MELIDE, capilla da Nosa Señora do Carme de

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Esta capilla del Camino Francés está emplazada en la población de Melide (parroquia de San Pedro de Melide, ayuntamiento de Melide, provincia da Coruña) sobre un antiguo poblado castreño, donde se construyó más tarde el castillo de la villa. Este fue derrocado tras la revuelta irmandiña a finales del siglo XV y sus piedras se aprovecharon, primero en la fábrica de la capilla mayor de la iglesia monasterial del Sancti Spiritus de Melide, y más tarde, en la edificación de la propia capilla del Carmen.

La capilla está orientada al nordeste y linda con la muralla del cementerio parroquial. Se encuentra integrada dentro de un recinto acotado que, además, acoge el atrio y un crucero. El edificio consta de una nave rectangular a la que se le adosa la cabecera de planta cuadrada, volumen más alto que el principal, además de un tercer cuerpo rectangular en el muro sur que hace el servicio de sacristía, de igual altura que la nave.

Capilla de Nosa Señora do Carme

Sus muros son de mampostería enlucida, con sillares de granito vista que resaltan algunos elementos principales como son los esquinales, arcos, vanos, tejaroz y espadaña. La fachada principal está flanqueada por estos esquinales, siguiendo un esquema muy sencillo en los elementos que presenta: la portada de acceso y la espadaña que corona el lienzo. La primera, está formada por un vano adintelado enmarcado por un baquetón moldurado, que se abre en las esquinas dibujando pequeños cuadrados. Sobre el dintel de la puerta se alza un entablamento con cuatro salientes en la cornisa superior, de los que penden pequeñas placas que recuerdan el barroco compostelano. En el frontón partido, tanto en el vértice como en la base, por una hornacina enmarcada por pilastras en la que se ubica la escultura pétrea de la patrona de la capilla. La Virgen está de pie sobre un cúmulo de nubes entre las que asoman dos querubines, sosteniendo sostiene al Niño en el brazo izquierdo y portando una corona y viste el hábito carmelita. El Niño (al que le falta la cabeza) mantiene en su mano la bola del orbe. Su madre hace entrega de un escapulario a san Simón Stock, general de los carmelitas. El santo permanece arrodillado al lado de la Virgen con las manos juntas en actitud de veneración.

Detalle de la escultura de la Virgen del Carmen en la hornacina de la fachada principal.

En el encuentro superior del frontón, sobre el arco, se encuentra una cartela almohadillada que aparece muy desgastada y, sobre ella, sobresale del lienzo de la pared la media circunferencia de una corona volada. El frontón presenta las aristas molduradas y se adosan en sendos laterales pináculos de piedra pegados al puro que tan solo tocan a las molduras por uno de sus vértices.

Elevándose sobre la línea de cumbre de la cubierta en el centro de la fachada, se ubica la espadaña de dos pisos alzada sobre un plinto: el primero con doble vano de arco de medio punto y, el segundo, de un solo vano. Volutas de grandes dimensiones flanquean este segundo espacio que, al igual que el vano, se coronan con pináculos de formas bulbosas de material pétreo.

Fachada principal de la capilla.

Los muros laterales se resuelven de igual modo que la fachada, manteniendo ciertas partes en piedra vista, entre ellas los dinteles de puertas y ventanas, como las que se abren en el muro sur en el primer y último tramo de la nave, en el cuerpo de la sacristía y en el muro del ábside. El muro norte cuenta con un acceso secundario al templo, un vano adintelado sin ornamentaciones.

Alzados del muro sur (arriba), de la fachada posterior (abajo, izquierda) y de la fachada principal (abajo, derecha). (José Antonio Franco Taboada, Santiago Tarrío Carrodeguas (dirs.), A arquitectura do Camiño de Santiago: descrición gráfica do Camiño Francés en Galicia, Santiago [de Compostela], Xunta de Galicia, A Coruña, Universidade da Coruña, D.L. 2000).

En el interior, la capilla cuenta con coro alto a los pies, a la que se accede a través de una escalera dispuesta para tal fin. El encuentro entre la nave y el ábside se resuelve con un arco de medio punto de tipo triunfal El arco triunfal se apoya sobre sencillas impostas molduradas que, a su vez, coronan pilastras de sección cuadrada. La cabecera elevada sobre la nave; asimismo, este espacio se comunica con la sacristía a través de un vano adintelado.

Por dentro de la capilla se pude ver que la puerta de la entrada principal tiene un arco de descarga. A finales del siglo XX, se hizo una pequeña ventana en el hueco de dicho arco, eliminándose entonces la pared de atrás de la hornacina que se abre a la fachada exterior. Esa ventana se hizo con la intención de dar más luz y claridad al interior de la nave, puesto que tan solo había en ella un vano aspillerado con doble derrame, abierto al mediodía.

Planta de la capilla. (José Antonio Franco Taboada, Santiago Tarrío Carrodeguas (dirs.), A arquitectura do Camiño de Santiago: descrición gráfica do Camiño Francés en Galicia, Santiago [de Compostela], Xunta de Galicia, A Coruña, Universidade da Coruña, D.L. 2000).

La capilla tiene retablo mayor de estilo barroco, profusamente decorado con guirnaldas, rocallas y florones realzados con pan de oro; es obra realizada aproximadamente en el año 1755. Su fábrica ha sido sustancialmente modificada, habiéndose suprimido el ático, retirándose las hornacinas laterales con las que contaba, así como de la mayor parte de los motivos figurados y ornamentales que enriquecían su parte central, manteniéndose únicamente el entablamento que lo sostenía.

Actualmente, el retablo tiene un cuerpo bajo, al que se le sobrepone el principal. El conjunto se organiza en tres calles verticales nítidamente separadas por estípites superpuestos con fustes tronco-piramidales invertidos, bases áticas y capiteles de orden compuesto. En la calle central del cuerpo bajo se dispone una predela sobre la que se colocó el Sagrario que sobresale hacia delante. En la puerta de este se representa la custodia con la Sagrada Forma expuesta entre haces dorados de luz. El Espíritu Santo en forma de paloma extiende sus alas protectoras sobre la custodia. En las calles laterales de este mismo cuerpo, se abren dos puertas por las que se accede a un corredor que hay detrás del retablo, pensado para que los fieles devotos puedan circular por la parte posterior y besar la imagen de la Virgen del Carmen.

Interior de la nave y cabecera.

La imagen de la Virgen se sitúa de forma destacada en la calle central del cuerpo principal del retablo. Se trata de un trabajo del taller de Gambino-Ferreiro o de alguno de sus seguidores. Está dentro de un camarín de planta circular, abierto al frente por medio de un arco de medio punto y adornado con una cinta recogida por lazos. El camarín tiene una base escalonada que se apoya sobre el cuerpo del Sagrario —flanqueado por dos ángeles— y cubierto por una cúpula gallonada sobre la que se alza el escudo de la Orden del Carmelo.  Las hornacinas de las calles laterales acogen las imágenes de san Ramón Nonato (a la derecha) y de san José con el Niño (a la izquierda). Todas las imágenes del retablo son obras del siglo XVIII, aunque fueron restauradas y repintadas en distintas ocasiones.

Sobre la predela del retablo mayor se encuentra otra imagen más moderna de la Virgen con el Niño y ya en el muro sur la nave de la capilla, sostenidas por tres peanas, se colocaron las imágenes recientes de la Virgen y los tres pastorcillos de Fátima. Los estandartes de la orden carmelita, así como los de la cofradía del Carmen de Melide, se encuentran permanentemente expuestos en la capilla, enmarcados en dos cuadros que están colgados en el muro norte de la nave.

Imagen de la Virgen del Carmen presidiendo en retablo mayor.

En las inmediaciones de la iglesia se encuentra el crucero. Se trata de una composición elevada por una doble plataforma de planta cuadrada, sobre la que apoya un alto plinto prismático en el que descarga el fuste hexagonal del crucero, rematado por un sencillo capitel sobre el que apoya la cruz.

Crucero en el recinto de la capilla de Nosa Señora do Carme.

Historia

Según nos dice Conde de Borrajeiros, la devoción a la Virgen del Carmen arraigó en Melide gracias a las prédicas del misionero carmelita, el padre Francisco Colmenero. La capilla dedicada a su culto fue construida por iniciativa del presbítero Blas Núñez de Segade, capellán de la Obra Pía de San Antón de Melide y maestro de niños, quien por escritura otorgada el 25 de junio de 1740 destinó para su fábrica 400 reales y para su mantenimiento “dos piezas de heredad, su sembradura la de cuatro ferrados de centeno”.

Para la fundación, Núñez de Segade contó con la colaboración de su primo el presbítero José Núñez Salgado y con las limosnas de algunos devotos que resultaron imprescindibles para finalizar las obras y acondicionar la capilla, que en 1741 ya estaba terminada. El propio fundador constituyó, además, la cofradía del Carmen y fue enterrado en la capilla mayor al lado del arco triunfal en el año 1755.

En 1848 Madoz menciona las ermitas del Carmen y de San Roque como las dos que había por entonces en la villa de Melide; de la primera añade el autor que se celebraba una animada romería el día de la santa patrona.

Todavía hoy en día, la capilla se convierte no solo el 16 de julio día de la festividad del Carmen, sino también a lo largo de todo ese mes, en un auténtico lugar de peregrinación. Los vecinos de Melide se encomendaban a la Virgen antes de embarcar y de entrar en quintas, así como en otros casos de peligro para que les diese suerte y los protegiese.

Fuentes y bibliografía

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MADOZ, Pascual, voz “Mellid”, en Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, t. 11 [Madrid de Caderechas – Móstoles], Madrid, Imprenta del Diccionario geográfico á cargo de D. José Rojas, 1848, p. 365.

MADOZ, Pascual, voz “Mellid (San Pedro de)”, en Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, t. 11 [Madrid de Caderechas – Móstoles], Madrid, Imprenta del Diccionario geográfico á cargo de D. José Rojas, 1848, p. 365.

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