SAN XIAO DO CAMIÑO, parroquia de
Feligresía del Camino Francés en el municipio de Palas de Rei, provincia de Lugo. Limita con las parroquias de San Sebastián do Carballal, al sureste y San Xoán do Mato, al oeste. Consta de ocho entidades de población, cuatro son jacobeas: O Cotón, San Xiao y A Taberna (que hoy en día conforman un todo continuo) y A Graña. Las poblaciones por donde no transcurre el Camino Francés son O Mesón, A Pallota, O Roxo y Vilamerelle. Su población era de cuarenta y cinco habitantes en 2019.
De pequeña extensión, su término está asentado en un terreno de penillanura, con una altitud media que se establece en torno a los 450 metros; está atravesado por el río Pambre, afluente del río Ulla.
Historia
En un documento del año 1120 recogido por Risco en la España Sagrada consta que el obispo Pedro III dividió las rentas y posesiones de la iglesia de Lugo asignando a la mesa episcopal los tributos de las iglesias de la Ulloa que estaban sobre el iter Francorum (camino de Francos); una de esas iglesias sería la de San Xiao do Camiño.
La fábrica románica del templo parroquial de San Xiao do Camiño se puede datar a finales de esta última centuria.
Precisamente fue en el año 1193 cuando el rey Alfonso IX donó en perpetuidad al monasterio cisterciense de Santa María de Sobrado (A Coruña) todo el realengo de la iglesia de sancti Juliani de Yuloa, que anteriormente lo había tenido de su mano Alfonso Rodríguez. El mismo monarca confirmó este privilegio en 1227.
En 1266 el caballero Vasco López de Ulloa, hijo de Lopo Rodríguez, hizo testamento nombrando entre sus herederos a “don Jerbas, Crego de San Juyao do Camino”.
Ya en la Edad Moderna, concretamente en el año 1552, nos encontramos un apeo de la granja de San Xiao do Camiño, donde se detallan los límites de su demarcación, que iban por el Camino Francés, sobre el lugar de “Campana”; la granja era del monasterio de Sobrado, que tenía jurisdicción civil y criminal dentro de los términos del lugar y poseía fuera, otros bienes anexos a ella. En 1581 se libró en la Cancillería de Valladolid una carta ejecutoria contra Fernando de Castro, marqués de Sarria, por razón de dicha jurisdicción.
Desde el último cuarto del siglo XVI y hasta mediados de la siguiente centuria tenemos constancia de diversos foros que hizo el mismo monasterio sobre la granja y sus anexos.
En el año 1633 figura de nuevo que Santa María de Sobrado tenía en propiedad y jurisdicción un coto de cuatro vasallos que era en “S. Giao do Camiño, en tierra de Ulloa”. Los monjes cobraban por razón de vasallaje, fueros y luctuosas, 16 fanegas y media nuevas de pan cada año, que los vasallos tenían que entregar a su costa en dicho monasterio. Por el oeste el coto lindaba con el río Pambre y Ponte Campaña.
En 1752 se dice en el Catastro de Ensenada que la feligresía de “San Julián del Camiño” era señorío perteneciente al conde de Monterrey, a excepción del lugar que intitulaban “Coto da Graña” que se componía de las casas que habitaban Cristóbal Vázquez, Alonso Vázquez, Pedro de Buxán, Antonia Vázquez y María de Cobas, todos ellos pobres, Ana da Viña, tabernera de San Xiao y Francisco Varela, presbítero. El lugar era en el derecho útil de María Argíz, marquesa de San Saturnino y monja en el convento de San Paio de Antealtares de la ciudad de Santiago; el dominio era del Real Monasterio de Santa María de Sobrado. La marquesa de San Saturnino nombraba juez ordinario que conocía en lo civil y criminal solo en los términos del coto, en lo restante de la feligresía el conde de Monterrey nombraba alcalde mayor, que también conocía en lo civil y criminal, un escribano de número, cuatro receptores que solo daban fe en sus estados, cuatro procuradores de causas, un alguacil mayor con su teniente y un alcalde de cárcel.
Por razón del señorío del coto se pagaba a dicha marquesa la luctuosa, que era la mejor pieza de ganado por cada cabeza de familia que moría, cuyo producto se ajustaba con equidad a dinero lo que ascendía a dos reales de vellón al año. Por la misma razón de señorío, cada vecino labrador de la feligresía pagaba al conde de Monterrey diecisiete maravedís, que ascendían a tres reales y medio de vellón al año. La mitad de los diezmos que se cobraban en el término lo percibía el conde de Monterrey y la otra mitad el cura párroco, a excepción del lugar que era de Luis Pérez cuyos diezmos los cobraba el poseedor de la “Casa de Campaña”, sita en la feligresía de “San Juan de Mato”. Por razón de primicia cada vecino labrador pagaba a la fábrica de la iglesia parroquial un ferrado de centeno, que sumaban doce al año y por razón del voto pagaban medio ferrado de centeno a la fábrica de la iglesia catedral del apóstol Santiago, que sumaban seis al año.
Por entonces estaban censados en el término trece vecinos, habiendo dos presbíteros. Existían dieciséis casas habitables todas de señorío perteneciente al conde de Monterrey, excepto las del citado coto da Graña. Se dice que no había hospital alguno. Funcionaba una de taberna para la venta de vino y un molino harinero de agua corriente con una sola rueda, habiendo en el término veintitrés colmenas.
En la relación de los beneficios parroquiales contenida en el libro titulado Razón Universal de todas las piezas eclesiásticas de este obispado de Lugo. Año 1755, que se guarda en el Archivo Diocesano, figura en el arciprestazgo de Ulloa-Repostería, “San Martín de Curbián” con “San Julián del Camino”, “San Sebastián de Carballal” y “Santa María de Sanbreijo”. El patronato era laical del conde de Monterrey. Las rentas anuales de la parroquia ascendían a 2.200 reales de vellón al año.
En 1826 Sebastián Miñano anotó en su Diccionario que la feligresía de “San Julián del Camino”, en la provincia y obispado de Lugo, era de la jurisdicción de Ulloa. Tenía por entonces 35 vecinos y 137 habitantes que se repartían en las aldeas de la “Graña, Carballal y San Julián”. Contribuía con 507 reales y 24 maravedís.
En 1846 Pascual Madoz decía que esta misma feligresía pertenecía a la diócesis de Lugo y al partido judicial de Chantada y ayuntamiento de Palas de Rei. Por entonces reunía una población de 26 vecinos y 180 almas, que habitaban las 28 casas que se hallaban repartidas por los lugares de “Carballal, la Graña y San Julián”. La iglesia parroquial era uno de los anejos de San Martiño de Curbián. Se criaba ganado vacuno, mular, de cerda, lanar y cabrío. La industria era la agrícola, cultivándose centeno, maíz, patatas, poco trigo, lino, hortalizas y legumbres; había molinos harineros y telares para lino y lana.
En los años treinta del siglo XX señalaba Amor Meilán que la parroquia de “San Julián del Camino” era aneja de San Pedro de Meixide. Cuatro décadas después figura en la Gran Enciclopedia Gallega que esta parroquia tenía noventa y dos habitantes.
Fuentes y bibliografía
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