ARCA, iglesia parroquial de Santalla de

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La iglesia está ubicada en la parroquia de Santalla da Arca, en el lugar da Igrexa, (municipio do Pino, provincia da Coruña) a unos 350 metros al sur del nuevo casco urbano do Pedrouzo por donde pasa el Camino Francés (entre los lugares do Burgo, al noreste y Santo Antón, al noroeste).

El templo se encuentra en medio de un recinto acotado por un muro bajo que incluye el atrio de la iglesia y al que se puede acceder por dos entradas: la ubicada en el noroeste y la sur. La fábrica actual es de estilo neoclásico, con importantes reformas efectuadas en la segunda mitad del siglo XIX y tiene planta de cruz latina de una sola nave con cabecera de planta cuadrada adosada. Los muros están enlucidos, aunque se deja a la vista la sillería de granito empleada en vanos, esquinales, cornisas y otros elementos nobles del edificio.

Iglesia de Santalla de Arca y su entorno.

La fachada principal de la iglesia se dispone en tres calles separadas por cuatro grandes pilastras que sostienen un entablamento sobre el que se alza un frontón triangular liso enmarcado por una cornisa moldurada y dos pináculos colocados sobre los vértices laterales. En la calle central de la fachada se abre la puerta de entrada que tiene un vano adintelado y está protegida por una pequeña cornisa, superpuesta a modo de torna lluvias. Sobre la puerta se abre un amplio ventanal cuadrangular, cuyo dintel está ornado con triglifos que, a su vez, enlazan con otros tres salientes que penden del entablamento. El campanario corona todo el conjunto.

El campanario, de estilo barroco compostelano, cuenta con un basamento sobre el que se apoya un primer cuerpo de planta cuadrangular y esquinas achaflanadas horadado en cada una de sus caras por arcos de medio punto que permiten el volteo de las campanas. Sobre este primer cuerpo discurre una cornisa corrida adornada con cuatro pares de pináculos colocados en las esquinas. Sobre la cornisa se alza el segundo cuerpo del campanario que consta de un templete circular en el que se abren otros cuatro pequeños arcos flanqueados por pilastras de igual proporción. El templete presenta una cornisa moldurada sobre la que se apoya una pequeña cúpula coronada por un pináculo con veleta y cruz de hierro.

Fachada de la iglesia.

Los muros laterales se elevan sobre un zócalo de piedra, presentando pilastras adosadas en los lados norte y sur a la altura del último tramo de la nave antes del transepto, también de piedra, y mantiene la cantería en los dinteles de vanos y ventanas. En el muro sur cuenta con un acceso secundario a la nave seguido en vertical por un vano rectangular para la iluminación del interior. La nave transversal que sobresale en este tramo también cuenta con un vano en el registro superior de su muro oeste. El volumen anexo que continúa cuenta con un acceso propio adintelado flanqueado por sendos pares de ventanas.

En el lado contrario, el muro sur, se presenta un acceso mediante escalera de piedra a la puerta que da acceso a la torre de campanario, además de una disposición de ventanas y puertas de acceso idéntica a la descrita en el lado sur, salvo que no cuenta con una puerta desde la que se acceda directamente a la nave principal. Además, la cabecera se ilumina con vanos abiertos en el registro superior a ambos lados. El edificio se cierra con cubierta a dos aguas de teja en la nave principal y el ábside —ya que cuentan con una cubierta continua—, a tres aguas en el brazo de la cruz y a un agua en los volúmenes anexos en los muros norte y sur.

Vista en perspectiva del muro norte de la iglesia.

En el interior, la iglesia se desarrolla a través de una nave longitudinal que se abre en los brazos longitudinales y se prolonga en una cabecera que, al contrario que la forma que muestra al exterior, se presenta poligonal. La distribución de los cuerpos anexo permite la circulación desde el exterior y dentro de la iglesia, ya que estos volúmenes tienen accesos propios desde el exterior y, a su vez, se comunican de forma directa con la cabecera. Así, la nave principal está comunicada con el exterior desde los muros sur y oeste y el servicio de campanario desde el norte.

En el muro testero del brazo sur de la iglesia hay dos lápidas encastradas que conmemoran el enterramiento de sacerdotes. En el atrio se encuentran dos pilas bautismales talladas en piezas monolíticas de granito, muy similares a otras de época medieval.

Planta de la iglesia. (José Antonio Franco Taboada, Santiago Tarrío Carrodeguas (dirs.), A arquitectura do Camiño de Santiago: descrición gráfica do Camiño Francés en Galicia, Santiago [de Compostela], Xunta de Galicia, A Coruña, Universidade da Coruña, D.L. 2000).

En el interior, cuenta con un coro alto de madera con acceso a través de escaleras del mismo material. Junto a la entrada y en el lado del Evangelio un arco de medio punto da paso a un habitáculo con bóveda de cañón, que acoge la pila bautismal. La nave está dividida en tramos por arcos fajones de piedra que descargan sobre pilastras adosadas al muro y se apoya en una imposta corrida. Tanto la nave como la cabecera y el crucero se cubren con bóvedas de cañón.

El crucero de la iglesia se cubre con una sencilla bóveda de arista sin ornamentación alguna, los arcos formeros y fajones que la configuran se apoyan sobre pilastras y se abren a la cabecera, a la nave y a los dos brazos de la iglesia, permitiendo una comunicación diáfana entre los diferentes espacios.

La capilla mayor de la iglesia se amuebló con un retablo expositor, traído del convento de las Mercedarias de Santiago. El conjunto dispone de una predela o banco inferior, que ostenta en el frente los blasones de la susodicha orden. Tras la predela asciende un graderío y sobre el graderío se alza un expositor. El expositor consta de dos cuerpos superpuestos, ambos con forma de templetes circulares. El primer templete compone su perímetro, con una serie de arcos de medio punto que sostienen un entablamento, delante cuenta con un frontón apoyado sobre dos columnas con capiteles de palmetas, que corresponden a la llamada «orden española», ideada en la segunda mitad del siglo XVIII por Luis de Lorenzana. Sobre el entablamento de este primer templete se colocó un plinto escalonado como base de otro templete circular más pequeño, que remata con una pequeña cúpula coronada por una cruz.

Interior de la iglesia: pies de la nave (izquierda) y vista de la cabecera (derecha).

En el centro del retablo se ubica el sagrario, a su izquierda se encuentra la imagen de san Antonio y a su derecha, la de la Inmaculada Concepción. Ante el frontón del expositor se encuentra la imagen del Sagrado Corazón y a ambos lados se colocaron las imágenes de santa Lucía, a la izquierda y de santa Olalla, patrona de la parroquia, a la derecha; la imagen de santa Lucía procede de una antigua capilla que existió en el antiguo lugar de Dúas Casas, hoy da Rúa, sito en la misma feligresía de Santaia de Arca. Todo el conjunto del retablo se acoge a la concavidad de una enorme venera de madera que se levanta detrás, ocultando por completo el muro testero de la capilla. La venera fue realizada en el taller local do Muíño da Pena y hoy está pintada de blanco con el reborde marcado en negro.

En el crucero destacan los púlpitos (traídos de la iglesia de San Xurxo da Coruña), colocados uno a cada lado del arco que se abre a la cabecera de la iglesia. Se decoran con un apostolado en el que Judas fue sustituido por san Pablo. Las figuras fueron pintadas sobre lienzos montados en soportes rígidos; cada uno de los apóstoles ocupa una cara de los púlpitos, que son poligonales.

Detalle del púlpito con las pinturas de san Mateo y Santiago.

El retablo de la capilla del transepto sur es de estilo neoclásico, de madera policromada donde se utiliza el color para ennoblecer el material con veteados que imitan el mármol. Se compone de un solo cuerpo distribuido en tres calles separadas por columnas de orden corintio, que sostienen un entablamento con frontón triangular sobre la calle central. La hornacina del centro alberga la imagen de la Virgen del Carmen. A la izquierda, se encuentra la Virgen de Lujala, una imagen mexicana probablemente traída por un devoto emigrante. En el testero de la misma capilla sobre una ménsula se encuentra la imagen de san Isidro Labrador.

Retablo de la Virgen del Carmen.

El retablo de la capilla del transepto norte es en todo igual al anterior. En su hornacina central se colocó la talla de Santa María, mientras que los otros dos lados están vacíos. Sobre el altar se encuentra la imagen de san José con el Niño Jesús en brazos. En el muro del testero de esta misma capilla hallamos la imagen de san Roque Peregrino, colocada sobre una ménsula como la que hay en la capilla sur.

Arrimado al muro norte de la nave, se encuentra un sencillo retablo que acoge una imagen de vestir de la Dolorosa. Este, de sencilla factura concentra toda la atención en el lienzo sobre el que se sitúa la imagen de la virgen, compartiendo protagonismo con el relieve de las ánimas del purgatorio acompañado de ángeles.

Retablo de la Dolorosa.

A pocos metros de distancia y al sudeste de la iglesia se encuentra la casa rectoral, construida al modo tradicional con mampostería de sillarejos de procedencia local y cubiertas de teja; en ella destaca la escalera exterior que da acceso a la planta alta.

En el interior de la sacristía se guardan las imágenes de San Roque Peregrino y de San Antonio, un crucifijo, una cruz procesional y un mueble cajonera.

Historia

A mediados del siglo XIII, concretamente en los años 1241 y 1243, tenemos constancia de que el monasterio compostelano de San Martiño Pinario recibió en donación los quiñones que poseían diversos particulares en la iglesia de santa Eolalie de Arca, con sus pertenencias y derechos.

En el Archivo Histórico Universitario de Compostela encontramos diversas noticias de esta feligresía, desde comienzos del siglo XIV. Se refieren casi todas ellas a la venta de propiedades comprendidas dentro de sus términos.

En el siglo XV, los arzobispos de Santiago tenían en el coto de Bama ciertas rentas, servicios y fueros. El coto comprendía cuatro feligresías: la de Santaia de Arca, la de San Vicenzo de Bama, la de Santa María de Castrofeito y la de San Miguel de Pereira.

En 1470 figura que fray Martín Xerpe, abad del monasterio de San Pedro de Fóra de la ciudad de Santiago, aforó al mercader Alfonso Rodríguez la renta y el patronato de Santaia de Arca, salvo el derecho de presentación de la iglesia, que se reservaba.

A comienzos del siglo XVII la parroquia de Santaia de Arca tenía sesenta y cuatro feligreses y sus frutos se repartían en cuatro partes: dos de la cura, una del arzobispo de Santiago y la otra era mayorazgo de los hijos del conde de Altamira.

En 1845 Pascual Madoz nos dice de esta feligresía que era matriz de la de San Vicenzo do Pino; el curato era de patronato lego que ejercía la Casa de Peña de la ciudad de Santiago. Añade el autor que la iglesia parroquial estaba colocada en la parte meridional de la “aldea de Santaia”.

La iglesia de Santaia de Arca fue reformada a mediados del siglo XIX. En 1867 el arquitecto provincial da Coruña, Faustino Domínguez, certificó el estado de las obras de reedificación, ejecutadas por el arquitecto José María Ortiz sobre un proyecto de Manuel Prado y Vallo, del año 1861; Domínguez elaboró además un presupuesto para la conclusión en noviembre de 1867.

En 1895 el edificio sufrió un incendio que llevó a restaurar la tribuna. Además, este incendio motivó la llegada de mobiliario litúrgico desde otras iglesias y conventos gallegos. El retablo mayor vino del convento de las Mercedarias de Santiago, los púlpitos de la iglesia de San Xurxo da Coruña, y los confesionarios proceden de la iglesia de San Nicolao da Coruña, de donde también llegó un vía crucis, que más tarde fue sustituido por el actual.

Fuentes y bibliografía

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