© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
© Archivo fotográfico del IEGPS
La iglesia románica de Santa María de Melide data de finales del siglo XII y está catalogada como Monumento Nacional. Ubicada sobre en la margen septentrional del Camino Francés, en el lugar de Santa María de Melide, pertenece a la parroquia de Santa María de Melide (ayuntamiento de Melide, provincia da Coruña). La iglesia se sitúa en medio de un recinto acotado por un muro bajo que acoge también el atrio y el cementerio parroquial. Su fábrica románica se levantó sobre una antigua necrópolis altomedieval de la que han aparecido tres sarcófagos antropomorfos excavados en la roca.
![]() |
| La iglesia de Santa María de Melide y su entorno. |
Se trata de un templo de planta basilical con cabecera cuadrada (más estrecha que la nave) adosada en el muro este y sacristía anexa en el muro norte, siendo este volumen de planta rectangular. Esta fue construida en el siglo XIX y dispone de un piso alto, dos ventanas orientadas al naciente y con un acceso propio en su muro oeste. Salvo este cuerpo, la fábrica del edificio es de sillería de granito. La fachada oeste, la principal, ordena sus elementos en torno a un eje vertical central definido en la planta baja por la arcada, a la que sigue un vano rectangular que ilumina el coro alto del templo y, por último, una espadaña fechada en 1884 firmada por el cantero Manuel Fariñas. Esta se eleva sobre la línea de cubierta en un plinto rectangular moldurado. Presenta un solo piso y un vano de arco de medio punto con campanil que está rematado por un frontón semicircular horadado por un arco idéntico, aunque de menor tamaño, que está flanqueado y coronado por pináculos.
![]() |
| Fachada de la iglesia. |
Los capiteles que reciben a la imposta presentan diferentes ornamentos entre sí. Comenzando por los orientados hacia el lado norte de la iglesia desde la vuelta interior, podemos mencionar que los roleos y ornamentos de tipo vegetal (con mayor o menor definición, en función de la erosión del material frente a las inclemencias meteorológicas). En la segunda vuelta, los capiteles presentan una suerte de representación aviar en la que los animales voltean el pico hacia el interior de su cuerpo, resultando así los volúmenes que se pueden observar. Por último, en la vuelta exterior, puede estar representada la lucha entre una serpiente y un cuadrúpedo, presumiblemente un león. Mientras, en el lado opuesto de la portada, los capiteles orientados hacia el muro sur, la ornamentación presente es de tipo vegetal, articulando así distintas disposiciones de hojas ofreciendo así un interesante repertorio.
![]() |
| Detalle de los capiteles en la fachada principal, ubicados a la izquierda y a la derecha e la portada, respectivamente. |
Los muros laterales presentan la misma fábrica que la descrita, pero cabe mencionar el acceso secundario de la iglesia en el muro sur, donde destaca la factura de su portada. Se trata de un conjunto de tipo románico. Se presume que, en origen, estuvo resguarda por un pórtico, hoy perdido. El acceso adintelado está formado por sendas jambas y un tímpano liso semicircular que se apoya en las mochetas sobresalientes que responden a una modificación posterior a la fábrica románica de la portada. El tímpano está coronado por dos arquivoltas de medio punto, con gruesos baquetones moldurados y decoración de arquillos ciegos en el trasdós de los arcos. Sobre las arquivoltas discurre una chambrana con doble moldura: la interior se decora en billetes y motivos geométricos y florales intercalados; la exterior, con arquitos de medio punto. Las arquivoltas se apoyan sobre impostas corridas, bajo las cuales están acodan dos pares de columnas con basas áticas, fustes lisos y capiteles profusamente decorados.
![]() |
| Portada en el muro sur. |
Todos los capiteles tienen ornamentación vegetal a base de palmetas u hojas de acanto, con las puntas enrolladas formando volutas, algunas rematadas con bolas dispuestas en un solo orden, o bien superpuestas. Tan solo el capitel interior del lado meridional es historiado, ya que muestra dos animales enfrentados de largas colas, además, el pelaje de uno de ellos presenta densos mechones. Algunos autores —como Carrillo Lista— han visto aquí la lucha entre un grifo y un basilisco; no obstante, Pousa Fernández dice que la fisonomía de una de las figuras se ajusta más a una anfisbena (un animal con dos cabezas) que se enfrenta a un león en una plasmación alegórica de la lucha entre el bien y el mal.
![]() |
| Detalle de los capiteles de la portada sur, correspondientes a la izquierda y derecha de la misma, respectivamente. |
En esta misma fachada, a cada lado de la portada, se encuentran dos arcosolios funerarios de arcos apuntados con sus correspondientes sepulcros encastrados en el muro. El arco del lado oriental tiene la figura de un perro en la clave y las dovelas lisas, con las aristas achaflanadas. En el frente del sarcófago hay una inscripción que resulta ilegible. El arco del lado occidental tiene en la clave los restos de la talla de una figura, ahora no identificable debido a la erosión del granito. El chaflán del arco está decorado con billetes. En el frente del sarcófago correspondiente hay una inscripción en la que Carro, Camps y Fernández Oxea leen: Aquí: iaz: Afonso: Pz: clerigo: oi: desta: iglesia: fui: et: fez: fazer: estas: sepultura: M: CCC: LXXXV”; la fecha corresponde al año 1385.
![]() |
| Fachada sur de la iglesia con la portada y los arcosolios. |
![]() |
| Alzado de la fachada sur de la iglesia. |
En el muro norte de la nave se abre una puerta, ahora oculta por la sacristía que comunicaba la iglesia con el exterior. La puerta mantiene las formas, por lo que tiene tímpano liso, coronado por un arco de medio punto (apoyado sobre la imposta) enmarcado por una sencilla chambrana. En el mismo muro hay otra puerta adintelada de reciente factura que da paso a una capilla en la que se encuentran las imágenes procesionales y de vestir de la Virgen del Carmen y de la Virgen del Rosario, ambas del siglo XX. En esta puerta se ha colocado una parte de la rejería datada en el tránsito del siglo XII al XIII, que antiguamente cerraba la capilla mayor de esta iglesia (en la sacristía se conservan otros restos de la misma reja). Para Broz Rei, este tipo de trabajo en hierro fundido comenzó a hacerse en Francia y posteriormente en Cataluña y los Pirineos, extendiéndose a lo largo de todo el Camino Francés. La reja se conforma a partir de un mismo módulo que se repite, esto es: una barra central a la que se adosaban dos piezas en forma de «C» alargada, sujetas mediante grapas por la espalda, los extremos de estas formas se enrollan en forma de flor con cinco pétalos.
![]() |
| Restos de la reja medieval de la capilla mayor. |
El ábside está elevado sobre un zócalo corrido y presenta un primer tramo recto correspondiente al presbiterio y un segundo semicircular. Este, se divide en tres calles verticales separadas por dos columnas entregas de bases áticas, fustes lisos y capiteles con decoración de hojas muy esquematizadas y pequeñas bolas. A un tercio de la altura del muro discurre una imposta decorada con un motivo ajedrezado que ciñe también las dos columnas entregas. Sobre esta imposta y en el centro del ábside se abre una ventana aspillerada con doble derrame; el vano de esta ventana está coronado por un arco de medio punto que, a su vez, está enmarcado por una chambrana ajedrezada. El arco de la ventana se apoya sobre dos impostas molduradas que se prolongan en el muro; bajo las impostas se encuentran dos columnitas acodadas que tienen bases áticas, fustes lisos y capiteles decorados con hojas rematadas con bolas. Bajo el tejaroz discurre una cornisa moldurada sostenida por una serie de canecillos decorados con diversos motivos geométricos; tan solo uno de ellos representa una cabeza humana. En el muro sur del tramo correspondiente al presbiterio, se abre una pequeña ventana rectangular con amplio derrame interior.
![]() |
| Cabecera de la iglesia. |
En el interior, la nave es de planta rectangular y cuenta con un coro alto a los pies de esta, al que se accede a través de una escalera de madera. La cabecera consta de presbiterio y ábside, este semicircular, y ambos están elevados sobre el solado de la nave. La transición entre la nave y la cabecera se soluciona mediante un arco de medio punto de tipo triunfal que se apoya sobre la imposta corrida y moldurada. Bajo esta, se encuentran dos columnas acodadas con fustes lisos, basas áticas y capiteles historiados. Las basas están apoyadas sobre plintos que se adornan con representaciones de pequeñas cabezas humanas sobre las esquinas y entrelazados de motivos vegetales en los frentes. El capitel de la columna del lado norte está adornado con hojas de acanto que se voltean en las puntas; mientras que el correspondiente al lado sur, representa a un hombre entre dos fieras: la fiera que está a la derecha (de larga cola, cuernos y el cuerpo peludo) se levanta sobre sus cuartos traseros y agarra el brazo del hombre (se asemeja a un demonio o a un grifo); mientras que la contraria se parece más a un león, con largas patas y abundante melena. En este caso es el hombre quien le agarra la pata. Últimamente se ha interpretado esta escena como la lucha de un hombre que se debate entre el bien y el mal, recordando a la representación oriental del señor de los animales del mito de Gilgamesh, que comparte, igualmente, esquema compositivo con la iconografía de Daniel entre los leones.
![]() |
| Interior de la nave: pies de la iglesia (izquierda) y vista desde la nave hacia la cabecera (derecha). |
![]() |
| Detalle del capitel que representa la supuesta escena de «Daniel contra los leones» en el arco triunfal. |
El interior de la nave recibía luz a través de dos pequeñas ventanas aspilleradas con derrame interior que se abren en la parte alta de los muros laterales (actualmente la ventana del lado norte está cegada). De época posterior es otra ventana adintelada, con doble derrame, que se abre a los pies de la nave, sobre la tribuna de madera que se encuentra sobre la portada principal de la iglesia, que se orienta al oeste. A la derecha de esta puerta, se encuentra una pila de agua bendita realizada en granito, tanto la propia pila como la columna y la basa que la sostienen, son de sección cuadrangular con los vértices achaflanados.
En cuanto al acceso secundario del muro sur, se encuentra una pila de agua bendita de granito, con cuenco semiesférico de borde moldurado. La pila se apoya sobre una columna de canon corto, basa ática, fuste monolítico liso y grueso collarino.
![]() |
| Planta de la iglesia. |
En cuanto a la cabecera, el tramo curvilíneo del ábside tiene adosado a la base del muro testero un banco corrido de piedra que, a modo de coro, circunda todo el perímetro interior. Sobre el banco, a media altura del muro, discurre una imposta moldurada, mientras que la parte más alta remata con una cornisa —igualmente moldurada— que se prolonga en el presbiterio, dando paso al arranque de las bóvedas. La ventana que se abre en el centro del ábside tiene (lo mismo que por fuera) arco de medio punto, dos columnas acodadas con basas áticas, fustes lisos y capiteles adornados con motivos vegetales, teniendo el del lado derecho tres piñas colocadas en las esquinas; conserva restos de policromía.
Precisamente lo más llamativo de todo el conjunto de la cabecera sean quizá las pinturas murales con que se recubren sus paramentos interiores. García Iglesias encuentra en estas pinturas de Santa María de Melide paralelos con la pintura gótica hispano-flamenca, junto con otros rasgos más novedosos correspondientes a los inicios del Renacimiento, fecha su creación en los comienzos del siglo XVI.
![]() |
| Sección de la iglesia a la altura del presbiterio. |
La bóveda de cascarón del ábside está pintada de blanco con estrellas de ocho puntas azules y rojas. Sobre este fondo se representa la Trinidad entronizada, en la cual Dios Padre aparece barbado, tocado con la corona imperial y la paloma del Espíritu Santo sobre el pecho, sosteniendo entre las manos a Cristo Crucificado. Rodeando la Trinidad aparecen los cuatro símbolos del tetramorfos cristiano que representa a los cuatro evangelistas, cada uno con una cartela identificativa: a la derecha, el águila de San Juan Evangelista y el toro de San Lucas y, a la izquierda, el ángel de san Mateo y el león de san Marcos. Bajo este conjunto hay una franja de dibujos geométricos figurando cubos en perspectiva pintados con tres colores: blanco, negro y gris; en el centro de esta franja hay una cruz patada con fondo pintado en rojo. Coronando la bóveda se disponen una serie de paños rojos anudados, entre los que se intercalan rostros angelicales. A este motivo le precede una banda con fondo negro sobre la que destaca en blanco un motivo de guirnaldas vegetales. El frente del arco de la bóveda se adorna con otra de cintas entrelazadas que componen un dibujo geométrico.
En el muro testero del ábside, bajo la cornisa de la que arrancan las bóvedas y a los lados de la ventana central se sitúan seis cuarteles en los que aparecen pintados los bustos de otros tantos apóstoles, que portan sus atributos y cartelas identificativas. Los bustos asoman entre los vanos de una arquería rebajada, por lo que, de izquierda a derecha, vemos a Santiago sosteniendo el Libro, a San Juan imberbe portando un cáliz en la mano izquierda, a San Pedro como padre de la Iglesia con un libro y las llaves del cielo, a San Andrés también con un libro libro y la cruz aspada símbolo de su martirio, a san Felipe con la cruz y un libro en su mano derecha y, finalmente, a San Bartolomé con un libro en la mano izquierda y un cuchillo en la derecha. Bajo los apóstoles, discurre una franja que repite el motivo de los cubos en perspectiva y, bajo estos, un mural pintado de tal manera que semeja un zócalo de azulejos.
La bóveda de cañón del presbiterio estuvo también pintada con fondo blanco salpicado de estrellas de ocho puntas, azules y rojas. En los lados en que la bóveda arranca sobre los muros, se conservan las figuras de cuatro ángeles alados (dos por cada lado), que visten ricos ropajes y se cubren con túnicas rojas; los ángeles tocan las trompetas que anuncian el fin del mundo y en torno a ellos se entrelazan las filacterias que aluden al apocalipsis. Aunque los lienzos laterales del presbiterio no conservan restos de pinturas, es muy probable —tal como dice Álvarez Carballido— que continuase aquí la figuración del colegio apostólico que se inicia en el ábside con la sola representación de seis de los doce apóstoles. En el intradós del arco triunfal también se observan restos de pinturas con colores blanco, azul y rojo.
![]() |
| Detalle de las pinturas de la bóveda del presbiterio de Santa María de Melide. |
Otro elemento que merece atención es la mesa del altar mayor que acoge la cabecera de la iglesia y que es considerada coetánea a la terminación de la fábrica románica del edificio, en un momento próximo al año 1200. Se trata de una pieza rectangular exenta, colocada en medio de la capilla mayor precediendo al ábside. Está realizada toda ella en granito y bajo el alero de la mesa se talló una arcada asimétrica con seis arquitos de medio punto en el frente, decorados con botones. En las esquinas de los dos extremos correspondientes se reproducen en bajo relieve dos cabezas humanas. Los fustes que sostendrían los arcos se simulan con pinturas de fajas entrelazadas en negro y rojo, similares a alguno de los motivos que adornan las paredes. Los vanos de la arquería están ornamentados con figuración geométrica en negro sobre fondos fondos ocres y grises.
![]() |
| Detalle de la mesa del altar de Santa María de Melide |
La capilla mayor de Santa María de Melide dispuso de un retablo barroco que fue desmontado en el siglo XX. Este retablo albergaba la imagen de la patrona, la Virgen de las Nieves, que hoy está en una peana situada en la pared norte de la nave. A ella se acude para conseguir buen tiempo o la lluvia, sacándola de procesión en fechas señaladas. Se trata de una virgen entronizada que sostiene al Niño mientras que este levanta la mano derecha en actitud de bendecir y, en la izquierda, porta el orbe. Por su composición y por el modo en que se pliegan los ropajes, la talla se ha datado en el siglo XIII, aunque ha sido retocada y repintada varias veces. El trono en el que se sienta la Virgen y las dos figuras orantes que se arrodillan a su lado fueron añadidos tras una restauración llevada a cabo a comienzos del siglo XX. Durante esa misma restauración se rehicieron por completo las caras de la Virgen y del Niño.
Del retablo barroco se conserva la puerta del sagrario, que se ha colocado en el muro norte del presbiterio; el sagrario es obra de Pedro Vivero, del año 1707. La puerta del Sagrario es de madera policromada y enriquecida con pan de oro. En el centro tiene tallada la custodia con la sagrada forma. Sobre esta asoma la cabeza de un querubín y, a los lados de la puerta, se acodan dos pares de columnas salomónicas con capiteles de orden compuesto y fustes profusamente adornados con pámpanos y racimos de uvas.
En el testero de la nave, a los lados del arco triunfal, se colocaron sobre sendas peanas las imágenes de san Antonio (a la izquierda) y de la Virgen del Carmen (a la derecha). La figura de san Antonio es una talla de reciente factura; viste con el hábito franciscano y sostiene al Niño en su brazo izquierdo, mientras que en la mano derecha porta la palma de martirio. La Virgen se mantiene en pie encima de un cúmulo de nubes, entre las que asoman las cabezas de tres querubines; en su brazo derecho sostiene al Niño. Porta una corona en la cabeza y se cubre con un manto bajo el que asoma el hábito de la Orden de los Carmelitas Descalzos, con el escudo en el pecho. En su mano derecha pende un escapulario igual al que sostiene el Niño en la mano izquierda. La talla denota cierta calidad y es obra del siglo XIX.
En el muro sur de la nave sobre una original ménsula de madera se encuentra la imagen de san Nicolás de Bari, que lleva el libro sagrado y el báculo en la mano izquierda, mientras que con la otra mano bendice. A sus pies, el caldero con los tres niños resucitados y salvados de ser devorados por intercesión del santo. Esta talla es reciente.
En la sacristía de la iglesia se guardan las imágenes de san José del siglo XIX y del Sagrado Corazón del siglo XX. También se encuentra aquí una pila bautismal con cuenco monolítico de granito, de reciente factura.
En las inmediaciones de la iglesia y al paso del camino, se encuentra un crucero. Este se eleva sobre una triple plataforma de planta cuadrada está formado por una basa trapezoidal y un fuste estriado que recibe el capitel con hojas de acanto. Se trata de un crucero de tipo crucifijo.
![]() |
| Crucero al paso del camino. |
Esta categoría implica que la cruz que se apoya sobre el capitel es latina y en cada uno de sus lados cuenta con figuración. En el anverso se representa la Crucifixión de Cristo, una escena cuya talla ha sido erosionada por su exposición.
![]() |
| Detalle del anverso (izquierda) y reverso de la cruz (derecha). |
No hay documentos que proporcionen la fecha exacta de la construcción de la iglesia de Santa María de Melide. Sin embargo, algunos autores han establecido una cronología aproximada basándose en paralelismos formales con otras iglesias románicas de la provincia de Lugo que no están muy apartadas, especialmente con las de San Martiño de Ferreira (Palas de Rei), fechada por su epígrafe en 1177, San Miguel de Esporiz (Monterroso), fechada en 1180 y San Pedro de Bembibre (Taboada), fechada en 1191.
En el año 1285 se puso fin al pleito sostenido entre los obispados de Lugo y Mondoñedo por razón de la pertenencia de las iglesias de San Pedro, de Santa María y de otras feligresías que formaban el arciprestazgo de Melide; el pleito fue ganado por el obispado de Mondoñedo y San Pedro y Santa María pasaron a formar una vicaría dependiente de dicha diócesis.
Taboada Roca señala que a comienzos del siglo XVI, parte del beneficio de la iglesia de Santa María de Melide la tenía Vasco Gómez de Ventosa “el Viejo”, padre que fue el primer morador del pazo que está ubicado junto a la propia iglesia; posteriormente, después de varios pleitos, la posesión de dichos bienes fue confirmada para sus descendientes por el obispo de Mondoñedo.
En los documentos que se encontraron en el archivo de dicha casa consta que, a mediados del siglo XVII, una dama de esa familia, Inés de Somoza Saavedra, había mandado hacer a su cargo una pequeña caseta situada al lado de la iglesia de Santa María para que en ella viviese una ermitaña que debía cuidar de la limpieza del templo y pedir limosna para comprar el aceite destinado a alumbrar al Santísimo. Los abades de Melide estaban obligados por encargo de esta dama a cumplir con sus intenciones. El mismo Taboada Roca dice que junto a la iglesia de Vitiriz había otra caseta que se empleaba para lo mismo; añade el autor que las ermitañas que cuidaban del mantenimiento de estos templos ubicados sobre el camino jacobeo también daban posada a los caminantes a cambio de recibir limosna. Sería en el siglo XVIII cuando algunos obispos prohibieron que fuesen mujeres las que se cumpliesen con estas funciones, para no dar lugar a murmuraciones.
En 1753 se dice en el Catastro de Ensenada que de los diezmos de todos los frutos que se producían en la parroquia de Santa María de Melide, percibía el cura párroco dos terceras partes, a excepción de los diezmos de los lugares de Miguel Ángel Anide y de Manuel de Prados, que estos los percibía enteramente. La otra tercera parte la percibía Mencía Taboada, viuda de Francisco Varela, vecino de San Pedro Fiz de “Besejos”.
En 1848 Pascual Madoz dice que la iglesia de Santa María de Melide, en la diocésis de Mondoñedo, era aneja de San Pedro de Melide.
En la segunda mitad de esta última centuria la fábrica románica de Santa María sufrió algunas reformas como las que llevaron a igualar la altura de las cubiertas de la nave y la cabecera de la iglesia o a suprimir el pórtico de la entrada meridional. Fue en el año 1884 cuando se anexó el cuerpo de la sacristía y se rehízo la fachada principal, abriendo una ventana adintelada y colocando aquí la espadaña.
En los años treinta del siglo XX Carré Aldao vuelve a decir que esta iglesia de Santa María era filial de San Pedro de Melide y que pertenecía al arciprestazgo del mismo nombre, en la diócesis mindoniense. No fue hasta el año 1956 que pasó al obispado de Lugo.
La iglesia fue restaurada en 1960, y en el año 1999 por la Xunta de Galicia. El grueso de la última intervención fue la restauración de las pinturas murales.
ÁLVAREZ CARBALLIDO, Eduardo, “Pinturas murales halladas en Santa María de Mellid”, Galicia Histórica, 2, 12 (1903), pp. 800-804.
ARCHIVO GENERAL DE SIMANCAS, Dirección General de Rentas, Primera Remesa, Catastro de Ensenada, Respuestas Generales, Libro 244, fol. 335rv.
BROZ REI, Xosé Manuel, “Novas aportacións ó Románico da Terra de Melide”, Boletín do Centro de Estudos Melidenses – Museo Terra de Melide, 1 (1982), pp. [5-20].
BROZ REI, Xosé Manuel, “O románico da Terra de Melide no Camiño de Santiago”, Boletín do Centro de Estudios Melidenses – Museo da Terra de Melide, 7 (1992), pp. 27-133.
BROZ REI, Xosé Manuel, “As igrexas de Melide”, Boletín do Centro de Estudios Melidenses – Museo da Terra de Melide, 8 (1993), pp. 81-301.
BROZ REI, Xosé Manuel, “Novos sartegos nas igrexas de Santa María de Melide e Santa María da Capela (Mosteiro de S. Antoíño de Toques)”, Boletín do Centro de Estudios Melidenses – Museo da Terra de Melide, 12 (1999), pp. 91-94.
BROZ REI, Xosé Manuel, A Terra de Melide, [Melide], Xosé Manuel Broz Rei, D.L. 2001.
BROZ REI, Xosé Manuel, FUCIÑOS GÓMEZ, Xosé Domingo, HERMIDA RODRÍGUEZ, Antonio, voz “Melide, Santa María de”, en Ramón Otero Pedrayo (dir.), Gran Enciclopedia Gallega, t. 20 (Luia – Melr), Santiago de Compostela, Gijón, Silverio Cañada, 1974, p. 249.
CARRÉ ALDAO, Eugenio, Geografía General del Reino de Galicia: provincia de la Coruña, t. 2, Francisco Carreras Candi (dir.), Barcelona, Casa Editorial Alberto Martín, [s.f.].
CARRILLO LISTA, María del Pilar, El arte románico en Terra de Melide, A Coruña, Diputación Provincial de A Coruña, D.L. 1997.
CARRO GARCÍA, Xesús, CAMPS CAZORLA, Emilio, FERNÁNDEZ OXEA, Xosé Ramón, “Arqueoloxía relixiosa de Melide”, en Terra de Melide, [Santiago de] Compostela, Seminario de Estudos Galegos, 1933, pp. 251-322.
CASTILLO LÓPEZ, Ángel del, Inventario de la riqueza monumental y artística de Galicia, La Coruña, Fundación Pedro Barrié de la Maza, 1987.
CASTRO VÁZQUEZ, Josefina, El Camino de Santiago: (entre Portomarín y Compostela), Lugo, Diputación Provincial de Lugo, 1991.
DOMINGO PÉREZ-UGENA, María José, Bestiario en la escultura de las iglesias románicas de la provincia de A Coruña – Simbología, A Coruña, Diputación Provincial de A Coruña, 1998.
GALLEGO DE MIGUEL, Amelia, El arte del hierro en Galicia, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, D.L. 1963.
GARCÍA IGLESIAS, Xosé Manuel, Pinturas murais de Galicia, [Santiago de Compostela], Xunta de Galicia, [s.f.].
HUIDOBRO Y SERNA, Luciano, Las peregrinaciones jacobeas, t. 3, Madrid, Instituto de España, 1951.
LAREDO VERDEJO, Xosé Luis, Galicia Enteira, t. 8 (A Ulloa, Terra de Melide, Deza e Chantada), Vigo, Xerais, 1998.
MADOZ, Pascual, voz “Mellid (Sta. María de)”, en Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, t. 11 [Madrid de Caderechas – Móstoles], Madrid, Imprenta del Diccionario geográfico á cargo de D. José Rojas, 1848, p. 365.
PÉREZ NAYA, Antonia María et al., “Tramo X: Melide”, en José Antonio Franco Taboada, Santiago Tarrío Carrodeguas (dirs.), A arquitectura do Camiño de Santiago: descrición gráfica do Camiño Francés en Galicia, Santiago [de Compostela], Xunta de Galicia, A Coruña, Universidade da Coruña, D.L. 2000, pp. 207-224.
POUSA FERNÁNDEZ, Ana María, “Melide”, en José María Pérez González (dir.), José Carlos Valle Pérez (coord.), Enciclopedia del Románico en Galicia, t. 4 (A Coruña), vol. II [Maianca – Zas de Rei], Aguilar de Campoo [Palencia], Fundación Santa María la Real, Centro de Estudios del Románico, 2013, pp. 637-650.
SORALUCE BLOND, José Ramón, Cascos históricos de Galicia, La Coruña, Arenas, 2011.
TABOADA ROCA, Antón, “Notas Históricas”, en Terra de Melide, Compostela, Seminario de Estudos Galegos, 1933, pp. 135-250.
VALIÑA SAMPEDRO, Elías, El Camino de Santiago: guía del peregrino a Compostela, Vigo, Galaxia, 1992.
VÁZQUEZ DE PARGA, Luis, LACARRA DE MIGUEL, José María, URÍA RÍU, Juan, Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, t. 2, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Escuela de Estudios Medievales, 1949.
YZQUIERDO PERRÍN, Ramón, “Aspectos artísticos del Camino. El Camino Francés en su recorrido gallego: obras artísticas medievales”, en María del Pilar de Torres Luna, Augusto Pérez Alberti, Rubén Camilo Lois González (eds.), Los Caminos de Santiago y el territorio: Congreso Internacional de Geografía, [Santiago de Compostela], Xunta de Galicia, 1993, pp. 29-53.