SANTIAGO DE COMPOSTELA, capilla de Nosa Señora da Quinta Angustia o da Angustia de Arriba de

La capilla de Nosa Señora da Quinta Angustia o da Angustia de Arriba de Santiago de Compostela se encuentra en la esquina de la Rúa de Betanzos con la Rúa do Campo da Angustia, en el barrio de San Pedro. Este es un antiguo arrabal que se extendía a lo largo del Camino Francés, inmediatamente antes de que éste desembocase ante las puertas de la ciudad.

La capilla fue redificada por Cristóbal Francés a mediados del siglo XV, en el punto en el que confluían el camino llamado de Arriba, que era la calzada de Bonaval, con la Rúa do Medio, que transcurren en paralelo con la Rúa de San Pedro, correspondiente al propio Camino Francés. El conjunto está rodeado por un atrio —que hasta el siglo XIX sirvió como lugar de enterramiento—, estando cercado por un muro bajo de mampostería en cuyo centro se emplaza un crucero sin imágenes, que presidía el antiguo camposanto y cuenta con una inscripción y una fecha: 1686.

Capilla de Nosa Señora das Angustias.

La fábrica de la capilla se rehízo en siglo XVIII, según los cánones de estilo clasicista. En el lado norte tiene adosada una casa que acoge la vivienda del capellán y la sacristía. Supone José María Zepedano que en esta casa estaría instalado el antiguo hospitalillo de peregrinos fundado por el propio Cristóbal Francés.

El templo está formado en planta por una nave rectangular con cabecera adosada al este. La fachada principal se encuentra precedida por un pórtico cubierto, sostenido en la parte frontal por cuatro columnas de fuste de sección cuadrada con basas y capiteles moldurados. En el lienzo de fachada se despliega un marcado eje vertical que comienza por un vano de acceso en forma de arco conopial rebajado al que sigue una ventana rectangular con vidriera y dintel de granito para continuar con la apertura de una hornacina con forma de arco de medio punto que entra en el muro para albergar la imagen pétrea de la Virgen de la Soledad (obra del siglo XIX). Sobre la línea de cubierta y elevada sobre un plinto, se eleva la espadaña de un piso con doble vano de arco de medio punto con sendas campanas y rematada por un entablamento que da paso a un frontón apuntado de laterales en forma curvilínea flanqueado y rematado por pináculos de piedra.

Fachada de la capilla.

En el interior, cuenta con coro alto de madera a los pies y ábside de planta rectangular adosado a la cabecera (más estrecho que la nave) que se comunica con la nave a través de un arco de medio punto de tipo triunfal con chambrana que descarga sobre columnas adosadas al muro de base ática y capitel moldurado. Mientras la nave está cubierta con madera dejando ver el armazón, la cabecera se cubre con bóveda de cañón.

Interior de la capilla da Quinta Angustia.

La capilla está presidida por el retablo mayor de estilo barroco, realizado en madera policromada, utilizando esta técnica para ennoblecer algunos de sus elementos a través de la técnica de imitación del veteado de mármol de distintos colores. El conjunto se divide en tres calles separadas por columnas recorridas por sartas de cintas y racimos de frutas, adelantándose las laterales hacia el espectador produciendo un efecto dinamizador y envolvente. En el primer piso se  presentan sendas hornacinas que albergan las imágenes de Santiago Peregrino (talla de Jacobo Mourelle de 1853) y de Santa Bárbara (a la derecha). En la calle central se encuentra el Sagrario y, sobre él, la Virgen sosteniendo a sus brazos el cadáver de su hijo, realizada con toda probabilidad en la segunda mitad del siglo XVIII. El ático del retablo está decorado con un medallón que enmarca un bajorrelieve con la imagen de San Andrés.

Retablo mayor.

Otras imágenes presentes en la capilla son las de san Mauro y san Benito colocadas en los muros laterales, al igual que un singular viacrucis de cerámica policromada y del arco triunfal pende un cristo crucificado, que según Yzquierdo Perrín, es posible que se trate de la imagen que presidía el altar del cristo que se había fundado en 1751 y tal vez date de aquella época.

Cristo crucificado.

Inscripción fundacional de Nosa Señora da Quinta Angustia.

Historia

En 1465 fray Martín Xerpe, abad del monasterio de San Pedro de Fóra, aforó a Cristóbal Francés un terreno a las afueras de la ciudad de Compostela, donde estaba la “ermita do Home Santo llamada da Angustia”, situada junto “o moxon de pedras con hua crux que esta e no camiño frances acerca do dito noso mosteiro e cerca da Almacega”. Al parecer en torno a la ermita se había ido creando un cementerio sin otra cosa más que simples enterramientos cavados en la tierra, por lo que Cristóbal Francés debía cerrar el atrio con un muro que impidiese que los cuerpos de los difuntos fuesen desenterrados por los animales, previendo, por lo mismo, que se construyesen sepulturas de piedra. Además el mismo Cristóbal debía hacer consagrar la ermita y levantar altares para poder celebrar los oficios divinos.

Para Yzquierdo Perrín el hecho de que en el encabezamiento de la copia la escritura del foro se diga “Fundación de la hermita del hombre Sancto que agora llaman de las Angustias”, significa unir el origen de la capilla con la legendaria historia relativa a Juan Tuorum y a su milagrosa muerte, acaecida cuando era conducido a la horca por su participación en las revueltas del año 1330 contra el arzobispo Berenguel de Landoira.

El dintel de la puerta que comunica la sacristía con el presbiterio presenta una inscripción que reitera que la obra de la ermita fue realizada a cargo de Cristóbal Francés y menciona además un hospital, indicando expresamente que el que quisiera dar limosna a esta ermita y hospital ganará mil días de perdón otorgados por el santo padre Pablo y cardenales. La fecha que se hace constar corresponde al año 1474.

Cuando a finales del siglo XV se fusionó el monasterio de San Pedro de Fóra con el de San Martiño Pinario, todas las pertenencias del primero, entre las que se encontraba esta capilla, pasaron a ser de San Martiño.

Del siglo XVI solo se conocen un par de datos documentales relativos a pequeñas intervenciones en la capilla. Así, sabemos que en octubre de 1563 se pagaron cinco ducados al maestro cantero Alonso Franco, quien se comprometió a hacer un pequeño campanario “con su arco e guarda polbo y cruz de piedra” para la ermita de la Cofradía de la Quinta Angustia, que se cita con este nombre por primera vez. Más tarde,  en 1583, se contrató al pintor Juan Felipez para representar una historia de la vida de san Eustaquio.

En 1597, cuando la peste retornó a Santiago, consta que se recluyeron a los afectados en unos hospitales que se levantaron cerca de la capilla da Angustia de Arriba.

En 1604 se menciona de nuevo que había en la capilla una cofradía y se dice que los monjes celebraban procesiones anuales con la imagen de la Virgen “desde Sant Payo a su casa y de su casa a San Pedro, y otro día desde San pedro a esta hermita y decían misa y sermón y andaban su procesión asta la puerta de la ciudad sin clérigos”.

En 1607 el cardenal Jerónimo del Hoyo realizó una vista a los hospitales de la ciudad de Santiago anotando lo siguiente sobre unas casas para convalecientes: “El señor arçobispo don Juan de Sant Clemente [1587-1602], de buena memoria, dejó tres casas junto a Nuestra Señora de la Angustia para los pobres de mal contagios, a cargo de los limosneros que fuesen de los señores arçobispos y una de ellas que pleiteó Gregorio Domato […]”. El mismo cardenal dice de la ermita: “Esta hermita la visité el año de 1604. Está junto a sancto Domingo. Hay en ella una cofradía de Nuestra Señora de la Angustia […] Tiene junto a sí una fuente muy buena, labrada de cantería. El sitio solía ser de los padres benitos y después le dieron a foro a los dichos cofrades”.

En 1675 los cofrades de la Angustia alcanzaron una concordia con los monjes de San Martiño Pinario y, aunque se ignora en qué consistía al haberse perdido la mayor parte de los fondos documentales de ambas instituciones, es posible que por dicha concordia, la capilla pasara a usufructuarla en exclusiva la cofradía, que pagó una renta anual a San Martiño hasta la exclaustración.

El terreno en el que se levanta la capilla pertenecía en el siglo XVIII a la parroquia de Santa María do Camiño; en el año 1716 la feligresía de Santa María autorizó la fundación en la Quinta Angustia de una capilla bajo la advocación de la Virgen de Atocha. En 1751 Andrés Gómez y su mujer fundaron otra capilla colateral que dedicaron al Santísimo Cristo, que estaba “así como se entra por la puerta principal mano izquierda y lado del ebangelio”.

En el año 1765 encontramos una breve reseña relativa al cementerio de la Quinta Angustia, que fue realizada por un pasante de la universidad de Santiago y publicada por Bernardo Barreiro a finales del siglo XIX. Aseguraba el pasante que el cementerio había servido en tiempos pasados para enterramiento de los peregrinos y que perteneció al hospital del lugar (que confunde con el de Xerusalén, otro establecimiento hospitalario de la ciudad de Compostela); él mismo pudo reconocer una de las sepulturas que tenía “por losa una piedra grande de cantería, con las armas grabadas de un herrador como son martillo, tenazas, puyabante, etc. etc. tiene á la cabecera otra piedra de cantería alzada, y en ella formada una cruz de una vara de largo: es voz común está allí enterrado un cuerpo santo”.

A lo largo del siglo XIX la capilla da Angustia experimentó una larga serie de obras, reparaciones y en general, labores de mantenimiento que en buena medida han conformado el edificio actual; entre los años 1816 y 1818 se hizo la “nueba obra de la Capilla”.

A partir de mediados del siglo XX los trabajos de restauración adquirieron mayor protagonismo y entre ellos cabe destacar la reconstrucción del sencillo pórtico que precede a la puerta del templo.

En 1970 con la creación de la nueva parroquia de San Pedro, la capilla da Quinta Angustia pasó a integrarse en ella.

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