Feligresía del Camino Francés en el municipio de Sarria, provincia de Lugo. Está situada entre las parroquias de San Xoán de Friolfe, al norte, Santa María de Belante, al este, Santo André de Paradela, al sur y San Salvador da Pinza, al oeste. Comprende siete entidades de población, tres son jacobeas: O Casal, Cortiñas y Lavandeira. Mientras las entidades que no son atravesadas por el Camino Jacobeo son: Biville, Castromeixe, Queixona y San Miguel.
La parroquia posee altitudes que oscilan entre los 873 y los 530 metros; las pendientes descienden desde la cima del Pico do Páramo al norte, hasta el río Marzán subafluente del río Miño que transcurre al sur del término; el arroyo principal es el de Chelo, que desemboca en el Marzán.
Tenía cincuenta y dos habitantes censados en 2019. Los ocupados en la agricultura destacan con claridad.
La iglesia de Biville figura en una copia de un diploma de Alfonso III que se conserva en el archivo capitular de Lugo, por el que el rey confirmó a la Iglesia lucense todas sus haciendas, hizo restituir lo que le habían enajenado y amojonó nuevamente su coto; el documento data del año 897. Entre las donaciones que se confirman se dice: “en Paramo iglesia de San Miguel de Biville con esa villa y familia”. La veracidad de este documento ha sido cuestionada, siendo muy probable que muchos de los lugares relacionados en él fuesen añadidos en la copia que se hizo en el siglo XII.
Lo que sabemos de cierto es que en el año 904, el abad Visclafredo hizo una copiosa donación a la basílica e iglesia de San Martiño Obispo, San Xurxo y Santa Mariña situada entre Páramo y Barbalelo, dentro de los términos de la antigua villa de Ranosinde (actualmente lugar de Rosende en la parroquia de Santa María de Ortoá); entre lo donado figuraban unas tierras en la villa de Biville.
En el año 1009 Vermudo Sunilani, junto con su hermana Sendina, cedieron al abad Mandino y a la comunidad del monasterio de Samos el lugar santo y monasterio de Santiago de Barbadelo, dotándolo con unas heredades en Biville entre otras muchas posesiones.
En el año 1058 se reunieron en San Miguel de Biville el obispo Pedro, la infanta Elvira Bermúdez, su hermano Ordoño y doña Sarracina, para dirimir el pleito que mantenían por parte del monasterio de San Xoán en el valle de Lemos.
En 1118 nos consta que Ermesinda Rodríguez donó a la iglesia de Lugo una cuarta parte de Biville. Dos años más tarde, en 1120, el obispo de Lugo don Pedro III hizo una distribución de todos los bienes catedralicios entre la mesa episcopal y la capitular, confirmando las divisiones que habían hecho sus antecesores y añadiendo una copiosa lista de villas, posesiones e iglesias que dio perpetuamente a los canónigos. En esta relación figura la siguiente cláusula: “En Paramo la mitad de Biville, con la iglesia, heredades y familia”.
En una relación de las posesiones de la iglesia de Lugo, sin fecha, pero que se estima entre los años 1114-1133 en los tiempos de Alfonso VII, o a lo más en los de su sucesor inmediato, se incluye la heredad de “Lavandaria” (actual lugar de Lavandeira perteneciente a la parroquia de Biville) y la iglesia de San Miguel de Biville que había fundado doña “Vivili”, con su coto, sus siervos y las heredades de Sona y Couso con sus familias, por lo íntegro.
En el año 1162 Poncio de Cabrera, mayordomo de Fernando II, otorgó al monasterio de Samos las directuras que tenía en el territorio de Belante, Biville y Vilar.
En el año 1206 Pelayo, abad de Samos, agradecido al obispo Rodrigo de Lugo y a su cabildo, les donó una posesión en Biville junto con el eremitorio de San Adrián con todas sus propiedades, en compensación por la iglesia de Santiago de Barbadelo que le habían entregado a perpetuidad.
En el año 1229 consta que fue donada a la iglesia de Biville una casa en Sarria.
En 1366 sabemos que había un cillero en “Vivelle” que era de Lope Rodríguez de Paradela, quien donó al obispo de la iglesia de Lugo “quatro terças de pan” por todos los días de su vida.
En 1415 el cabildo de Lugo aforó a Arias López el coto de “Viville” y en 1469 hizo lo mismo en la persona de Fernando Arias, quien había de dar entre otras cosas seis moyos de centeno puestos en la “tulla” de la iglesia de San Miguel de dicho lugar de “Bebille”.
En 1475 Gonzalo Núñez declaro que el foro de los cotos de Biville y Meixente y lugares de “Beyga” que había tenido la difunta Mayor Ares, como viuda Arias López de Goyanes, era “baco” por cuestión del impago de la renta anual e incumplimiento de otras condiciones establecidas en el correspondiente contrato. Fue por eso que el provisor del obispo García de Baamonde le había hecho foro nuevamente y que por evitar pleitos había firmado entonces un convenio con Mayor Ares. Pedía ahora Gonzalo Núñez al notario Diego Arias que conforme al contenido de dicho convenio destruyese el foro viejo de Mayor Ares para evitar así posibles reclamaciones de sus herederos.
Poco después, en 1478, consta que el obispo lucense Alfonso Enríquez aforó al mismo Gonzálo Núñez dos lugares que estaban en San Xulián de Meixente y otro más sito en la feligresía de San Miguel de Biville.
Ya en la Edad Moderna se especifica en el Catastro de la Ensenada (1752) que el “Coto de San Miguel de Bibille” era señorío de doña Ana Suárez Bibero y Zúñiga, vecina de la ciudad de México en la Nueva España, que tenía por administrador el dicho coto a Manuel López Guitián, quien percibía bajo el título de luctuosa medio real de vellón de cada vecino del estado general, lo que en total sumaban 9 reales al año. Los diezmos de lo que se producía en el coto, que valían anualmente 1.000 reales de vellón, correspondían íntegramente al cabildo de Lugo. El derecho de primicia de la fábrica de la iglesia eran 32 ferrados de centeno repartidos entre todos los vecinos conforme al caudal de cada uno, lo que sumaba al año 90 reales de vellón. El derecho del voto hecho al apóstol Santiago era medio ferrado de centeno al año que pagaban los vecinos que tenían labranza, lo que suponían 27 reales de vellón anuales.
En total estaban censados por entonces 21 vecinos; entre los que desempeñaban un oficio se encontraban tres curtidores y un herrero. Había 2 clérigos, uno de ellos el cura párroco. Se contaban 22 casas, una inhabitable; había una taberna que se llevaba en arriendo. Cuatro meses al año se ponían en funcionamiento 2 molinos harineros de una sola rueda. Se explotaban en el término 19 colmenas.
En la relación de los beneficios parroquiales contenida en el libro titulado Razón Universal de todas las piezas eclesiásticas de este obispado de Lugo. Año 1755, que se guarda en el Archivo Diocesano, figura en el arciprestazgo de Paradela “San Salvador de Pinza”, con “Santa María de Velante” y “San Miguel de Viville”, de su Majestad y el obispo de Lugo.
En 1828 Sebastián Miñano anotó en su Diccionario que la parroquia de “San Miguel de Viville”, en la provincia de Lugo, era de la jurisdicción de su nombre. Tenía 38 vecinos y 185 habitantes que se repartían en las aldeas de “Castro, Muje y Lavandeira”. Contribuía con 404 reales y 33 maravedís.
Ya en el año 1849 dice Pascual Madoz que esta parroquia era de la jurisdicción de Sarria. La iglesia parroquial era aneja de “San Salvador de Peiral” (sic). Comprendía por entonces los lugares de “Biville, Castromeige, Cayjona, Cortiña, Labandeira y San Miguel”, que reunían 33 casas de pocas comodidades. Los caminos eran “vecinales y mal cuidados”. Se producía centeno, patatas, maíz, linos, nabos, castañas y yerbas; se criaba ganado vacuno, lanar y de cerda. La industria era la agrícola. La población era de 39 vecinos y 160 almas.
En los años treinta del siglo XX, dice Amor Meilán que la parroquia de “San Salvador de Pinza” era de ascenso, con sus filiales “Santa María de Belante” y “San Miguel de Bibille”; esta última feligresía integraba los lugares de “Bibille, Campo de Lavandeira, Casal, Castro Meijide, Cortiñas, Queixona, San Miguel, Sarnosa y Vilar”.
En la década de los setenta de esta última centuria figura en la Gran Enciclopedia Gallega que había en el término 123 habitantes.
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