SAN BREIXO DA BALSA o DE TRIACASTELA, parroquia de
Feligresía del municipio de Triacastela, provincia de Lugo. Situada entre las parroquias de Santiago de Triacastela, al sureste y San Xil de Carballo, al oeste, está atravesada de norte a sur por el ramal del Camino Francés que va de Triacastela a Sarria por San Xil de Carballo y Pintín.
Consta de tres entidades de población: A Balsa, San Breixo y San Pedro do Ermo. Tenía veintiséis habitantes en 2019. La agricultura y la ganadería siguen siendo la ocupación predominante de la población.
El territorio de la parroquia es de mediana-alta altitud, con fuertes pendientes; en algunos puntos se rebasan los mil metros. Los núcleos de población aprovechan el valle del Rego da Balsa, que transcurre encajonado entre los montes; además de éste, varios arroyos atraviesan el término.
Historia
En esta parroquia se localizaba un monasterio alto-medieval ya desaparecido. En el año 919 el rey Ordoño II de León expidió un documento confirmatorio en el que consta que su abuelo el conde Gatón, había hecho varias donaciones al monasterio de San Pedro y San Pablo que había sido fundado en territorio de Triacastela, provincia Gallecie, hacia las estribaciones del monte Seiro in heremo (su emplazamiento ha sido identificado por Valiña Sampedro y Rielo Carballo como el lugar actual de San Pedro do Ermo). El propio Ordoño confirmó a dicho monasterio todas las dádivas concedidas por su abuelo, aunque al poco tiempo, en el año 922, donó todo lo de realengo a la Iglesia compostelana.
En el año 1002 los presbíteros Pegito y Espasando donaron al monasterio de Samos la iglesia que ellos habían fundado en honor de San Verísimo y de los apóstoles Pedro y Pablo en la villa de Baldemar (actualmente San Breixo), en el territorio de Triacastela. La circunscripción de dicha iglesia estaba fijada per terminum de rio de Sarria, et per Pinnas Nigras usque in Maeda [monte Meda], et per terminos de Sancto Petro [San Pedro do Ermo] usque in terminos de sancta Eolalia [Santalla de Alfoz], usque in castro Ramir [Castro de Ramil o de Triacastela]; en líneas generales, esta antigua demarcación es prácticamente coincidente con límites de la actual parroquia de San Breixo da Balsa.
En 1167 entre las rentas monásticas de Samos, figuran una casa e iglesia de Sancti Vereximi en Triacastela que formaban parte de la dotación asignada al camerario del monasterio para vestido de los monjes.
En el año 1175 la misma iglesia vuelve a aparecer entre las posesiones del monasterio de Samos, en la confirmación de todos sus derechos jurisdiccionales y patronales, que le otorgó el papa Alejandro III.
Nos dice Arias Cuenllas que en 1623 se celebraron las bulas de concordia entre el obispo de Lugo y el abad de Samos por las que el abad cedía al obispo la presentación de dieciocho beneficios de que disfrutaba el monasterio fuera del coto de la abadía, si bien se reservaba el derecho de patronato de los mismos; entre las feligresías afectadas se cita San Verísimo de Triacastela.
En 1752 consta en el Catastro de Ensenada que parte de la feligresía de “San Beríssimo da Balsa” era señorío del deán y del cabildo de la ciudad de Santiago, que percibía por razón de vasallaje de cada vecino “caveza de casa” cuatro maravedís que ascendían a dos reales y veinte dos maravedís al año. El lugar de San Breixo y una parte del lugar de Triacastela -inclusos en esta feligresía- eran por entonces de la condesa de Lemos; ambos lugares se componían de catorce vecinos que pagaban igualmente por razón de vasallaje, tres monedas de vellón al año. Esta misma parroquia comprendía, además, el coto da Balsa y el lugar de San Pedro do Ermo. En total sumaban treinta y seis vecinos y otras tantas casas, sin que ninguna estuviese inhabitable o arruinada. Existían tres tabernas temporales y un estanquillo de tabaco al por menor. En el sitio do Caneiro había un batán que operaba cinco meses al año. Además, repartidos por todo el término, se encontraban nueve molinos harineros que funcionaban con la fuerza del agua; dos de ellos disponían de dos ruedas de moler. Por entonces ya no había en la parroquia convento, ni sacerdote alguno. En cambio sí estaban registrados un arriero, un sastre, un escribano y once herreros que trabajaban unos meses al año, ejerciendo el resto del tiempo como labradores.
Se dice en el mismo catastro que en esta feligresía estaba el hospital intitulado de “Santa María Magdalena”, donde se albergaban los peregrinos; pertenecía al obispo de la ciudad de Lugo y tenía de renta anual ciento ochenta reales de vellón, que administraba José Ventura Suárez de Prado, cura párroco de Santa María do Monte. Este hospital estaba situado en la población de Triacastela, sobre los límites del término parroquial, ya que se especifica que la demarcación de la feligresía de San Breixo estaban señalados -entre otros hitos- por el “marco do couto” (localizado en la dorsal montañosa que cierra el valle de Triacastela por el extremo sudoeste) y de ahí hacia el levante por el “puente de los Pontigos” (sobre el río Oribio o de Sarria, saliendo de la población de Triacastela en dirección a Samos) y por la “capilla de Santa María Magdalena” (de la que sabemos, estaba junto a dicho hospital). Otro de los hitos destacables de dicha demarcación era la “Fonte del Romeo”, nombre que sin duda alude a los peregrinos y que podría identificarse con la fuente que hoy se conoce como dos Lameiros, ubicada en la orilla del Camino Francés, en las proximidades del Chao do Seixo, en la subida del Camino desde el lugar da Balsa a San Xil de Carballo.
En la relación de los beneficios parroquiales contenida en el libro titulado Razón Universal de todas las piezas eclesiásticas de este obispado de Lugo. Año 1755, que se guarda en el Archivo Diocesano, figura en el arciprestazgo de Triacastela, Santiago de Triacastela, con “San Breijo de Triacastela”, de su Majestad y el arcediano de Triacastela.
En 1826 Sebastián Miñano anotó en su Diccionario que la feligresía de “Balsa”, en la provincia de Lugo, era de la jurisdicción de Triacastela. Dice que tenía treinta y tres vecinos y noventa y tres habitantes, comprendiendo las aldeas de “San Pedro do Ermo y Pereiras”; ésta última corresponde a un barrio de la puebla de Triacastela.
En 1847 Pascual Madoz nos dice de esta feligresía que pertenecía a la diócesis de Lugo y al partido judicial de Becerreá, ayuntamiento de Triacastela. La iglesia parroquial de San Breixo era aneja de Santiago de Triacastela. La industria eran los telares de lienzo, los molinos harineros y varias ferrerías en las que se fabricaban herraduras que se exportaban, lo mismo que algunos quesos y el sobrante de las cosechas. El término reunía 40 casas distribuidas en los barrios da Balsa, San Breixo y San Pedro de Ermo; tenía por entonces una población de 40 vecinos y 280 almas.
Nuevamente Amor Meilán nos repite en las primeras décadas del siglo XX, que esta feligresía era aneja de Santiago de Triacastela y que correspondía a la diócesis de Lugo, arciprestazgo de Triacastela.
En los años setenta de esta última centuria se dice en la Gran Enciclopedia Gallega que la parroquia de San Breixo da Balsa ya no aparecía mencionada en la estadística diocesana del obispado de Lugo. También por entonces, nos dice Valiña Sampedro que el templo parroquial da Balsa estuvo ubicado en el pequeño poblado de “San Verísimo” y que una vez hubo desaparecido, se fusionó esta feligresía a la de Triacastela. No obstante, aunque es cierto que el templo se encuentra en ruinas, la parroquia sigue existiendo, figurando en la relación de las parroquias de la diócesis de Lugo como “San Breixo de Triacastela”, en el arciprestazgo de Sarria-Samos.
Precisamente en las décadas finales del siglo XX se hacía patente un claro descenso demográfico que persiste hoy en día; en torno al año 1974 el censo parroquial sumaba 107 habitantes, que habían disminuido a un total de 39 en el año 2000.
Fuentes y bibliografía
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