eras para majar el grano. También formando parte del lote de fincas rústicas, había una “leira que se dize y nombra da Pena” que confinaba con “el Camino francés quevá para Santiago”.

Ya en el siglo XVIII Palas vuelve a ser mencionada por Manier en el relato de peregrinación a Santiago de Compostela que hizo en el año 1726.

Al mediar ésta última centuria, consta en el Catastro de la Ensenada (1752) que no había en la parroquia de Palas más que 18 vecinos que ocupaban las 18 casas habitables que existían en el término, todas pertenecientes a la jurisdicción del conde de Monterrey.

En 1827 nos dice Sebastián Miñano, que la feligresía de San Tirso de “Palas de Rey” reunía 30 vecinos y 150 habitantes en las aldeas de “Cirujas, Palas y Penela”.

En 1840 se creó el nuevo ayuntamiento de Palas de Rei, cuya capital quedó establecida en la población del mismo nombre. Poco después, en 1849, anotaba Pascual Madoz que dicha población tenía 22 vecinos y 108 almas y que no había casa propia para el ayuntamiento, ni tampoco cárcel; la escuela era temporal y la pagaban los padres de los alumnos.

En el itinerario militar de Lugo a Santiago del año 1866 se dice del lugar de “Palas de Rey” que tenía 33 vecinos y era capital del ayuntamiento de su nombre con 1.589 vecinos repartidos en gran número de aldeas.

En los años treinta del siglo XX, decía Amor Meilán que el pueblo de Palas de Rei lo formaban dos aceras de casas situadas a ambos lados de la carretera de Lugo a Santiago y otras diseminadas sin alineación; había unas cinco casas de huéspedes.

Una década después señalaba García Blanco que era en torno a la iglesia donde todavía se podían ver las casas más vetustas de Palas, de pobre aspecto, según las describió. Más tarde, Losada y Seijas anotaron que algunas de esas casas tenían puertas de “diseño medieval” y en una estaba esculpida la venera jacobea, que a su entender era símbolo indudable de su dependencia santiaguista y posiblemente indicativa de un hospital de peregrinos. En los años setenta del mismo siglo figura Palas de Rei, en la Gran Enciclopedia Gallega, como capital municipal con 801 habitantes.

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