Feligresía del Camino Francés en el municipio de Pedrafita do Cebreiro, provincia de Lugo. Está situada entre la parroquia de San Andrés de la Faba, sita al este, en la provincia de León y la parroquia lucense de Santo Estevo de Liñares, al sureste. Consta de ocho entidades de población: Barxamaior, Fonteferreira, Fontevedra, Foxos, A Lagúa, A Moeda, A Pedriña y la jacobea O Cebreiro.
La parroquia tenía 125 habitantes en 2019. Por lo que se refiere a la población ocupada, en los últimos años ha adquirido mayor protagonismo el sector de los servicios, por encima de la agricultura.
El término parroquial tiene un relieve configurado por los Montes do Cebreiro, con altitudes máximas cercanas a los 1.400 metros; sus arroyos pertenecen a dos cuencas fluviales: la del río Navia y la del río Sil.
Desde la Edad Media y hasta el siglo XIX esta feligresía formó parte del coto del antiguo monasterio de Santa María do Cebreiro que tenía en el término plena jurisdicción civil y criminal. Los feligreses eran considerados por tanto vasallos del monasterio al que tenían que pagar los tributos correspondientes y prestar su servicio siempre que les fuera requerido.
El monasterio fue enclave jurisdiccional francés en la ruta jacobea, ya que en pleno medioevo su vida e historia se orientó durante un largo período a través de Aurillac y Cluny. Más tarde pasó a depender de los abades comendatarios de Espinareda (en el Bierzo) y ya en año1496 quedó definitivamente anexionado como priorato a la Congregación de San Benito el Real de Valladolid.
Encontramos información pormenorizada acerca de la feligresía del “Hospital de Nuestra Señora del Cebrero” en el Catastro de Ensenada (1752) donde consta que era jurisdicción del mismo nombre. Por entonces había dentro de sus términos 110 casas habitables entre las que se incluían el hospital de los peregrinos y el mesón del hospital, sin que ninguna de ellas se hallase arruinada. Tanto la casa del hospital como la del mesón estaban bajo el gobierno directo de los eclesiásticos del lugar, mientras que los demás bienes pertenecientes a la capellanía del hospital do Cebreiro se hallaban aforados y en poder de personas legas. En el hospital “se aloja, da limosna y asistencia en sus enfermedades a todo peregrino y otros Pobres que transitan al Apóstol Santiago, con las rentas y diezmos de esta feligresía y otras que tiene dicho hospital”. Había un cura párroco que era el padre prior fray Manuel Ruiz, administrador y primer cura del hospital, había también un “teniente cura al Padre Predicador fray Gaspar Quixano y por Aiudante y Compañero al Padre Predicador fray Francisco esttevez, todos del horden de Nuestro Padre San Benito que les administran los santos sacramentos y no otro alguno” y no había otro convento a excepción de los monjes de que se componía el hospital.
Así mismo, se dice en el mismo catastro que los vecinos de esta feligresía no pagaban a su majestad por servicio alguno al tener privilegio concedido por “la asperidad de la tierra, trabajo en la fábrica de los caminos, Rompimiento de nieves y plantío de palos y divisas para el tránsito de los peregrinos y pasajeros. Los cuales tienen presentado en el real Consejo de la Guerra y en su confirmación ganado ejecutorias para su conservación”.
Poco después, en la relación de los beneficios parroquiales del obispado de Lugo del año 1755, nos volvemos a encontrar con “Santa María la Real del Cebrero” como priorato benedictino del “Monasterio de Valladolid”, integrado en el arciprestazgo de Triacastela.
Por lo que se refiere al término parroquial y a sus recursos económicos nos dice Labrada a comienzos de la siguiente centuria que las montañas do Cebreiro se hallaban cubiertas de nieve cuatro meses al año y lo poco que allí se encontraba cultivado producía algún centeno, sin embargo, había “mucha abundancia de excelentes hierbas” con las que se criaba bastante ganado. Los vecinos fabricaban quesos que vendían en interior de Galicia y en Castilla. Se encontraban en toda la jurisdicción ochenta y cuatro telares con otros tantos operarios.
En 1826 consta en el Diccionario de Sebastián Miñano que “Santa María la Real de Cebrero” era feligresía en la provincia y obispado de Lugo, jurisdicción do Cebrero. La parroquia tenía entonces 769 habitantes, comprendiendo las aldeas de “Piedrafita, Fuentevedra, Barja-mayor, Laguna de Tablas, Moeda, Fuenteferreira, Foxos, Mata, Modreiro, Busnullan y Teijoeiras”. Era priorato de la orden de San Benito, a cuya custodia estaba la iglesia y habiéndose aniquilado el hospital, seguían recogiéndose los peregrinos enfermos en el propio convento. Repite Miñano que sus montañas se hallaban cubiertas de nieve más de cuatro meses al año y la tierra se cansaba al momento de producir, así que roturaban un año en un sitio y otro año en otro, o cuando más en dos años. La leña de los montes se desmontaba dejando bastante retama y también las urces, con cuyas raíces hacían carbón para las fraguas. Añade el mismo autor que por la villa do Cebreiro iba la “vía militar de los romanos” de la que se conservaban diferentes trozos. El camino real para Lugo pasaba a un cuarto de legua del priorato.
Por su parte en 1847 Pascual Madoz anota de esta feligresía que pertenecía al partido judicial de Becerreá. La iglesia parroquial era de entrada del priorato de San Benito y su curato de patronato real y eclesiástico. Los caminos de la parroquia que se dirigían a Valdeorras y Castilla se encontraban en mediano estado. La industria era la agrícola, contabilizándose varios molinos harineros. Se elaboraban quesos y manteca, que junto con el ganado constituían el escaso comercio de la zona. El término reunía doscientas casas y tenía una población de novecientas almas.
No mucho después, concretamente en el año 1858, los monjes de San Benito se vieron obligados a abandonar definitivamente el priorato tras haberse aplicado las leyes de desamortización. A partir de entonces Santa María do Cebreiro pasó a ser una más entre las feligresías de la diócesis de Lugo bajo la dependencia del obispo.
Ya en los años treinta del siglo XX señala Amor Meilán que la iglesia de esta feligresía era de entrada y tenía por anejos “San Antonio de Pedrafita y Santa María de Castro”. Había en el término una docena de molinos harineros y cinco posadas en la capital. Se hacían ferias el cinco y veintiuno de cada mes y el tercer domingo de septiembre, pero ni eran de las que más sonaban, ni de las que más valían, traficándose con productos de la comarca, entre los que destacaban los quesos do Cebreiro.
En la década de los setenta de esta última centuria, figura en la Gran Enciclopedia Gallega que había en esta parroquia 327 habitantes. Se dice además en la misma enciclopedia que la devoción por la Virgen do Cebreiro, así como la fuerza operada en las gentes por el milagro eucarístico (supuestamente acontecido aquí en la Edad Media), congregan en O Cebreiro durante los días ocho y nueve de septiembre de cada año más de 20.000 romeros procedentes de tierras gallegas, leonesas y de otras partes.
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