Parroquia del municipio de Triacastela, provincia de Lugo. Situada entre las parroquias de San Xoán de Fonfría, al sureste y Santa María de Vilavella, al noroeste. Está atravesada de norte a sur por el antiguo ramal del Camino Francés que desde O Biduedo bajaba a Triacastela; este ramal marcaba el límite occidental de esta parroquia contra los términos de Santa María de Vilavella. En el lugar do Biduedo arrancaba otro ramal del Camino Francés que en dirección noroeste, iba por Fillobal y Pasantes.
Actualmente la parroquia comprende cuatro entidades de población: Meizarán y las jacobeas do Biduedo, Lamas y A Lagúa. Tenía ochenta y cinco habitantes en 2019. La agricultura y la ganadería siguen siendo la ocupación predominante de la población.
El término parroquial de elevada altitud alcanza cotas máximas superiores a los 1.350 metros; está configurando por la sierra do Rañadoiro. Sus arroyos afluyen al río Santalla.
El 19 de junio se celebra la fiesta de San Pedro y en septiembre se celebra la romería del Carmen.
García Tato nos dice que había en Lamas un curato dependiente de la encomienda sanjuanista de Portomarín. La presencia aquí de la orden militar de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta estaba estrechamente relacionada con la situación del lugar como punto de paso del Camino de Santiago, ya que las funciones primordiales de dicha orden eran dobles; por un lado, la atención a los peregrinos que iban a Compostela y la defensa del camino y, por otro lado, el acopio de recursos. Así, en la relación de las rentas correspondientes al año 1735 que cobraban los sanjuanistas en Padornelo, figuran los cotos de Lago, Vilaverde, Vilasol, Vilanova, Poio, Padornelo, Valdefariña y Lamas; en esa fecha un tal Diego Pérez pagaba a la encomienda de Portomarín diez ferrados de centeno y once cuartos por un lugar en Lamas.
En 1752 consta en el Catastro del Marqués de la Ensenada que esta feligresía de “San Ysidro de Lamas” era jurisdicción de la encomienda de Portomarín perteneciente a fray Francisco de Arias Aro de la Vega, embajador de Malta y comendador de dicha encomienda, quien por razón de vasallaje y reconocimiento de su señorío no percibía cosa alguna. Se dice además en el mismo catastro que la parroquia lindaba por el sur y el poniente con la de Santa María de Vilavella; por el lado sur (contra el coto do Biduedo, por entonces perteneciente a Vilavella), la demarcación estaba fijada por la “fuente do Fial” y por el alto de “Outeiro”, desde ahí cerraba por el poniente “enderechura al marco blanco de pedra que está a la parte de avaxo del Camino Real que pasa a los reynos de Castilla” y “por el camino real hasta el marco do Poste de Lamas” (este último es el Camino Francés de los peregrinos jacobeos). Por este lado la divisoria continuaba hasta la “Laguna de Reboliños”, cuyo lugar estaba repartido entre ambas parroquias. Por otra parte, en la relación que se ofrece de los hitos que señalaban la demarcación de Vilavella se nombra “la pared de los peregrinos” como un marco divisorio más, colocado entre los que estaban en la fuente de “Fial” por un lado y en la fuente “furcada”, en el “Furco” y en las “pozas da Laguna”, por el otro lado. Consta igualmente en dicho catastro que en la feligresía de Lamas había trece casas habitables, sin que ninguna de ellas se hallase arruinada; no había ni hospital, ni convento alguno; existía, sin embargo, una taberna en el lugar de Lamas que estaba arrendada por Rosendo Fernández, tabernero y estanquillero.
En la relación de los beneficios parroquiales contenida en el libro titulado Razón Universal de todas las piezas eclesiásticas de este obispado de Lugo. Año 1755, que se guarda en el Archivo Diocesano, figura en el arciprestazgo de Triacastela “San Isidro de Lamas”, parroquia de la encomienda sanjuanista de San Juan de Portomarín.
En 1826 Sebastián Miñano anotó en su Diccionario que esta feligresía, en la provincia y obispado de Lugo, era cabeza de la jurisdicción ordinaria de su nombre por el comendador de “Puerto Marin” Dice que tenía 19 vecinos y 97 habitantes. Distaba 8 leguas y media de Lugo y 22 de Santiago. Contribuía con 602 reales y 14 maravedís.
Poco después, la aplicación de las leyes de la desamortización supuso la supresión efectiva de los señoríos y con ello, el fin definitivo del poder temporal de los comendadores y la extinción de los antiguos dominios de la Orden de San Juan, cuyos bienes acabaron por ser enajenados, saliendo a subasta pública. También se previó el cese de todas las jurisdicciones privilegiadas y exentas, cuyos territorios se habrían de incorporar a las respectivas diócesis.
En 1847 Pascual Madoz nos dice de esta feligresía que pertenecía ya a la diócesis de Lugo y al partido judicial de Becerreá, ayuntamiento de Triacastela. Estaba situada en la bajada del “Viduedo”, en el camino antiguo a O Cebreiro. La iglesia parroquial de Santo Isidro era única; su curato de primer ascenso y de patronato de la encomienda de Portomarín. La industria era la agrícola. El término reunía 14 casas sitas en las aldeas de Lamas y de “Laguna de Rebollinos”; en total sumaba una población de 15 vecinos y 99 almas.
A instancias de la bula papal expedida por Pío IX en el año 1873, el obispo de Lugo don José de los Ríos determinó, ya de modo definitivo, que las parroquias que anteriormente habían sido de la encomienda de Portomarín debían pasar a la jurisdicción diocesana lucense, entre ellas ésta de Lamas.
Amor Meilán nos dice en las primeras décadas del siglo XX, que esta feligresía era de entrada y que correspondía a la diócesis de Lugo, arciprestazgo de Triacastela; comprendía por entonces los lugares de “Laguna Rebollinos”, Lamas y “Viduedo”. De la población nos dice Amor Meilán que el movimiento migratorio era notorio, afirmando que se hallaban ausentes de esta parroquia, el 12 por ciento de sus habitantes.
En los años setenta de esta última centuria, Nicanor Rielo indica que había en el término 174 habitantes, repartidos en las entidades do Biduedo, Lagúa de Reboliños, Lamas y Meizarán; puntualiza el autor, que tras el arreglo parroquial del año 1891, Lamas absorbió el lugar do Biduedo, que hasta entonces había sido de la feligresía de Santa María de Vilavella y también las porciones da Lágua de Reboliños enclavadas en esta última feligresía y en la de San Cristovo do Cancelo.
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