MEIXENTE, parroquia de San Xulián de

Feligresía del Camino Francés en el municipio de Sarria, provincia de Lugo. Está situada entre las parroquias de San Miguel de Goián, al norte, Santa María de Ortoá, al este, Santiago de Barbadelo, al sur y Santa María de Belante, al oeste. Comprende once entidades de población, tres jacobeas: Domiz, Mouzós y O Sisto; las que no son atravesadas por el Camino son: O Chouso, A Costa, A Labrada, Meixente, Pacios, A Penela, O Rego, Sistelo.

De mediana altitud, atraviesa su término el “Rego de Meixente” afluente del río Marzán, que a su vez vierte sus aguas en el río Loio perteneciente a la cuenca hidrográfica del Miño.

Tenía sesenta y tres habitantes censados en 2019. La mayoría de la población está empleada en el sector agropecuario.

Historia

Nos consta por los documentos de la catedral de Lugo que en la Baja Edad Media la sede lucense logró reunir un importante patrimonio en esta parroquia.

De este modo sabemos que en 1340 el deán de Lugo, Fernando Arias de Páramo, anuló la donación de diversas propiedades en Meixente, Peruscallo y otros lugares, que el escudero Lopo Rodríguez de Paradela le tomó forzadamente. No mucho después, el 3 de abril del año 1376, Ruy González de Sarria otorgó un poder a Gonzalo Fernández de Peruscallo, para que en su nombre pudiese tratar con el obispo y el cabildo de Lugo acerca del coto de Meixente. El día 7 del mismo mes y año consta que el obispo y el cabildo lucense aforaron a Ruy González, representado por su procurador, dicho coto. Tres años más tarde el monasterio de San Francisco de Lugo vendió al obispo y a su iglesia todo cuanto le pertenecía en el coto de Meixente y en tierra de Páramo, que tenían por herencia de María Muñiz, hija de Munio Fernández de Orcellón.

Ya a comienzos de la siguiente centuria, concretamente en el año 1415, nos consta igualmente que el obispo Juan Enríquez de Lugo aforó por dos voces los cotos de Meixente y Bibille con los casales de A Veiga de Sarria y San Sadurniño a Arias López de Goyanes, quien entre otras cosas debía defender y amparar a los moradores de esos cotos y lugares “de los pechos et derechos que es demanda de terra del senor Conde don Fradique”.

En 1475 Gonzalo Núñez declaro que el foro de los cotos de Biville y Meixente y lugares de “Beyga” que había tenido la difunta Mayor Ares, como viuda Arias López de Goyanes, era “baco” por cuestión del impago de la renta anual e incumplimiento de otras condiciones establecidas en el correspondiente contrato. Fue por eso que el provisor del obispo García de Baamonde le había hecho foro nuevamente y que por evitar pleitos había firmado entonces un convenio con Mayor Ares. Pedía ahora Gonzalo Núñez al notario Diego Arias que conforme al contenido de dicho convenio destruyese el foro viejo de Mayor Ares para evitar así posibles reclamaciones de sus herederos.

No sabemos hasta que punto es verídica la relación de estos últimos hechos, ni si la petición efectuada a Diego Arias fue atendida o no. Lo cierto es que tres años después el obispo de Lugo, Alfonso Enríquez, aforó al mismo Gonzalo Núñez y a una voz un lugar en la feligresía de San Martiño de Requeixo, dos en San Xulíán de Meixente y otro en San Miguel de Bibille.

Por otra parte, encontramos una versión muy distinta acerca de la situación jurídica del coto de Meixente en el memorial de agravios que en 1475 confeccionó Álvaro González de Ribadeneira reclamando al conde de Lemos la posesión de algunas feligresías, cotos y lugares que según él le tenía ocupados. Sostenía entonces Álvaro González que ese coto era suyo y que estaba dividido desde tiempo inmemorial de la jurisdicción de la villa de Sarria y que si en el pasado los de dicha villa habían pacido o cortado en él lo habían hecho con su consentimiento y no de otra manera. Decía también que los que vivían y moraban en la aldea de Domiz eran vasallos del coto de Meixente, de su jurisdicción civil y criminal, libres y exentos de la jurisdicción de Sarria y de todos los otros pechos y derechos.

Tales afirmaciones se vieron corroboradas por los testigos de parte presentados por los Ribadeneira en la pesquisa que se llevó a cabo posteriormente. En líneas generales, lo que se desprende de las distintas declaraciones prestadas es que el coto de Meixente lo había poseído Ruy González quien nombró por juez y merino en el coto a Fernán Rodríguez de Saavedra. Después de él lo tuvo su sobrino Álvaro González que llevaba todas las rentas y servicios y si el merino de la casa de Lemos en Sarria, Mendo da Riveira, llevó allí cosa alguna lo había hecho por la fuerza, hasta el punto que los vecinos del coto llegaron a refugiarse en las iglesias por temor a él. Siendo del mismo Álvaro González la jurisdicción civil y criminal nombraba igualmente juez, no entrando dentro del coto otra justicia, y ponía mayordomos para que guardasen los montes y no consintiesen rozar, cortar, ni llevar leña, salvo a aquellos a los que él les daba licencia. Puntualizaron dos de los testigos que había dentro del coto de Meixente dos casales de heredad, uno en los términos de Domiz llamado Cimadevila y otro en los términos del lugar de Vila, que siempre habían sido de la jurisdicción de Sarria y que sus dos caseros pagaban las fanegas, alcabalas y los otros pechos y derechos a la serventía de Sarria y las heredades que labraban eran de otros herederos y no de Álvaro González, que no tenía en esos casales señorío alguno a pesar de estar metidos dentro de su coto.

Mucho después, en el año 1753, se especifica en el Catastro de la Ensenada que el “Coto de San Julián de Meigente” era señorío de Diego de Oca y Cárdoniga, vecino de la ciudad de Betanzos, quien no percibía nada por dicha razón. Por entonces de los diezmos de lo que se producía en el coto correspondía al cura párroco una tercera parte, y las otras dos terceras partes eran del susodicho Diego de Oca. La primicia de la fábrica de la iglesia eran veinte ferrados de centeno repartidos entre todos los vecinos conforme los posibles de cada uno. El derecho del “voto” hecho al apóstol Santiago era medio ferrado de centeno que pagaban los que eran labradores. En total estaban censados veintitrés vecinos (cabezas de familia) y se contaban veintidós casas, todas habitables. Se explotaban en el término cuarenta y siete colmenas.

Dos años más tarde, en la relación de los beneficios parroquiales del obispado de Lugo, figura en el arciprestazgo de Paradela San Pedro de Barán, con “San Julián de Meijente” y Santa María de Ortoá. Presentación del monasterio benedictino de Samos.

En 1826 Sebastián Miñano anotó en su Diccionario que “Meijente”, en la provincia de Lugo, era cabeza de la jurisdicción de su nombre compuesta de tres feligresías: la de Santa María de “Velante”, la de “San Juan de Fafián” y la de “San Julián de Meijente”; de esta última dice que tenía 194 habitantes que se repartían en las aldeas de “Sixto, Dumiz y Mouzos”.

Al mediar este último siglo dice Pascual Madoz que la parroquia de Meixente era de la jurisdicción de Sarria. Comprendía por entonces los lugares de “Domiz, Meijente, Mouzos, Pacios y Sisto”, que reunían cuarenta casas. Los caminos estaban en regular estado. Se producía centeno, patatas, nabos, castañas, yerbas y pastos; se criaba ganado vacuno, lanar, cabrío y de cerda. La industria era la agrícola. La población reunía por entonces 201 habitantes.

Con el arreglo parroquial de 1891 San Xulián de Meixente se elevó a la categoría de curato principal. De este modo, en los años treinta del siglo XX dice Amor Meilán que “San Julián de Meijente” era parroquia de entrada que integraba los lugares de “Costa, Domiz, Labrada, Meijente, Mouzós, Pacios y Sisto”; tenía por anejo Santa María de Ortoá. Cuatro décadas más tarde figura en la Gran Enciclopedia Gallega que había en la feligresía de Meixente 166 habitantes.

Fuentes y bibliografía

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