© Archivo fotográfico del IEGPS
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Traspasada la antigua Porta Francígena, donde el Camino Francés desembocaba ante la muralla medieval de la ciudad de Compostela, los peregrinos continuaban hasta la catedral por la Vía Francígena atravesando primero la llamada Praza do Campo (hoy de Cervantes), donde se encontraba la iglesia medieval de San Bieito.
El edificio actual es una obra proyectada y ejecutada en el año 1795 por Melchor de Prado Mariño en estilo neoclásico. La fachada de la iglesia sorprende por su severidad representada a partir de un cuerpo rectangular con esquinas en chaflán, que enmarca una puerta adintelada sobre la que corre un friso liso rematado por una cornisa que se apoya sobre ménsulas. Sobre el acceso se abre un ventanal semicircular con vidriera a la altura del segundo registro. Corona la fachada un frontón animado por una cornisa denticulada para continuar con un pequeño campanario de planta cuadrada cuyas aristas están remarcadas por pilastras y coronado por una cúpula de media esfera con pináculo en el centro.
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| Fachada principal de la iglesia. |
Se trata de un templo de planta rectangular con muros exteriores de mampostería interrumpidos en el segundo registro por lunetas con ventanas semicirculares que sirven para la iluminación del espacio. En el interior, cuenta con coro alto a los pies y su planta se desarrolla en una sola nave dividida en cuatro tramos coincidentes con los arcos fajones que forman la bóveda de cañón que cierra el espacio. Cada uno de los arcos arranca de una línea de imposta corrida y moldurada que reposa sobre un entablamento que recibe las pilastras adosadas al muro de orden toscano. Este sistema recorre los muros norte, sur y testero del templo. Entre cada una de las pilastras (cuatro por cada lado) se suceden sus correspondientes capillas, guarecidas bajo arcos de medio punto sostenidos por pilastras del mismo orden que las que las flanquean.
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| Planta de la iglesia y de la sacristía.(José Antonio Franco Taboada, Santiago Tarrío Carrodeguas (dirs.), A arquitectura do Camiño de Santiago: descrición gráfica do Camiño Francés en Galicia, Santiago [de Compostela], Xunta de Galicia, A Coruña, Universidade da Coruña, D.L. 2000). |
La nave se prolonga en el tramo curvo de la cabecera que alberga el presbiterio y la capilla mayor, el primero está cubierto con bóveda de cañón, mientras que la capilla mayor lo hace con bóveda de cascarón o de cuarto de esfera. Tras la cabecera está ubicado el cuerpo de la sacristía de planta rectangular y de menor altura que el resto del edificio y cuenta con un piso alto en el que se ubica el despacho parroquial. La sacristía se cubre con cubierta dispuesta a tres aguas, mientras que el cuerpo de la nave lo hace a dos aguas.
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| Alzado de la fachada este de la iglesia (izquierda) y sección longitudinal de la iglesia (derecha). (José Antonio Franco Taboada, Santiago Tarrío Carrodeguas (dirs.), A arquitectura do Camiño de Santiago: descrición gráfica do Camiño Francés en Galicia, Santiago [de Compostela], Xunta de Galicia, A Coruña, Universidade da Coruña, D.L. 2000). |
En la cúpula de la cabecera destaca una pintura al fresco que representa la imposición de la casulla a San Idelfonso de Toledo por la Virgen María, también una tabla policromada tallada en bajorrelieve que representa el Entierro de Cristo.
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| Interior de la iglesia: cabecera y detalle de la policromía en la cúpula. |
A los pies de la iglesia, el primer altar del lado del evangelio conserva dos obras escultóricas que proceden de la antigua iglesia medieval. La primera de ellas es el tímpano de la epifanía con relieve labrado en el segundo cuarto del siglo XIV, en el que se representa la escena de la Adoración de los Reyes Magos. En el centro se sitúa la Virgen María sentada en un trono con el Niño en el regazo, está flanqueada por dos ángeles que agitan en el aire sendos incensarios. A la derecha de la Virgen se encuentra la figura de San José sentado sobre un banquillo; entre ambos, aparece la figura arrodillada del comitente que financió la obra sobre la que se colocó para su identificación un escudo heráldico con las armas de los Ulloa. En el lado derecho se agrupan los tres Reyes Magos. La otra pieza medieval corresponde a un relieve que representa el tema de la visitación de la Virgen con las figuras de María y su prima santa Isabel enmarcadas bajo un pequeño arco conopial, obra que es posible datar a finales del siglo XV.
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| Tímpano de la epifanía y relieve de la visitación. |
La muestra escultórica de esta iglesia de San Bieito se completa con las tallas que realizó el maestro Manuel de Prado Mariño hacia el año 1818 en un estilo ecléctico en el que se entremezclan el academicismo y la influencia neoclásica del escultor José Ferreiro, con reminiscencias barrocas. Son estas imágenes la del patrón san Bieito y la de la Virgen de la Piedad juntamente con su retablo. El mismo escultor labró para esta iglesia las tallas de la Trinidad, del Cristo de la Luz que rehízo “en tal manera que nadie le conoce por la figura que antes tenía”, de la Virgen de Belén y del Cristo del Buen Pastor; estas dos últimas se guardan en la capilla de Ánimas, sita en la rúa de Casas Reais. A comienzos del siglo XIX el imaginero compostelano Vicente Portela realizó la talla de Santa Apolonia de Alejandría con influencia neoclásica.
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| Imagen de San Benito, obra Manuel de Prado Mariño (izquierda); Imagen de Santa Apolonia de Alejandría, obra de Vicente Portela (centro) y altar del Crucificado (derecha). |
Esta iglesia es un caso excepcional en Galicia en cuanto a su decoración pictórica que confiere al interior del templo un ambiente clasicista. En el primer altar de la nave de la epístola se encuentra una imagen escultórica del crucificado sobrepuesta a un retablo pintado, que completa la escena del calvario con las figuras de la Virgen y San Juan ubicadas al pie de la cruz. En la predela del mismo altar otro conjunto pictórico de estilo renacentista representa a la persona de San Lucas, junto a las escenas de la lamentación sobre Cristo muerto y de la Resurrección del Señor.
Sin embargo, la mayor parte de las pinturas de la iglesia fueron realizadas por el compostelano Plácido Fernández de Arosa en torno al año 1799. A este artista se beben las pinturas al óleo y el fresco de la bóveda de la capilla mayor, que componen un ciclo de exaltación mariana. En el centro del ábside se sitúa el cuadro de la Asunción, flanqueado por los lienzos de San Benito y San Pedro de Mezonzo. En la bóveda se representa la coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad, acompañada por una miríada de ángeles y bienaventurados. Ya en la nave, son también de Fernández de Arosa las pinturas de la visitación, de la Trinidad sobre el mundo y del calvario, que completa el retablo presidido por un extraordinario crucifijo de marfil del siglo XVIII. Además, la capilla mayor integra en su decoración dos buenos ejemplos de pintura barroca como son los cuadros del taller de Nazaret situado sobre la puerta de acceso a la sacristía y del descenso en la huida a Egipto colocado sobre el dintel de la puerta opuesta que comunica con el despacho parroquial. Este último lienzo es obra del pintor Matías Farrés fechada en el año 1683.
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| Frescos de la bóveda de la capilla mayor. |
En cuanto a las piezas de orfebrería que pertenecen a esta feligresía, se encuentran: una cruz parroquial de comienzos del siglo XIX, obra de Antonio García con contraste de Reboredo, una custodia de finales del siglo XVIII, varios cálices entre los que sobresalen los realizados por Botana en 1699 y San Mamed en 1744, el incensario de Reboredo y la naveta de Méndez. Algunas de estas piezas se guardan en la capilla das Ánimas.Historia
El edificio neoclásico de la iglesia de San Bieito do Campo se levanta en el solar de otra fábrica construida, según el Cronicón Iriense, en tiempos del obispo Pelayo Rodríguez que falleció en el año 985. Fue nuevamente reedificada por el arzobispo Gelmírez en el año 1122. Se dice por entonces en el Códice Calixtino que era la octava de las diez iglesias que había en la ciudad de Santiago.
Ya en el siglo XIII tenemos noticias de algunas donaciones recibidas por esta iglesia como lo fue la manda testamentaria que dejo para ella el cardenal de Santiago, Lorenzo Domínguez, en 1276.
La iglesia remodeló su puerta en el segundo cuarto del siglo XIV, época en la que se le añadió el tímpano de la epifanía con el tema de la adoración de los Reyes Magos, que todavía se conserva en el interior de la iglesia.
A decir de Gelabert González, en los siglos XVI y XVII el lugar de entierro de lo más granado de la sociedad santiaguesa era la parroquia de San Benito del Campo, considerada la noble de la ciudad. En ese período se construyeron dentro de la iglesia varias capillas funerarias pertenecientes a familias hidalgas y de la burguesía más enriquecida de la ciudad, afectando en algunos casos a la antigua fábrica del templo.
En 1607 Jerónimo del Hoyo especifica que había en esta iglesia la capilla de “Villacide o de Nuestra Señora” que estaba a la entrada del coro, junto a la capilla de “los Valencia o de San Idelfonso”; la capilla de “la Visitación” que estaba a mano derecha de la entrada y que fue fundada por Antonio de Lañas y su mujer; la capilla de “Mayor Dabiña y Alfonso da Fonte” y la capilla de “Francisca Rodríguez”.
A finales del siglo XVIII el arzobispo Sebastián Malvar, tras realizar su vista pastoral en 1787, ordenó la demolición del templo y la renovación completa su fábrica. En el consistorio del 1 de junio de 1795 se otorgó licencia para la reedificación de la Iglesia de San Bieito do Campo, con plano firmado por Juan López Freire y visto bueno de Miguel Ferro Caaveiro, arquitecto de obras públicas de la ciudad. Estos planos no se enviaron a la Academia de San Fernando para su preceptiva aprobación y en su lugar se remitió otro proyecto firmado por Melchor de Prado Mariño, que fue el que se ejecutó.
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